Boda

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<< Tres años después >>

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– No entiendo esta película.

Comentó un peli-verde, intentando ver la televisión al mismo tiempo que intentaba hacerse de forma correcta el nudo de su corbata. Cabe resaltar que estaba fallando en ambas cosas.

– No puedo creer que hayas decidido ver una película justo antes del día de tu boda — Toto se acercó y terminó el nudo de forma correcta. Ya tenía experiencia en específicamente ese nudo, de su boda con Di.

– Es para los nervios – Fue la única contestación del oji-ambar.

Y aunque se reía mientras lo decía, no era mentira. Se estaba muriendo de los nervios. Estaba tan ansioso que temía explotar desde adentro antes de poder decir sus votos matrimoniales.

Y es que en serio había sido una espera bastante larga. En su mente aún se repetía el recuerdo de una forma muy vívida la primera noche sin Confi, el día que lo internaron. Y todas las noches siguientes, y después el reencuentro. Recuerda que lo besó de una forma tan apasionada que por un segundo temió que sus labios se hubieran unido de forma permanente. Después fue la lucha por seguir adelante.

Pasó bastante tiempo para que Confi por fín dijera que se sentía listo y comenzaran a planearlo todo.

Y ahora, se encontraba en su presente. En su mejor presente. Aunque aún no estuviera peinado y en todo ese rato no hubiera entendido ni pío de la película que puso.

– Ya tenemos que irnos, se nos va a hacer tarde – Willy se asomó desde la otra punta de la habitación y apresuró tanto al peli-verde como al boxeador.

– Ni modo, te terminas de peinar en el carro. ¡Willy, tú conduces!

El grupo, gracias al estilo de manejo característico del enfermero, llegó a la iglesia justo a tiempo. Era un espacio sumamente precioso, cabe resaltar.

El enorme altar, al fondo, con una cúpula encima, hacía que hasta el aleteo de una mariposa sonará intensificado, por eso a Patín no se le hizo complicado sentir el látido de su corazón martilleando en su interior con tanta fuerza que temió que pudiera estar sufriendo un infarto.

Pero no, en serio solo eran los nervios que se lo estaban comiendo vivo. Y no desaparecieron cuando la ceremonia comenzó.

Y mucho menos cuando lo vió entrar.

Jamás había visto a alguien desprender tanta luz como él, quien iba caminando por el largo pasillo de la iglesia, totalmente ajeno a que era el ser más hermoso que Patín alguna vez había visto.

Patín le extendió la mano para acomodarlo a su lado, y no pudo evitar que una diminuta lágrima desobediente se le escapara de su mirada.

Con toda la ternura del mundo, Confi movió su mano hacía la dichosa gota de agua y la borró, surcando en el acto la curva del rostro de Patín con tanta calidad, que sus nervios desaparecieron como por arte de magia.

Sí, ese era el poder que el oji-azul tenía sobre él. Podía manipular sus emociones, pensamientos y deseos con una sola mirada o sonrisa.

Por eso, cuando ambos al fín se unieron mutuamente, con todo y tropiezos, heridas, miedos, inseguridades, fue el día más feliz de ambos.

El más feliz de ambos, hasta ahora.

FIN

FIN

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Amortometro//Patín patán x ConfiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora