II

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Su embarazo resulto todo menos fácil debido a que el establecerse en otro continente sin su nombre ni una historia que comprobar le cerro puertas una y otra vez para poder iniciar una vida desde cero, además de que hacer pociones para trabajar era...

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Su embarazo resulto todo menos fácil debido a que el establecerse en otro continente sin su nombre ni una historia que comprobar le cerro puertas una y otra vez para poder iniciar una vida desde cero, además de que hacer pociones para trabajar era un sueño lejano que solo podría volver a hacer después de tener a su bebé, sin querer tomar el riesgo de inhalar algún gas toxico y volver delicado el estado en que pasaría los siguientes meses. Y sin otra forma de ganar la confianza de los americanos, resulto un extranjero y un invasor que no podía integrarse a la comunidad donde había encontrado refugio, lo que solo multiplico todo el estrés que tenia y lo hizo paranoico con la idea de que mientras mas intentara ganar un lugar en el antiguo vecindario, más rápido seria encontrado.

En el otro lado del mundo, Lucius actuando tan impredecible como siempre, eligiendo reacción de manera calculadora en lugar de causar un escándalo, entonces su escape resulto en un ataque mediato en su contra, donde tuvo el descaro de contar su traumática y dolorosa infancia a manos de su padre muggle que era un abusivo y su madre, una sangre pura expulsada de su árbol familiar, que había muerto a manos de su esposo, todo para dejar a un niño inestable que fue rescatado por el perfecto caballero que era Lucius a los ojos de la sociedad mágica, un ángel incluso dirían los más atrevidos, que tomo bajo su protección al ultimo heredero de la honrosa casa Prince y que logro amar inmensamente. La historia perfecta que logro que la comunidad mágica se movilizara a buscarlo, para reconfortar al heredero Malfoy o para salvar la casi muerta línea Prince.

De esa manera, grandes sangrepuras con costumbres puristas, que despreciaban su condición de mestizo y que a lo largo de los años se lo recordaron, con comentarios sueltos sobre lo perfecto que seria sino fuera por su estado de sangre, entendieron el riesgo de dejar que una de las sagradas familiar y de las más antiguas, muriera debido a sus acciones al perderse del ojo público, sin importar que bajo los cuchicheos mediáticos supieran que eso causaría que fuera aprisionado en el bando del señor oscuro y con ello, devolverlo al compromiso que era atarse a Malfoy por el resto de su vida, para seguir sus reglas, ideologías y sus tratos, una historia trágicamente parecida a la de su madre.

Sin embargo, los esfuerzos de Lucius, para su sorpresa, resultaron infructuosos y al pasar los meses el niño en su vientre se acercó cada vez más a nacer y el, se vio actuando mejor de lo que pensó que podía, a pesar de siempre haber mentido a lo largo de su vida; sobre su familia, sus pensamientos o sus acciones. Así que utilizo todo lo que tenía a su favor; la vulnerabilidad que le daba su condición y que debía haber sido una desventaja en lugar de un movimiento para que las viejas brujas de la comunidad, con todos sus hijos ya haciendo su vida demasiado lejos de ellas, empezaran a tomarlo bajo su protección, en la espera de ver nuevamente por el barrio un niño crecer, para que la soledad mermara un poco.

Fue de esa forma en la que su hijo llego al mundo, desgarrándolo de dolor con su apariencia que distante a asemejarse a él de cabello y ojos oscuros, albergaba todas las características que había amado de Lucius; la suave pelusa rubia que adornaba su pequeña cabeza o los ojos grises mirando alrededor con curiosidad, tomándolo desprevenido, demasiado solo como para aferrarse a él en un último intento de salvarse lo nombro Draco, como la constelación o la tradición Black.

Tal vez en honor del recuerdo hacia Bella, el amor a Regulus, la inocencia de Cissy o la oportunidad que le había regalado Sirius, no lo sabía con exactitud, pero bajo las estrellas deseo que si existiera una forma de que ellos escaparan de la guerra lo hicieran, que sus vidas sobrevivieran a la tradición que sus padres los habían obligado a seguir.

Y esperando lo mejor pasaron meses, actualizaciones sobre la guerra llegaban en pequeñas notas de periódicos locales, más interesados en las nuevas modas de la sociedad mágica que en su destrucción y justo entre ellas descubrió el compromiso de Narcissa con Lucius. Una daga al corazón, al amor irracional que conservaba en vano y el movimiento que lo dejaba en libertad en Estados Unidos a la vez, una carta de salida que el hombre le dio a pesar de que únicamente fuera para salvar su cuello y seguir su vida en Inglaterra, tal vez cansado de buscarlo.

Lleno de esa tristeza irracional, entendió que eso era lo último de su antigua vida, que sin la búsqueda de Lucius los otros eventualmente pararían y el seria olvidado de la sociedad de mágica de Inglaterra, a favor de interesarse en los magos caídos y en la sangre de inocentes que era derramada en su estúpida guerra, pero de forma inevitable, lo mucho que lo alivio la noticia y el que por fin tuviera una oportunidad de reconstruir su vida y crear una para Draco, también le causo un dolor sórdido que nunca lo abandono. El saber que nunca había sido amado como esperaba y ser solo un movimiento para los ideales del sangrepura lo dejo en vela durante varias noches, junto el pensamiento de lo infeliz que sería Cissy en ese matrimonio, al menos hasta que la bruja más vieja del lugar lo sorprendió entrando a su hogar sin permiso.

Era heredera del linaje Beaufort, que no hablaba con él ni tenía ningún acercamiento como las demás que trataban todo el tiempo de cuidarlo durante su embarazo, así que cuando lo enfrento sin delicadeza alguna y luego procedió a derrumbarlo con sus pocas palabras, quedo tan asustado que su respiración casi paro por algunos segundos.

—Los Prince siempre son tan fáciles de notar, no hay generación que merme su piel de porcelana o cabello tan oscuro, sin embargo, Draco lo hizo— comento de forma relajada mientras él tomaba su varita con demasiada fuerza, listo para huir de nuevo — Deja de llorarle al hombre que te llevo a escapar y tomar otra identidad, cuida a tu hijo y nadie te delatara con los magos ingleses, estas a salvo.

Desplomando sus hombros y confiando por primera vez en meses, más fácil de lo que debió haber hecho, pero desesperado por sentirse a salvo, únicamente asintió murmurando gracias, sin creerse capaz de algo mejor o de decir algo que no lo avergonzara por completo, después de todo, aun era demasiado joven, incluso si ya tenia un hijo.

Y después de aquella noche, todo se volvió domésticamente fácil, con menos dolor por lo que dejo en Inglaterra y más amor que sentía hacia Draco, que estaba a su lado demasiado lejos de ese país condenado. Poco a poco supero cualquier obstáculo en su camino y sin el miedo a ser descubierto, se centro en una nueva vida, una que tuviera las elecciones correctas de una vez por todas.

Se centro en su infantil risa, sus mejillas regordetas bañadas en un bonito color rojo cuando estaba feliz, sus primeros pasos o la ocasión que lo llamo papá. Todo su mundo se redujo solo a crear la vida que muchas veces pensó seria imposible alcanzar, a hacer que el nombre que portaba en lugar de Severus Snape, se volviera completamente suyo y no el de un extraño que no debía existir y no demasiado después a tomar el apellido Beaufort, en un acto de buena voluntad de la anciana que parecía su salvadora.

Al final no había una guerra al otro lado del océano ni un hombre al que amar otra vez, solo era el haciendo pociones mientras Dobby limpiaba la casa y Draco aprendía a hablar correctamente. Eran las tardes de té donde su bebé terminaba siendo apretujado entre las ancianas, demasiado mimado para su bien, pero haciéndolo feliz, todo lo que quería para él.

Era el amor que profesaba a la vieja bruja que lo cuidaba como su hijo y las noches de cuentos, todo eso era y más, mientras pudiera permanecer ahí estaría bien, esperando que el bando oscuro no ganara y llegara a su pequeño escondite, que Draco nunca cuestionara porque su apariencia era tan diferente o que de forma inevitable tuviera que volver a Inglaterra, a la sociedad mágica que algún día conocería a su hijo y de inmediato lo ligaría a su relación con Lucius junto a todos los errores que cometiera mientras eso sucedía.

Pero eso no importaba, al menos no hasta que la infancia de Draco se desvaneciera y su adolescencia llegara o la guerra se diera por terminada, hasta que el naciente Lord Voldemort fuera una época dolorosa que contar y no una constante amenaza.

Mientras tanto podía dormir con la calidez de saberse en lo correcto, que era un buen padre al haber escapado de una relación abusiva, de una infancia para Draco tan cruel como la suya que ningún niño merecía y por mucho que sus sentimientos siguieran aferrados a Lucius inútilmente se repetiría a si fuera cada día que estaba bien, que su hijo lo valía, él mismo lo hacía, que el amor no debería doler como lo hizo con el sangrepura.

Podía hacerlo si su bebé permanecía en sus brazos aferrado con tal cariño, si lo amara por siempre aun con sus errores, al menos debía intentarlo.

Past LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora