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Respiro hondo

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Respiro hondo.

Herida fresca.

Suspiro pesado.

Repetir.

Ese era el patrón que llevaba repitiendo desde hace ya 1 hora, todo estando dentro de la diminuta bañera de su casa, a pesar de su baja estatura, tenia que doblar sus piernas para caber totalmente.

Había roto su abstinencia. Otra vez.

Ya llevaba casi un mes totalmente limpio, pero eso ya no importaba porque se había vuelto a herir y de una forma más horrible que en todas las ocasiones anteriores.

Porque ahora había sangre.

Mucha sangre. El agua era de un tono rojo brillante que poco a poco se iba volviendo más y más oscuro.

Y esta vez, no planeaba pedir ayuda.

Se acabó para él, ya no iba a causarle más daño a nadie.

Y todo por su maldita incapacidad de amar.

Sí tan solo pudiera amar correctamente, le hubiera dicho a Confi lo que sentía desde el inicio, no lo hubiera lastimado en el bar, empatizaría de mejor manera con él, podría ayudarlo, en vez de causarle más problemas.

Pero no, no podía.

Decidió que aquella cortada más reciente, que él mismo se había dibujado en la piel con una navaja para afeitar, iba a ser la última. Ya contaba con 8 cortas en el brazo izquierdo y con una muy larga en el derecho, iba desde la muñera hasta el codo.

Ya no importaba tener que ocultarlas.

Lanzó la navaja al piso y se sumergió lo más posible en la diminuta bañera. Y cerró los ojos.

***

Pero no murió.

Todo lo contrario, se encontraba más vivo que nunca.

Fué prácticamente todo un milagro que el padre de Patín regresara de su viaje unos 8 minutos después de que Patín se hubiera dormido en la bañera por la falta de sangre.

El hombre cuenta como comenzó a llamar a su hijo pero al no recibir respuesta creyó que simplemente no estaba e iba a darle una grata sorpresa, pero entonces cayó en cuenta de que ese silencio en su hogar era espectral, no tenía nada de normal y comenzó a preocuparle. Instinto paternal, probablemente.

Comenzó a buscarlo en todos los rincones del hogar y fué así que dió con el mojado cuerpo de su hijo en el baño, no se había molestado en poner el seguro.

El hombre envolvió el cuerpo en toallas y cobijas y salió cargándolo hasta su coche, donde condujo como un desquiciado hasta el hospital, donde tuvieron que pasar dos días hasta que el peli-verde se encontrara totalmente estable para que este pudiera comenzar a recibir visitas.

Amortometro//Patín patán x ConfiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora