Capítulo V: Momentos

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El sábado Temo se levantó solo al escuchar el sonido del intercomunicador, le tomó más de un par de segundos ubicar la fuente del sonido hasta lograr recordar que citó a Mateo tan temprano en la mañana. Por supuesto que en ocasiones anteriores trabajaban los sábados, su cerebro estaba reacio a cooperar hasta después de la primera taza de café después de ello pudo inmiscuirse por completo en el trabajo hasta que su pequeño niño se levantó exigiendo su atención.

Aún tenían convenios por leer a los que habría que realizar modificaciones, pero con el primero corregido sería más sencillo.

—Debería llamar a Lupe... —Hablaba con el pequeño mientras lo aseaba para ir hacia la cocina y prepararle el desayuno— ¿Quieres ver a la tía Lupita o a Julio?

Iba conversando con su hijo en brazos, que asentía ante ciertos ofrecimientos y lo miraba interrogante al escuchar otros. Al llegar a la cocina iba a sentar a Thomy en su trona cuando Fox hizo acto de presencia. Ese perro era todo un personaje.

Thomy rió encantado, y más aún al verlo hacer piruetas frente a él, luego de olisquear un poco, Temo estaba disfrutando de la función cuando Mateo se asomó por el umbral de la puerta.

Muchas cosas lo hacían sentirse en extremo sobreprotector en relación a su hijo. Muchas personas pensaban que debían hablarle de una forma distinta oyéndole extremadamente falsos y otras lo miraban con una mezcla de asombro y pena. Esto llegaba a molestarlo. Incluso personas de su familia no sabían bien cómo tratar con él, como si fuera un extraterrestre, estaba listo para enfrentar cualquiera que fuera la reacción de Mateo.

Se sentía reacio a dejárselo, a pesar que a Thomy le había caído bien como solía pasarle con la mayoría de las personas con las que trataba.

Su postura defensiva no fue necesaria, Mateo tomó a Thomy en brazos con toda la naturalidad y abandonaron la cocina con Fox pegado a sus talones. Tuvo que contener las ganas de seguirlo, y se dispuso a preparar el desayuno para todos, sonrió cuando escuchó las risas de Thomy llegar desde el salón calmando sus preocupaciones.

Preparó rápidamente la fórmula que aún tomaba Thomy en las mañanas y troceo unas verduras, junto con unas papas, y algo de pollo para su hijo. Preparo huevos revueltos con jamón, tostadas y jugo de naranja para ellos.

Cuando todo estaba preparándose asomó su cabeza por el salón, negó con la cabeza sonriendo al ver la escena.

Mateo, Thomy en su regazo y Fox, estaban sentados sobre la alfombra,

el perro rodaba por ella haciendo reír a su pequeño, se paraba en dos patitas viéndose mucho más grande que los dos, daba la patita a las órdenes de Mateo. Hasta luego rodar y dejar su cabeza sobre las piernas de Thomy, quien se veía encantado de poder tocar su suave pelaje emitiendo unos cuantos gorjeos.

—Allí viene tu papá —señaló Mateo a Temo que aún estaba bajo el umbral de la puerta— Fox retírate un poco —añadió, tendiendo al niño hacia él para que pudiera darle su biberón— necesito ir por la comida de Fox al auto, ¿te importaría?

—No, toma las llaves están en el cuenco sobre la salida, así no necesitas tocar.

—Fox, vamos...

Su perro se hizo el sordo mirando a Temo e instalándose a sus pies cuando tomó asiento junto con Thomy. No iba a ganar esa pelea sobretodo cuando Fox, parecía saber que aún no se iba de verdad. Cuando regresó colocó la comida en su cuenco junto con algo de agua. Temo aún estaba con el pequeño en el salón y conversaban animadamente.

Caminó hacia la cocina y decidió echar una mano a lo que sea que Temo estuviera preparando, quizás debía despedirse amablemente, pensó mientras servía el jugo en la jarra. Temo valoraba mucho los fines de semana, y desde que el pequeño se quedaba con él, era un día en el que no trabajaba bajo ninguna circunstancia. Después de desayunar lo dejaría disfrutar del día, decidió, Temo ya había dejado claro los puntos a modificar, podía trabajar desde allí.

Deseo de Cumpleaños [MATEMO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora