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Cuarto día en la casa de Patín Patán

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Cuarto día en la casa de Patín Patán.

Ya ni se atrevía a intentar comunicarse con Pascua, sabia que era su responsabilidad pero igual no quería enfrentarse a ellas.

Además, tampoco es como que Pascua hubiera preguntado por él aún.

Tampoco se estaba lamentando. Todo lo contrario, su estadía con Patín había estado siendo... increible.

Días enteros platicando, los dos tirados en el piso mientras miraban al techo. Patín otra vez estaba sintiendo que recuperaba la confianza de Confi y Confi finalmente sentia que tenia a alguien directo con quien confiar.

– Wey, tu cel está sonando.

Por unos segundos, se quedó totalmente inmovil, como procesando esas palabras; se levantó con prisa, casi tropezandose con sus propios pies y tomando el aparato.

No era Pascua.

Pero era Bibi.

Confi se relajó y contestó a la llamada que su amiga de la infancia pedia.

– ¿Bueno?

Hola Confi – Escuchó la voz tranquila y serena de su amiga de la infancia – Oye, ¿tienes hoy la tarde libre de casualidad.

***

De alguna milagrosa forma, Bibi había logrado unir a todo el grupo de ocupados amigos para la reunión que se tenía planeada desde ya hace meses.

Confi intentaba comportarse lo más neutral posible, pero es que era como tener a unos complrtos desconocidos en frente.

Por voz de Patín, supo que Toto se había metido al negocio  de las peleas de box (De hecho, el propio Patán lo entrenó) y la nueva complexión ósea de su amigo lo confirmaba; la última vez que lo vió se había pintado el cabello de rubio, razón de más por la que todos le decian pollito de broma, y era más flaco y bajo. Ahora su cabello regresó a su tono natural castaño y su trabajo le había esculpido un cuerpo alto y lígeramente musculoso.

Willy había ejercido su carrera de enfermero pero seguía ayudando al ejercito. De vez en cuando viajaba a campamentos para curar a los reclutas.

Fue un alivio que Tocino no cambiará en absoluto y mucho menos se comportara tan altivo como Toto o tan tímido como Willy. Solo era Tocino.

No tardaron mucho en llegar a la mesa que Bibi había apartado en el café, un lugar un poco escondido, justo en una esquina del local. "Para tener privacidad" Así, había dicho Bibi.

Escuchó las uñas de Toto golpear nervioso la mesa y Willy volvió a darle un trago a su té helado.

– ¿Y...? Cuentenme, como les ha ido a todos – Bibi rompió el silencio.

– Bien – Dijo de forma veloz Confi, sin hacer contacto visual.

– Me alegro – Musitó Toto, mirando a la pared en lugar de a las personas a su alrededor.

Amortometro//Patín patán x ConfiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora