17

6.4K 817 167
                                    


Los mensajes en su celular no paraban de llegar. Amigos, fans... todos preocupados por su salud y esperando que vuelva a la cancha lo más rápido posible, pues las eliminatorias para las nacionales estaban a la vuelta de la esquina y tenía que estar en su mejor condición física, aunque ahora mismo su mente y corazón estén hechos un desastre.

— ¿Ya te cambiaste el vendaje? —Iwaizumi entraba a su habitación como si fuese suya y dejaba sobre la cama a su lado unas bolsas con comida y cosas de primero auxilio que necesitaba su amigo.

Oikawa miró su pierna de reojo apenas despegando la mirada de su teléfono y emitió un perezoso sonido que podía considerarse como una respuesta positiva a su pregunta.

El morocho se hartó de verlo así de dejado y tan inerte que automáticamente le dio un golpe en la pierna no operada obligándolo a saltar de la cama pegando un quejido.

— ¿¡Qué pasa contigo!?

— Saca el trasero de la cama antes de que te golpee la otra pierna y sal afuera.

Oikawa lo miró confundido, el otro parecía estar furioso.

.

El intenso calor les sacaba todas las malditas ganas de estar en el jardín de su casa, mirando danzar las hojas por la leve brisa del ocaso, pero tenía que admitir que despegarse de la almohada y hacer fotosíntesis era un cálido cambio de domingo. Además el abanico sobre su cara fue una buena idea.

— Mañana volverás al fin. No te sobre esfuerces ¿bien? —el castaño asintió sin mirarlo. Ya sabía que tenía que tener sumo cuidado, estaba cansado de oírlo— Natsu también volverá mañana.

Su mano dejó de abanicar. No habían hablado de ella en todos esos días ¿Por qué tenía que hacerlo ahora cuando había conseguido dejar de pensarla al menos unos minutos?

Además... ¿también volverá?

— ¿De qué estás hablando?

Se dignó a mirarlo finalmente con su pecho siendo presionado por el mismo corazón que había estado moribundo y ahora no paraba de vibrar temeroso.

Iwaizumi suspiró decidido a ponerlo al día con todo.

— Luego de que Takahiro te rompiera la pierna, ella le dio un hermoso puñetazo, estaba furiosa por lo que había hecho. Y no terminó allí, le hizo lo mismo que él a ti en la primer jugada de su partido. Lamentablemente no tiene su misma fortaleza por lo que ella también salió lastimada. En simples palabras, te vengó, pero eso causó que estuviera a punto de ser expulsada junto al idiota, los directores tuvieron en consideración su historia y la de su familia y solamente la suspendieron por quince días como advertencia. Podría pensar que eso es algo bueno, pero la realidad es que le bloquearon el acceso a una beca.

El abanico quedó destrozado en sus manos al ser presionado por su mismo silencio. Hajime lo miró de reojo, sabía que toda esa información lo iba a enfurecer, por eso mismo esperó a que su condición mejorara antes de que hiciera alguna estupidez. Y romper el abanico fue bastante light.

— Iwa-chan... —el poder que podía demostrar su voz en calma era la misma tormenta — Háblame de su historia, por favor.

El atacante lateral dejó de mirarlo. Esperaba que él mismo se lo cuestionara a ella, pero parecía que su desesperación por aclarar todas las dudas antes de enfrentarla el siguiente dia, definiría toda su confianza.

Y Hajime estaba al tanto de todo lo que había pasado, porque todo ocurrió en ese invierno de primer año que se conocieron y fue quién la acompañó desde lejos en ese entonces.

Intenta odiarme... | Oikawa TooruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora