X

2.7K 339 25
                                    

En cuanto Sirius recogió a Regulus del sillón de la sala y lo acomodo sobre sus brazos al puro estilo de un caballero de novelas románticas, supo que era momento de seguirlos escaleras arriba para poder convencer al Gryffindor de dormir junto a Regulus y no en su recamara que seguramente, seguiría llena de posters vulgares que mostraban mujeres desnudas y motocicletas, lo que casi había matado a Walburga cuando ambos eran adolescentes, y que secretamente le pareció un acto de rebeldía bastante divertido.

Además, no deseaba hacer que Sirius durmiera en la sala de la casa, ya que al parecer no lucia ni muy limpia, ni muy cómoda para pasar una noche completa en ella, así que, apenas terminaron de subir los escalones que rechinaban a cada paso que dieron, él se adelantó a Sirius y camino por el corredor de ese piso hasta llegar a la habitación que sabía le pertenecía a Reg, si es que sus iniciales gravadas pulcramente en ella era una señal, no como del lado de Sirius, que habían sido borradas después de su escape del número 12 de Grimmauld Place.

Rápidamente empujo la puerta para entrar a la habitación y moverse de inmediato hacia la cama para acomodarla y que fuera más sencillo poner a Reg sobre ella, al menos después de haberlo cambiado por otra muda de ropa, aunque la que tenía parecía un pijama y no una túnica con la que normalmente un mago debía vestir, más uno sangrepura.

Al terminar de abrir y doblar las sabanas, pudo ver que Sirius entraba al lugar y colocaba lleno de cuidado a su hermanito menor, quien aún parecía incapaz de reaccionar a todos los estímulos que sucedían a su alrededor. Sin permitir que eso lo desanimara, miro atentamente al cuarto de Reg ya sin prisas de por medio y noto, no sin sorpresa, que tenía el mismo aspecto que guardaba en sus memorias, o al menos de manera superficial, pues si se prestaba demasiado atencion se podía notar que había cierto desorden que el meticuloso carácter de Regulus nunca hubiera permitido, pero que ciertamente caracterizaba a su hermano mayor.

Pero, sin concentrarse más en lo diferentes que eran Regulus y Sirius, o lo que recordaba de ellos, se movió hacia el ropero de su viejo amigo buscando otro pijama para colocárselo y dejarlo descansar por fin. Cuando tuvo un cambio de muda, regreso a la cama y trabajo silenciosamente con Sirius, el cual alzo a Regulus y lo mantuvo recto mientras él le quietaba la playera negra que tenía, pasándola sobre su cabeza y permitiéndole ver que debajo de la ropa Reg tenía aún más cicatrices desde su cuello hasta el borde de sus pantalones.

Y pasmado por ello, se atrevió a pasar sus dedos sobre ellas y notar los patrones irregulares que hacían, como si algún animal o bestia hubiera rasguñado la piel del pelinegro hasta que las marcas fueron imposibles de quitar, lo que le perturbo demasiado, pues lejos de su primera suposición, esas marcas se asemejaban más al rasguño de una persona y no de una bestia solamente.

A pesar de ello, no se atrevió a comentar nada sobre las marcas frente a Regulus, no con el riesgo de que pudiera tener una reacción negativa a cualquier conversación sobre lo que había pasado para llegar a ese estado, así que dejo de lado sus sentimientos junto a sus dudas y coloco la parte superior del pijama, al igual que la parte inferior, donde perturbadoramente se encontraban aún más cicatrices.

Entonces, al acabar de hacer eso, miro a Sirius que acomodo a Reg entre las sábanas y luego lo arropo lo mejor que pudo, antes de levantarse e ir a la salida del lugar, donde se paró y se le quedo mirando, lo que ocasiono que el mismo fuera hacia allá y cerrara ligeramente la puerta para no perturbar a Regulus.

—Tal vez sea mejor que yo duerma con él esta noche — susurro en cuanto alzo su mirada para conectar sus oscuros ojos con los grises de Sirius, el que le frunció un poco el ceño antes de responderle.

— No creo que sea buena idea, la cama no es demasiado grande y terminara siendo incómodo para ti.

—No lo será, duermo acompañado desde que Draco nació y créeme, tener a un niño pequeño en tu cama a veces es todo un desafío. Además, Regulus y yo somos bastante delgados, cabemos perfectamente.

Past LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora