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El peso de la desición tan extremista cayó sobre los hombros de todo como sí fuera un yunque, de esos que salen en las caricaturas y que aplastan a los personajes hasta dejarlos como hojas de papel

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El peso de la desición tan extremista cayó sobre los hombros de todo como sí fuera un yunque, de esos que salen en las caricaturas y que aplastan a los personajes hasta dejarlos como hojas de papel.

Aunque claro, era extremista viéndola según el ángulo. Pascua era quien la describía como extremista, Patín como innecesaria, Willy como una solución desesperada muy guiable y Bibi como una desición triste.

Y Confi se rehusaba a pensar en eso, ni siquiera a considerarlo.

Willy había sugerido que volvieran a internarlo. Según él, no estaba listo para intentar volver a tener una vida, y que debía regresar a un tratamiento.

No podían hacerle eso, no podían dejarlo probar la libertad y después otra vez volver a encerrarlo. Willy decía que era por su bien, que así todo podría arreglarse.

Arreglarse. ¿Entonces él lo arruinó todo? ¿Las cosas ya estaban arregladas, pero entonces él se metió en el juego y volvieron a hecharse a perder? Odiaba ese sentimiento, ese que lo manejaba como a una marioneta y le susurraba al oido que no era más que un pobre diablo adicto al dolor.

Mientras Willy seguía hablando, sintió la mano de Bibi posarse sobre la suya y apretándola un poco. Ella sabía cuanto había luchado contra ese sentimiento, lo mucho que deseaba hacerle frente a sus problemas pero siempre que lo intentaba, terminaba peor. Como ahora, irónicamente.

Es como un circulo vicioso; él se hace daño así mismo, intenta arreglarlo, se hace más daño a sí mismo, intenta arreglar eso también, y todo vuelve a repetirse.

En algún momento de su torbellino de angustia, Pascua debió pedirle a Willy que salieran a hablar del asunto en privado, porque de repente ya no estaban, pero sus voces se escuchaban afuera de la habitación. Sí agudizaba bien el oido, hasta podía distinguir la conversación.

– Es lo mejor para él – Decía un preocupado Willy.

– Es lo mejor para tu culo – Decía un enojado Pascua.

Hizo falta solo otro comentario agresivo de Pascua para que Willy comenzara a elevar la voz.

– Alguién tendrá que ir a calmarlos – Comentó Patín al aire, y Bibi decidió darle la razón al peli-verde, ya que soltó la mano de Confi y cruzó la puerta, uniéndose a la conversación. Y dejando a Patín y a Confi solos.

– ...¿Tú crees que él tenga razón? – Susurró Confi.

Toda esta situación le causaba dolor físico a Patín, no quería ver sufrir a Confi, y sí esa decisión lo hacía sufrir, entonces estaba encontra. Pero sí las consecuencias a largo plazo de esa desición lo iban a ayudar a sanar y que dejara de sufrir en el futuro, entonces debía apoyarla ¿no?

Que complicado.

Patín, aún sin responder a la pregunta, se acercó a Confi y acunó su rostro en sus manos, después recargó su frente con la propia. Cerró los ojos y por instinto supo que Confi lo imitó.

Amortometro//Patín patán x ConfiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora