XI

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Tras horas de estar en Grimmauld Place viendo a Kreacher empacar las cosas de Regulus para su mudanza a Prince Manor, llego la hora del almuerzo que tenia el Gryffindor en su apretada agenda como auror, lo que solo era un corto descanso o un escape del aburrido trabajo de papeleo que debería tener gran parte del día. Entonces Sirius entro por la chimenea del lugar, tosiendo por la molestia de usar los polvos flu y haciéndole ver que no era un experto en ese medio de trasporte, tal como no lo era el mismo con la aparición, que después de años le causaba un claro malestar al usarla.

Y con las maletas de Regulus listas, el cambiado y aun sin reaccionar a los demás después de haber despertado unas dos horas después de la salida de Sirius de la casa, estaba listo para volver a ver a Bu y Dobby, aunque no tanto al último que tendría un dilema por ver a otro elfo domestico llegar a su casa, lo que simplemente tendría que suceder, pues Kreacher no estaba dejando a Regulus por nada del mundo, debido a que lo amaba demasiado y la clara lealtad que le tenía.

Así que, en cuanto Sirius se recompuso de su mal viaje hasta ahí, le sonrió y luego pregunto —¿Qué tal el trabajo? ¿Nadie te riño por llegar tarde?

Sin el mismo espíritu de juego que él, Sirius dejo caer su cabeza hacia atrás y se pellizco el puente de la nariz mientras le respondía —Ojo loco me atrapo llegando tarde y el desgraciado me envió a hacer mi propio reporte disciplinario, como si fuera un novato y no un jodido héroe de guerra.

Apenas conteniendo la risa por la irritación que se filtraba en la voz de Sirius y el hecho de que ojo loco aun lo viera como un niño a su lado, olvidando todo lo que había sucedido a través de la guerra, con todo y los detalles que el aun desconocía, se dio cuenta de que ambos estaban actuando bastantes cómodos el uno al lado del otro. Tal vez de la forma en que actuaban los viejos amigos.

—Bueno héroe de guerra, hay que apresurarnos o conseguirás un segundo reporte disciplinario por hoy.

Bufando porque sabía que lo que le decía era verdad, por fin Sirius puso atencion a su alrededor y se dio cuenta de que en medio de la sala había varias maletas, un elfo domestico enfurruñado y Regulus en un sillón mirando hacia el fuego, perdido en su propio mundo al parecer.

—¿Cómo lo bajaste?

Al mirar a la dirección donde estaba enfocado Sirius, cayó en cuenta que su pregunta era respecto a Regulus y hecho de que manera obvia, a pesar de ser alto y haber cargado a un niño durante tantos años, de ninguna manera habría podido bajar a Regulus por todo el tramo de escaleras desgastadas y el desastre de la casa, más porque era un adulto bien formado, de una estatura cercana a la suya y un peso tambien similar.

—Soy muy bueno en los hechizos de levitación, me atrevería a decir que extremadamente bueno ya que así evite que Draco se cayera innumerables veces.

—¿Un chico torpe? — le respondió Sirius moviéndose hasta Regulus y comenzando a acomodarlo en sus brazos para salir de Grimmauld Place, soltando un poco de aire al tener todo su peso sobre él. Y notando que el comentario de Sirius no tenía ninguna intención de ofenderlo y que solo buscaba hablar sobre Draco, por curiosidad seguramente, le respondió de manera descuidada.

—Un poco, él es brillante si hablamos de la inteligencia, pero siempre ha tenido esos momentos de distracción que terminan en desastres, sin excepciones

Mientras lo escuchaba, Sirius termino de acomodar a Regulus entre sus brazos para cargarlo y camino hacia el para que lo agarrara e hiciera la aparición a Prince Manor, lo que hizo una vez coloco su mano sobre el hombro del Gryffindor y le dio una mirada a Kreacher, con quien cual ya había acordado que los seguiría de cerca y, por lo tanto, llegaría al mismo tiempo que ellos a la mansión, para evitar que Dobby peleara con él apenas sintiera la presencia de otro elfo.

Past LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora