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La vuelta había sido demasiado amarga, sin contar que la manera en que fueron recibidos rompería el corazón de cualquiera.
Con la victoria de la exclusividad con los chinos sin poder ser degustada, todos los integrantes del Nekoma tomaron un vuelo en el instante que Bokuto vomitó lo que ocurría frente a Kuroo, y apenas bajaron del avión Kenma sintió que algo muy desconocido dentro suyo se partía.
Akaashi no corrió hacia Bokuto, ni Kuroo, ni Eita quién había insistido en volver junto a ellos, si no que sus piernas ya débiles se arrebataron hacía Kenma, atrapandolo entre sus brazos en desesperación.
Cualquiera allí podía oír el llanto que el omega soltaba y podían ver sin problema como su cuerpo luchaba por aferrarse a su amigo mientras temblaba irregularmente.
- Se llevaron a mi pequeño Kenma. - El rubio lo sostenía como le era posible. - Necesito encontrarlo pero tengo miedo.
- Akaashi... - La voz de Bokuto a sus espaldas atentó con interrumpir.
- No sé quién fue, no sé qué quieren... - Nada en su cuerpo respondía más que la desesperación. - Kenma por favor.
Sabía lo que Keiji sentía, lo hacía a la perfección. Lo había vivido tantas veces hasta que los mismos que ahora a su alrededor amaba se lo habían hecho. Sabía muy bien lo que dolía que arrebataran a tu familia, a la cual tanto cuidaban, de tus manos.
- Lo voy a encontrar 'Kaashi. - No sabía de dónde pero una confianza única surgió. - Yo mismo lo voy a encontrar y traerlo a ti.
Cuando sintió que el agarré se aflojaba permitió que Bokuto ocupara su lugar, y antes de desaparecer en el auto al que Kuroo entraba, instintivamente paso junto al padre biológico de Kōjiro, observandolo de pies a cabeza.
- ¿Qué haces allí parado? - Escupió sin escrúpulos. - Busca a tu hijo maldita seas.
Ya en el auto Kuroo no podía contener la risa mientras observaba como Sakusa y Haiba se les caía el rostro de la impresión de cómo había actuado Kenma, quién ahora como si nada se encontraba recostado en uno de los asientos semi dormido.
- Eh, pequeño. - La mano de Kuroo le robó el poco sueño que había reunido. - ¿Qué quieres hacer?
- ¿Yo? - La pregunta era demasiado ambigua. - Supongo que comer algo... Saludar a Alisa y cuidar a Keiji.
