•𝚃нє 𝐃𝐀𝐑𝐊 αи∂ 𝐆𝐋𝐎𝐎𝐌𝐘 𝙳𝙴𝚃𝙴𝙲𝚃𝙸𝚅𝙴• [✓]

CAPÍTULO SIETE

☀️Maratón |2/2|🌻

Me dirigí a la sala de interrogatorios, a diferencia de ocasiones anteriores éste caso me tenía un poco más estresado debido a que la vida de un pequeño e inocente bebé estaba en riesgo, realmente quería poder encontrarlo con vida aún.

—Buenas tardes, soy el detective Perth Tanapon. —Extendí mi mano para saludarlo.

—Mucho gusto, agente, mi nombre es  Itan Athapat, esposo de Miriam —respondió, con su semblante triste.

—Muy bien, señor Athapat, iremos directo al grano, sé que esto es difícil pero, le prometo que hacemos hasta lo imposible por recuperar a su bebé. — El señor Athapat asintió con una mirada triste y un "gracias" que ni siquiera llegó a ser audible. —Bien, podría empezar por decirme, ¿en qué lugar se encontraba usted cuando Miriam desapareció?

—Me encontraba en Suiza, tuve que viajar debido a que la empresa de mi padre necesitaba ayuda y yo siendo un auditor público viajé para brindarsela. Quise llevar a Miriam conmigo pero, ella se rehusó... —Sollozó.

—¿Sabe usted de alguien que quisiera hacerle daño a Miriam, o incluso a usted, señor Itan? —Entrecerré mis ojos, examinando sus movimientos corporales, los cuales no mostraban nada extraño realmente. Solamente tristeza... y una muy profunda.

—N-no... ambos siempre fuimos muy amables con todas las personas que conocíamos. Además de que nuestro círculo social era muy pequeño. Siempre salía de la empresa a casa y Miriam del hospital en el que laboraba a casa. — El señor Itan simplemente lloraba mientras hablaba.

—¿Sabía usted que Miriam estaba embarazada, antes de irse?

—N-no... —Sollozó —antes de irme le pedí que viniera conmigo a Suiza pues no sabría cuánto tiempo tardaría en volver, pero ella se negó diciendo que la consintiera cuando volviera. Realmente pienso que no quiso venir conmigo debido a sus pacientes, ella era pediatra y todos los niños del hospital la amaban... hubiese sido una excelente madre. — El señor Itan lloraba cada vez más desconsolado.

—¿Cómo se dió cuenta que ella desapareció y que estaba embarazada?

—Desde que llegué a Suiza le llamaba todas las noches y todas las mañanas, un mes después empecé a escucharla diferente... — Su mirada se perdió un momento, en recuerdos de los buenos momentos junto a su esposa, tal vez.

—¿Diferente en qué sentido?

—Se escuchaba emocionada, siempre muy alegre y entusiasmada. —Extendí mi pañuelo y se lo entregué para que limpiara sus lágrimas, suspirando casi nada visible, estos escenarios son los que en algún punto me hacen sacar la humanidad que llevo dentro.

—¿Cómo fué la última conversación que tuvo con ella?

—En la última conversación que tuvimos ella dijo que tenía una sorpresa para mí, que estaría muy feliz cuando regresara, ese día me dijo muchas veces lo mucho que me amaba y que añoraba formar una familia a mi lado. — El señor Itan se soltó en llanto, esta vez más audible e imparable, murmurando pequeños y bajos "lo siento" que a duras penas eran audibles. Asentí dándole su espacio tan solo un momento.

Pudiera decir que dicha escena me incomodaba debido a mi forma de ser, pero ver llorar desconsoladamente a ese hombre me provocaba una grandísima pena. No le sentía lástima, sentía pena por su pérdida, parecían ser un matrimonio muy feliz y sí, ambos tenían la pinta de que iban a ser buenos padres.

Bueno, Miriam ya no podrá serlo, pero sé que el señor Itan lo hará. Él lo hará por ambos.

—Las personas más cercanas a ustedes, ¿quiénes son? —Recordé que no debía obviar ese detalle.