{EXTRA} [Once] "Tu cabeza en mi salón"

94 3 2
                                    

Debo admitir que:

1. No tengo ni idea de hablar sobre el mundo fantastico de otro escritor. Así como de verlo por muy definido que lo pinte. No digo con esto que me quito culpa de la atrocidad que haga de esta historia; solo sé que el cariño predomina en ella.

y 2; Simplemente Javi me propuso un reto, escribir una "escena romántica" de la feliz vida de Aurora y Mars y pues... no podía decirle que no (no podía, era un trato. Tenía que hacerlo). Aunque después me di cuenta de que Aurora, Mars y vida feliz en la misma frase suena a fantasía más que a realidad. Así que bueno, he escrito con ellos básicamente lo que me ha dado la gana. Espero que me perdone por haber cogido prestados sus increibles personajes. Y añadir los míos :)

 

 

- Ni el todopoderoso ego de Mater tu abuelo pudo con la grandeza de semejante acto. No sabes ni lo que piensas -Aguantó su cigarrillo entre los labios, serio como siempre- Por la gloria de Krane, no me mires con esos ojos. Me obligarás a contarte la historia.

- ¿Es que te avergüenzas de ella? -Se quejó Aurora, como siempre con su sonrisa en los labios- ¿Tenemos que empezar esta tonta discusión desde el principio, Mars?

Las escobas bailaron a su alrededor llenando la casa, su pelo, y cada centímetro de ellos de polvo. Cuando se enfadaba, se movían más rápido, era de cajón de madera de pino; Era como si necesitasen desaparecer. Como si tuvieran vida, vamos.

Pero claro "todo aquí cobraba vida", ¿No? "¡Por la gloria de Krane!". No, no. espera. Aún había una mejor; "¡Dale las gracias a Krane de que puedes seguir viviendo bajo este cielo de tinieblas, hijo de la lujuria (y, por tanto) el pecado!". La cabeza de Auram aún colgaba de la pared del salón junto a sus demás trofeos de guerra. Aunque aquel ocupaba el mejor sitio. Si te sentabas a su lado su cabello desarmado se agitaba con el viento de la ventanilla que Aurora abría para que no nos asfixiaramos. Aún parecía vivo.

- ¿Y cómo fue? -Preguntó, como tonta, la niña pequeña a la que Mars se atrevía a llamar "hija" solo cuando Aurora estaba delante para vigilar el cariño que recibía de cada uno de sus progenitores; lejos de ella era como si el amor pasara a un segundo plano. ¿Quien decía que un "hijo de la gloria de Krane" cambiaba por amor?- Siempre nos dices lo mismo, y al final nunca cuentas nada -Palpó sus coletas rubias, con su boquita de fresa formando una sonrisilla- Dejas mucho que desear como amante, la verdad.

- ¡Insolente! -Se quejó el otro- Puedes tacharme de lo que quieras pero.... ¡Pero qué digo! ¡Tu padre merece un mínimo de respeto, compórtate!

La cabeza de Auram pareció reirse en su cara al escuchar semejante barbaridad. Respeto decía. Lo que faltaba por oir.

- Lo que pasa aquí es que tu padre es algo... tímido a la hora de expresar sus sentimientos. Pero ten por seguro -Dijo levantando un dedo- Que si pusiese el mismo empeño en todo lo que hace ya podía Krane empezar a temblar.

- ¿Entonces? -Pregunté un poco ajeno a todo- ¿Vais a contar la gran vida sexual de la que disfrutais?

Las mejillas de Aurora se tiñeron de rosa pálido y miró al suelo casi como reflejo más que como vergüenza. Auram empezaba a cobrar vida otra vez. De alguna forma, su risa contagiosa y su manera de reir volvía a su cabeza cada vez que yo abría la boca. Tal vez por que yo era su hijo, quien sabe. El caso era que el único que pudo reaccionar a tiempo fue Mars, al que, a diferencia de lo que pensé que pasaría (una hostia que hiciese volar mi cabeza junto con la de mi padre, por ejemplo) se echó a reir de esa forma tan "Ya quisieras tú presumir de una vida como la mía". Después su sonrisa fue de orgullo masculino puro y duro. Era una de las muchas razones por las que dormía debajo de la chimenea hasta en verano. Auram no era de esos.

Creo.

- ¿Quieres oirla? -Sonrió de nuevo- ¿Quieres los detalles? Tu padre ya no será un problema demasiado... importante en lo que a mi integridad física respecta -Lo miró a él, de reojo- ¿Ahora no sonríes, Auram?

Auram se había puesto serio. Tan vez por que llevaba siglos muerto y los ojos blancos eran su expresión favorita, pero daba la sensación de que todavía seguía escuchando nuestros pensamientos. Fue difícil adivinar el por qué de la tercera sonrisa "sincera" que Mars dejó escapar aquella tarde. Quizás por que ahora tenía lo que siempre había querido. Quien pudiera querer saberlo.

- "Sería capaz de traicionar a Krane por ti" Dije, aunque no muy alto para que no viniese a por mí personalmente -Explicó sin dejar de mirar la cabeza- Aunque no sé si cumplir promesas de amor sean lo mío.

- Nada es lo tuyo -Se quejaba Aurora siempre que podía-Siempre es Krane, Krane, y Krane hasta en la sopa. Auram no era así.

No sé si era por que Mars se había delatado tan cruel e indiferentemente frente a ella o por que repentinamente se había dado cuenta de lo que había hecho con su vida en un momento de debilidad, pero en aquel momento miró a Mars a los ojos y le rezó a sabe Toth qué dioses. Lo que estaba a punto de decir no iba a ser fácil para ninguno de los dos.

- Quiero que saques el cuerpo de Auram de las sombras y le pongas esa cabeza de nuevo -A Mars le cambió la cara por completo- Me diste tres siglos de plazo para comprobar cómo de placentera sería mi eternidad a tu lado y lo único que me ha llenado de alguna forma ha sido limpiar y ver que Auram seguía adornando la sala. Han pasado dos siglos y medio -Señaló la cocina con la frente fruncida- Devuélveme el cuerpo de Auram.

Celebré interiormente que Mars se pusiera más rojo de lo que normalmente estaba y mirara la cocina con desconfianza. A saber qué había en ese sótano, de haber sabido yo mismo hubiese ido a por él sin dudarlo. Lo de los tres siglos lo desconocía, seamos claros. Ni siquiera sabía que Auram siguiera vivo de alguna forma, que pudiese llegar a estarlo.

- Es solo un holograma -Explicó ella cuando Mars se rindió a su mirada dolida y bajó a zapatazos las escaleras del sótano- Dijo que me haría ver que aun teniendole a él en las narices sería capaz de olvidarle. De alguna forma su alma sigue dando vueltas por aquel sótano esperando a que venga alguien y lo devuelva a un cuerpo -Sonrió ilusionada- Mars sabe cómo va eso, no me mires de esa forma.

- ¿Sabías desde hace dos siglos y medio que mi progenitor seguía vivo y me has ocultado la verdad solo por darle una oportunidad?

- No quería perderte -Suspiró fuerte-. Y pensé que si te decía que Auram seguía vivo alzarías el vuelo- Ahora miró sus zapatos, triste- Te irías de mi lado.

- Vivir tanto tiempo bajo el mismo techo que Mars te ha hecho perder la cabeza -Sonreí desde mi asiento-. O eso, o solo estás es tus días y esta angustia desaparecerá en cuanto Auram entre por esa puerta.

- Si lo hace.

Aquella Aurora no era la mísma que conocía. Sobre todo por que la Aurora que yo conocía no hubiese dudado ni un solo segundo de que viviese, muriese o se esfumara el cuerpo de Auram de este mundo mi sitio en este sillón no me lo quitaría nadie, ni siquiera Mars. Se había vuelto demasiado pequeña. Imagino, tampoco es que la hubiese conocido antes de nacer. Sus ojos, sus ojos lo decían todo en realidad.

No tardó demasiado en llegar con Auram del brazo como si traerlo le costase su propia vida. Se veía pálido, cansado, de ojos hundidos y algún que otro resto de sonrisa después de pensar en Aurora. Las fuerzas no tardaron en volver a él. Respirar fue como volver a la vida. Recuperó color a la vez que Mars perdía el suyo. El color, y la paciencias, y la extraña amabilidad que estaba mostrando. Me miró como si me odiara con todas su fuerzas.

- Procura no pecar como lo hicieron ellos -Me dijo con la boca grande- No sea que sea tu cabeza la que adorne mi salón.

La escena fue algo violenta de presenciar, la verdad. Cuando Auram se vio liberado apenas recordaba como andar, pero sí como correr a donde fuera que Aurora se encontrara. Fue rápido, preciso, único. Y digo único por que no hubo segunda vez. Al menos que yo viera.

Solo recuerdo que la ira de aquel hijo de Mater se lanzó contra ellos y yo no pude hacer otra cosa más que ponerme por medio.

Que después corrieran o no, eso ya no puedo decirlo. Solo sé que les di tiempo. Mientras crujía mis huesos uno a uno entre sus manos.

"Por la gloria de Krane" Dijo antes de arrancarme la cabeza para que adornara su salón de ojos en blanco.

1001 Historias de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora