El Zorro De Las 9 Colas 🦊✨

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¿Has oído hablar de los extraños zorros de 9 colas? Una leyenda bastante popular en el continente asiático. En Corea se les llama Gumihos, y la leyenda dice así;

Un matrimonio había concebido 3 hijos varones, pero ellos anhelaban a una niña, por lo que día y noche rezaban a los dioses para que su petición pudiera cumplirse, y así fue. La mujer dio a luz a una niña, pero conforme pasaba el tiempo, extraños eventos comenzaron a ocurrir; los animales en la zona, aparecían muertos con el corazón arrancado.

Los hermanos vieron a su hermana devorar un animal, le contaron a sus padres, pero tras ese disparate en contra de su amada hija, los tres fueron echados de su propio hogar.

Fueron a buscar apoyo con un monje quien les dijo cómo terminar con aquel ser monstruoso, pero al volver, todo el pueblo había muerto. Aún así lograron dar con su hermana y acabaron con ella.

Desde entonces se rumora que el espíritu de los Gumihos, se hace presente como hermosas mujeres que se encargan de seducir a los hombres y devorarlos, quitándole sus corazones.

- Que historia más absurda. - Bufó un hombre de piel pálida tras los niños que oían la leyenda atentos.

Todos se voltearon a verlo, incluido quien contaba la historia.

- ¿Disculpe? - Quien leía la historia lucía desconcertado.

- ¿Por qué le enseña mentiras a los niños? Que vergüenza. - Se quejó molesto, parecía realmente indignado.

- Es... solo es una leyenda, señor....

El pálido suspiró frustrado, se volteó saliendo del lugar, solía visitar la biblioteca para distraerse con las historias pero no sabía que exparsian leyendas así sobre su propia especie. Sintió como jalaban su chaqueta, se volteó teniendo que bajar la mirada, encontrándose con un pequeño niño de mejillas rosadas y labios abultados, con tiernos ojos.

- ¿Tú qué? - Miró al niño.

- ¿Por qué la leyenda lo enojó tanto? - Preguntó el menor.

- Soy un Gumiho, niño. - Presumió el mayor.

- Mientes. - Frunció el ceño.

El mayor sonrió ladino y se hizo a una esquina para luego cambiar el color y forma de sus ojos, mirando al menor quien se sobresaltó, mirando con asombro al menor. El mayor asintió divertido, agachándose a la altura del niño.

- Ahora que sabes mi secreto, será mejor que lo guardes, o tal como dice la leyenda te arrancaré el corazón.

Esperaba alguna reacción tímida o incluso que el menor comenzara a llorar, pero no fue así, la pequeña mano del menor se posó suavemente en su cabeza, acariciando los finos cabellos de aquel espíritu guardián.

- Lindo perrito. - Sonrió el menor.

- ¿Cómo me llamaste? ¿No temes que vaya a comerte?

El menor sonrió, soltando leves risitas, el mayor tragó saliva y se dejó acariciar por un rato.

- Soy un zorro no un perro, y ya deja de tocarme. - Alejó la mano del niño, este siguió sonriéndole.

Se levantó, echándole otra ojeada al menor, se veía adorable sonriéndole con tanta confianza. Suspiró y se metió por un callejón, notando que el menor lo seguía, aprovechó para distraerlo pateando una lata, el menor se asustó ante el sonido y el mayor se transformó en un pequeño zorro para huir del lugar, dejando al menor gritándole que volviera.

Welcome To HellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora