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La casa secundaria del Nekoma era un agujero psiquiátrico, o al menos eso era lo único que pudo pensar Alisa toda la noche.
Luego de la cena más extraña que tendrían en su vida, ya que acostumbraban a comer en horarios desiguales, en sus cuartos o en algún rincón de la cocina del lugar donde preparaban sus propios alimentos y esta vez se habían encontrado en un gran salón, que si no fuera por las mesas bastante hogareñas y gritos de que alguien pasará el pan o la sal, parecería hecho para hospedar fiestas del nivel de la Cenicienta, los hermanos se encontraron siendo guiados por el omega de ojos azules, su alfa y un beta que parecía sufrir de algún transtorno del tipo hiperactivo ya que, durante la cena, como en ese mismo instante no paraba de parlotear a los gritos con Bokuto.
- ¡Te queda genial la cabeza así! - exclamó el alfa, sin parar de tocar la pelada del beta. - ¿Si que no 'Kaashi?
- Bokuto-san, por favor. - Murmuró por lo bajo, arrimando los lentes más hacía su rostro.
Todos sabían que de por seguro los estaban guiando a sus cuartos, pero la casa secundaria, como la llamaban los del grupo, no era tan grande para estar dando vueltas tanto tiempo por lo mismos tres pisos, sin contar los primeros dos que atravesaron para llegar a ellos.
- Disculpen todos, soy todo un Búho nocturno. - Dijo frenando en seco, haciendo que los diez a su espalda lo imitaran. - Los alfas vengan conmigo, los llevaré a sus cuartos.
Kenma se aferró al brazo de Lev apenas el alfa habló, no quería ser separado de sus hermanos el primer día, ni mucho menos no saber dónde estarían durmiendo.
- Uhm Bokuto-san una pregunta. - El joven levantó su mano como si se encontrará en el mismísimo jardín, y al recibir un asentimiento volvió a sus palabras. - ¿No podemos dormir con nuestros hermanos?
- Haiba, ¿No? Eres la copia de tu hermana, solo que tamaño pared. - Río apuntandole. - Duerman dónde quieran, pero por la mañana comenzarán sus pruebas aquí, y ustedes deberán hacerlas conmigo, por lo que te buscaré a primer hora y si no te encuentro será bastante molesto.
Tanto Lev como Kenma sintieron menos presión sobre si mismos, no es que el de cabello plateado fuera el que siempre cuidaba al omega, esa siempre fue tarea de Tsukishima y Hinata, pero sabía bien que ahora sin ellos debería hacer su mejor esfuerzo para permanecer a su lado.
Bokuto tosió forzado al notar que los tres alfas seguían parados, y cuando eso ocurrió Kiyoko salió al frente, y Alisa la imitó arrastrando a su hermanito menor por el brazo.
- Luego buscaré tu cuarto Kenma-san. - Dijo mientras se iba con una sonrisa en el rostro.
Los siete restantes volvieron a subir al que era el cuarto piso, dónde el beta se adelantó.
