Epílogo

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3 meses después

En la casa familiar de los López en Toluca bullía la actividad. Pancho dirigía a los organizadores de eventos, con mano de hierro, con su bastón señalaba hacia los lugares donde esperaba se ubicaran los diferentes arreglos florales, los globos, cintas, mesas, manteles, servilletas, de vez en cuando robaba algunos de los bocaditos del catering, con la excusa de estarlos probando.

En el templete central ya se encontraba un pequeño altar y una pila bautismal, todos sus nietos se habían bautizado ahí y esta vez no sería la excepción. Thomy era un López y por supuesto tendría su fiesta bautismal al puro estilo de los López como debía ser y como lo mandaba el señor.

Algunos de sus nietos corrían por el patio con sus vestidos de fiesta, los regañó cuando los vio resbalar en la hierba, no debían ensuciarse, pues sabía cuanto les había tomado a sus padres cambiarlos y tenerlos presentables.

El día anterior había sido increíblemente emotivo, jamás pensó que estar en un juzgado pudiera ser algo tan maravilloso. Y aunque había muchas formas de convertirse en padre, él lo sabía bien, tenía ocho chamacos, Axel y Sebastián eran sus hijos desde que su vida se unió a la de Susana.

Ver a su Temo convertirse en padre ante los ojos de la ley, porque ante todos ya lo era, verlo firmar los documentos oficiales con seguridad, lo hizo llorar a moco tendido, agradeció que su yerno estuviera allí para abrazar a su hijo cuando estalló en lágrimas de la emoción, porque él necesitaba también ser abrazado.

Que sus hijos en el camino de la vida hubieran ido encontrando personas con quienes aprender y compartir algunos años, la vida entera o lo que creyeran conveniente, que hubieran sabido elegir personas increíbles y maravillosas como ellos, lo convertían en un padre orgulloso.

Su Temo siempre había sido especial, sentía que le debía mucho al no haber podido disfrutar de su madre, era un alma sensible, hermosa, maravillosa, era el mejor hijo del mundo y sería el mejor padre del mundo. No tenía ni una sola duda.

Era un hombre hecho y derecho capaz de enfrentarse de frente a la vida.

Cuando todo el papeleo en el juzgado terminó, dio inicio la celebración que empezó con una cena en el hogar de los Symanski con apenas algunos familiares cercanos, y luego se trasladarían a Toluca para continuarla con el bautizo de Thomy, que se daría en ese día así que todo debía estar impecable.

Los Symanski se le hacían bastante agradables, educados, respetuosos, bastante fifirilis para su gusto, tal vez. Charlar con Mizael Symanski se le hizo interesante, casi le recordaba a Vicente Irabien cuando apenas se conocieron, y eso no había salido tan mal. Freddy Irabien y su hija Ana llevaban años juntos y sus familias eran ya casi una sola. Así que esperanzas tenía en relación con esa unión familiar. Después de todo Grecia, o era Roma no se construyó en un día.



Alrededor de las nueve de la mañana, Temo llegó con los Symanski, había desayunado con la familia de Mateo en el hotel en el que se estaban quedando. Mara y Annia estaban felices de poder conocer a toda su familia. Mizael se veía un poco tenso, como si pensara que lo hubiera llevado para lanzarlo a los leones. Jonatán estaba pendiente de sus hijas y se mantuvo prudentemente cerca del pequeño grupo. Fox se mantenía cerca de Thomy, aunque viéndose demasiado interesado por recorrerlo todo.

Temo los llevó al salón y fue presentándoles a los diferentes miembros de su extensa familia. Eran demasiados lo sabía, y allí más gente de la que constaba en las invitaciones que envió, era algo que solía pasar, si se montaba una fiesta era la ocasión perfecta para invitar a amigos, conocidos, vecinos, a todo el barrio en otras palabras.

Deseo de Cumpleaños [MATEMO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora