XIV

2.3K 259 26
                                    

En definitiva, a la mañana siguiente ni su estado de ánimo, ni su estado físico eran el mejor, principalmente por el dolor de cabeza con el que se había despertado y que a penas se pudo levantar sin caer para dirigirse al baño de su habitación, se había desecho de el gracias a una poción para el dolor, que de forma lamentable solo le quitaba esa molestia, más no el asco que se caracterizaba por aparecer después de una buena borrachera, el cual hasta el momento no le estaba dando un solo momento de descanso, y que no lo haría hasta que tomara una poción específicamente para curar la resaca, la que no tenia a la mano entre sus reservas de pociones.

Y sin la oportunidad o las ganas de ir al callejón Diagon tan temprano, tendría que aguantar todo el día de esa forma, agregando las burlas que recibiría de Heloise por actuar tan irresponsablemente a tan solo unos días de dejar de ser padre a tiempo completo, como si volviera a sus andadas de adolescente. Todo solo porque no tenia entre tantas de sus pociones una sola para la resaca, lo que lo hacia un mal pocionista, pero un buen padre al mismo tiempo, ya que demostraba que no tomaba con regularidad como lo había hecho Tobías y, por lo tanto, que no necesitaba nada para aliviar las consecuencias de una borrachera regular.

Así que no estaba listo para ser agradable cuando sintió que alguien se aparecía en el jardín de la mansión, menos aun cuando esa persona que seguro era Sirius, empujo la puerta que al parecer no había cerrado bien la noche anterior después de seguirlo hasta que se fue del lugar, furioso con él y su propuesta o la última amenaza que hizo, quien sabe, y por fin entro a la mansión, dirigiéndose hasta donde estaba, tirado perezosamente sobre el sillón, aun con la ropa del día anterior y cubriendo sus ojos con su antebrazo.

—Luces como un desastre— murmuro Sirius, aun con un tono desagradable en el fondo de su voz, lo que demostraba que seguía descontento con él, contrario al hecho de que viniera a verlo tan temprano.

Volteándose hasta que su cara dio al respaldo del sillón, decidió que podía ignorar por el momento a Sirius y dormir un poco, pero este parecía en contra de sus planes, jalando su cuerpo hasta que estuvo sentando y mirando hacia arriba, desde donde Sirius se alzaba sobre él, luciendo en definitiva en mejores condiciones que el mismo.

Parecía que había tomado una buena ducha ya que sus risos aún estaban húmedos, como si olvidara que existía un hechizo para secar su cabello en lugar de estar mojándose su uniforme todo el tiempo, además de eso, su rostro no denotaba ninguna molestia a parte de un poco de ojeras que debían de ser por dormir demasiado tarde la noche anterior y tener que despertarse muy temprano para ir a trabajar.

—Gracias por el cumplido—respondió de forma grosera al no poder volver a acostarse e ignorar a su invitado. Y tal vez divertido por su clara miseria, Sirius sonrió un poco y lo hizo ponerse derecho antes de casi empujar por su garganta la poción que necesitaba para sentirse bien.

Permitiéndole unos segundos para que hiciera efecto, Sirius se sentó a su lado en el sillón y guardo silencio, aun reflexionando si quería pelear en ese momento o no al parecer, pues a pesar de los años, ambos seguían siendo tan explosivos el uno con el otro, lo que en su adolescencia los había hecho ser enemigos escolares jurados.

—¿Sigues pensando la misma tontería de la madrugada? —le cuestiono, haciendo que el levantará su mirada con determinación, ahora que se sentía bien para poder tener una conversación decente, sin importar que luciera lamentable para ella.

—Claro que lo sigo pensando Sirius, y sabes que no dejare de hacerlo.

Suspirando exasperado, el hombre a su lado se paso una de sus manos entre su cabello y no lo miro mientras le respondía —Eres jodidamente testarudo y tonto, y yo sigo sin tener paciencia para ello.

Past LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora