1001 Historias de amor

[Nueve] Lo que quieras escuchar

:D ¿Sabeis? Solo espero sacar la misma sonrisa que me ha sacado a mi al escribirlo. Solo eso ;)

Ah, y que te guste mucho, pocas veces CandyBar escribe de esta forma :)

Seis y cuarto. Veinte minutos esperando. Una taza de café medio vacía. O medio llena, según el positivismo de cada cual. Otra de ellas entera, humeante, con la espuma en forma de corazón, como en las películas. El bar parece vacío, aunque eso no es un problema, teniendo en cuenta que en solo veinte minutos ya se ha llenado y vaciado tres veces. Esta es la cuarta, toca ocupar mesas como locos.

Hoy la nevera de cristales tiene esa tarta entera de chocolate que tanto me gusta. He pedido dos trozos exactamente iguales. Los han puesto en el mismo plato. Sus puntas se rozan mínimamente. Aunque creo que pronto empezarán a caerse uno sobre el otro. Las cucharillas están fuera, junto al plato.

Siempre he sido de los que piensan que si el amor es para ti, el amor vendrá solo. Te he esperado durante un tiempo, es cierto, pero no pienses que voy a enfadarme por que llegues unos minutos tarde. Soy de los que piensa que un día te sentarás. Que un día mirarás el café y dirás "Ay, que mono". Y que con una sonrisilla apenada lo pruebes pensando que odias el café. Después te llevarás una sorpresa, por que no lo es. Es un corazón de azúcar. 

¿Sabes algo? Nunca he bebido café.

La tarta sí que no puedo cambiarla. Está tan solicitada que en cuanto la ponen allí los trozos vuelan. Por eso la he guardado para ti, espero que no te moleste. 

Y sigo esperando. Y la gente entra, y se va, y se viene, y se sienta, y se levanta, y corre lejos, y se acerca para preguntar si me calientan el café, y les digo que no y se van. Y sigo esperando.

Y sigo esperándote, ¿eh? tú no tengas prisa. Me gustan al natural. Me gustan de las que sonríen y cierran la boca por miedo a que se les note la felicidad más de lo necesario. O que se sonrojen y miren al café como si de verdad lo fuese. O de las que corren, o de las que vuelven, o de las que se quedan, o de las que se van... o todo junto. Igual eres todo eso. Igual eres de cambios de humor, o de pensamiento, o de planes, no importa. ¿Ves el chocolate? va a estar ahí hasta que te sientes.

Bueno. Pues hoy no es tu día, lo entiendo. Ser tan parecida a mi alma debe ser cansado. Volveré mañana, deja estas cosas ahí. Guarda los trozos de tarta en tu nevera. Las dos tazas en tu microondas, ten cuidado de que el corazón no se estropee, por que no es para mí. Y quiero que todo esté perfecto para cuando venga a mirarlo. Si puede ser, dame permiso para cortar una rosa roja de la entrada. Sé que no ha recibido nunca ninguna, será bonito dársela. Le daré lo que quiera tener diciendole lo que quiera oir. Será romántico, ¿te parece?

¿Que no? ¿Que son tuyas y para adornar tu bar? No importa. Ya buscaré otras. Ya habrá otras por ahí. No se quedará sin rosa. No mientras yo siga esperándola.

Oye, que hace frío. Quizás es por eso mismo que no vienes. Tiene justificación, supongo. Ni dos minutos andando y ya se me ha congelado la punta de la nariz. Me lo podrías haber dicho. Podría haberte abierto la puerta, y echarte la chaqueta a los hombros. Está calentita, huele a "te quiero en mi vida, cuando tú quieras lo mismo". Así que no tenías por qué preocuparte. Podría haber venido. Podría haber ido, podría haber sido. O no, o simplemente será mañana. O mañana cuando ya sea mañana. Como ya te he dicho, puedo esperar. Puedo esperar cuanto quieras. 

Si no es en esta vida será en otra, claro, si lo entiendo. Pero es que... no sé. Debe ser que me cortaron el alma por la mitad y te la dieron a ti, pero es que ya no soy el mismo desde que sé que esta dividida, y que por ahí estás tú, esperando igual que yo. Quizás con el mismo café, el mismo trozo de tarta, la misma sonrisa escondida bajo la bufanda. Los mismos "vienen y van", los mismos "pues... será mañana entonces".

Es por eso que he dejado el café y he salido a buscarte a ti. Mi alma gemela.