27 - FINAL II

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Tal y como lo había prometido, esa noche finalizó todo el trabajo pendiente. Se hizo mucho más llevadero gracias a la compañía de su amigo que compró mucha comida, dulces, le habló de su viaje a los Estados Unidos y  Europa con el equipo nacional y las preparaciones para los Juegos Olímpicos. Hajime se había vuelto un gran entrenador. Luego pusieron música hispanoamericana y era muy gracioso escucharlo a Iwaizumi tratando de imitar las palabras. Natsu se moría de ternura.

Agradecía el día que Iwaizumi había iluminado su cabeza haciéndola ver junto a él mil series de la plataforma Netflix donde en una de ellas los subtítulos estaban mal sincronizados con la imagen y aún así ella podía entenderlo.

— ¿No te molesta no entender que esta pasando? —se quejó él tocando todas las teclas del control remoto.

— Pero si estoy entendiendo... —se mandó otro bocado de pochoclos acaramelados a la boca y él la observó confuso.

— Como si ahora hablaras español... —ironizó el hecho aún peleando con la plataforma y ella asintió con total normalidad.

— ¿Nunca te lo mencioné? Es como mi segundo lenguaje. Mi madre hablaba poco japonés cuando llegó aquí, y aunque su japonés mejoró con el pasar de los años, conviví con ambos idiomas.

Dos días después de esa conversación Hajime la estaba inscribiendo en un instituto de español con articulación a profesorado. Desde la partida de Oikawa hasta ese entonces habían pasado seis meses, Himura no estaba haciendo absolutamente nada con su vida y recién estaba saliendo de rehabilitación por la lesión de su pierna, tampoco había motivación en eso. Hajime estaba muy preocupado por su amiga, ella ni siquiera quería salir de su casa. Con suerte podía sacarla de su cama para ver alguna serie o película en el living, y le preocupaba que una vez más adentrado a la universidad su ausencia también sea otro golpe para ella y se termine de descuidar completamente, al punto de ni siquiera comer.

Para tranquilidad de Hajime, sin queja alguna ella comenzó las clases y se adentró a la carrera de lenguas españolas. Hajime comenzó a ver como poco a poco Himura comenzaba a motivarse más y a conocer otras personas que la sacaban de ese círculo cerrado que se había creado, llenando de calidez y calma el corazón del moreno. Ella comenzaba a caminar hacia delante.

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Unos días después de la visita de su amigo, ella ya se encontraba en las oficinas del comité olímpico en Tokio, Hajime ya la había abandonado para ese momento.

Junto a uno de los secretarios y un señor mayor que también se desempeñaba como traductor y con quien se dividiría el trabajo, estaban armando la agenda de reuniones de cada equipo y con los que tenía que trabajar. Directores técnicos, jugadores entrevistados; le gustaba la idea por la nostalgia de estar nuevamente al lado de una cancha en una importante competencia, solo que esta vez no era a nivel nacional, era a nivel mundial, y luego de la inspiradora conversación que había tenido con su alumna días atrás, se sentía estudiante de preparatoria una vez más.

— Ahora iremos a la villa olímpica a presentarlos con los equipos que acompañaran a lo largo de todo el mes. Pueden instalarse en sus respectivos condominios hoy mismo.

Intenta odiarme... | Oikawa TooruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora