♡ • ESPECIAL ZEESAINT • ♡︎

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Su celular vibró anunciando un nuevo mensaje entrante. —Muchas gracias. —Le sonrió a la señorita del café, y tomando su respectivo Capuchino salió de la cafetería.

Se subió a su auto y con una sonrisa emprendió camino hacia la clínica en la cual sabía que se encontraría Saint. Desde aquella ocasión en que lo invitó a beber un café, sus encuentros habían continuado, hasta el día de hoy dichos encuentros continuaban siendo cada vez más frecuentes.

Durante estos cuatro años Zee le había hecho saber a Saint el tipo de sentimientos que tenía hacia él, por supuesto que solamente fué sincero al decirlo, no había pensado en pedirle que aceptase tener una relación con él, pues era conciente de que el chico había sufrido mucho durante los casi nueve años en los que permaneció secuestrado, y así mismo conocía de algunos de los traumas que había desarrollado en ese infierno.

Aunque ahora Saint tenía veintisiete años, Zee sabía que la diferencia de su edad podría ser un problema para ambos, aunque únicamente fueran ocho años. Por ello, había decidido conformarse con ser su amigo y cuidar de él, claro, pensaba alejarse si se llegara el momento en que Saint encontrara a una persona adecuada para él. Todo este tiempo Zee había tratado de ser todo lo que Saint necesitara, cubrir el espacio de un hermano, mejor amigo, confidente, protector, incluso lo acompañaba a algunas de sus sesiones con la psicóloga que estaba a cargo de llevar el tratamiento de su caso.

Estacionó el auto frente a la clínica, y al bajarse de este instantáneamente divisó a Saint que venía bajando las gradas, el chico solamente traía su pequeño maletín café, el cual de hecho había sido un obsequio de Zee, su botella de agua y un pequeño suéter. El detective le sonrió desde la distancia.

—¡Sí viniste! — Saint lo miraba sorprendido, intentando ocultar la emoción de verle.

—¿Por qué no lo haría? — Zee lo observó fijamente, sonrojando al menor.

—Bueno, porque eres alguien muy ocupado y además no viste mi mensaje. —Sonrió en el momento en que Zee le abrió la puerta del auto.

—Me sé de memoria tus horarios de entrada y por lo tanto, también de salida, con respecto a lo ocupado... pues estamos de vacaciones. — Le indicó colocarse el cinturón. Saint obedeció de inmediato, sintiéndose como un niño pequeño bajo el cuidado de un adulto. Seguidamente Zee encendió el auto y emprendieron camino.

—Ok, entiendo. Entonces... ¿por qué ignoraste mi mensaje? —Hizo un puchero, Zee sonrió.

—Sabía que eras tú, así que salí corriendo de inmediato. — El jóven entrecerró los ojos, buscando la mentira en las palabras del mayor.

—No te creo.

—Olvídalo, mejor dime, ¿a dónde quieres ir? ¿Te llevo directamente a tu casa? — El detective miró fijamente hacia el frente, pero su atención puesta en lo que el menor tenía por decir.

—Quiero ir a la playa —Sonrió entusiasmado.

—¿Playa? ¿Estás bien con los lugares públicos? —cuestionó, preocupado realmente, pues conocía de la fobia social que el chico había adoptado, sintiendo que todo aquel que se le acercaba quería hacerle daño. Saint suspiró, su semblante se volvió cabizbajo de inmediato.

En realidad no lo sé... —resopló —a veces pienso que esas sesiones no ayudan en nada, sigo recordando todo y aún d-duele...

—Recordar es una parte de sanar. Cuando recuerdes y ya no llores, tu cuerpo ya no tiemble y tu corazón no se estremesca debido al miedo... sabrás que has sanado, Saint. Pero tienes que darle tiempo y ser paciente contigo mismo. — El menor sonrió. Se miraron fijamente a los ojos, sintiendo como si el tiempo se congelara en ese instante. Saint tragó grueso al encontrarse perdido en los labios del mayor.

—¿Por qué no me llevas a tu casa? —dijo, casi en un susurro, sin despegar su vista de la boca del mayor.

—Saint...

—Perdón pero yo no lo soporto más.

Diciendo esto se soltó el cinturón y se lanzó hacia su mayor, tomó con ambas manos su rostro y comenzó a besarlo, Zee hizo una maniobra sorprendente para poder estacionarse a un lado de la carretera, cuidando de no causar algún accidente. Sus ojos estaban abiertos de par en par de tan solo sentir la suavidad de los labios ajenos sobre los suyos, al principio no correspondió aquel beso. lo había tomado por sorpresa.

Reaccionando por fin, empujó la cintura del menor en un intento por detener el beso, pero fué inútil, poco a poco fué cediendo con más entrega al beso, apretando la cintura del menor y acercándolo más a él, suspirando en medio del beso no pudo evitar sonreír.

—Saint... —Su voz fue como una leve caricia, sus húmedos labios permanecían un tanto abiertos y sus expectantes orbes estaban fijos sobre los contrarios.

—No digas nada, por favor. —Saint llevó su índice hasta los labios del detective, callando lo que tenía por decir. Recostó su frente en la contraria y suspiró Tú me gustas... no sé si sea por tu sonrisa, porque me cuidas y te preocupas por mí, no sé si sea por tu físico, no sé por qué diablos sea... solo sé que me gustas, Zee. — El mayor sonrió. —Por favor... dime que aún no es tarde, dime que aún sientes lo que me confesaste hace tres años. — Sin poder evitarlo, en sus ojos se habían acumulado las lágrimas.

Zee besó una por una, ambas manos de Saint, luego besó su frente y seguidamente le besó el puente de la nariz. —No... — Saint frunció el ceño, imaginando lo peor —aún no es tarde. — El menor ahogó un grito y de inmediato besó a su mayor.

—¿Entonces sí podemos ir a la playa? —Sonrió. Zee negó.

Iremos a mi casa. — Enarcó una ceja. Saint soltó una risa nerviosa.

—Esa idea me parece aún más genial. —Volvió a besarlo. Saint se acomodó en su asiento, aún seguía sonriendo bobamente. Desde la primera vez que lo vió, había sentido las típicas mariposas en el estómago.

Ahora su condición mental era mucho mejor, ahora después de cuatro largos años en sesiones de terapias, visitas de uno y otro psicólogo, se sentía listo para amar, para dejar atrás su trauma y por fin darle una oportunidad a su felicidad.

¿Y quién mejor que aquel detective que había permanecido a su lado en cada paso? ¿Quién mejor que aquella persona que se convirtió en su sostén y apoyo desde la primera vez?

Al final de cuentas la edad es solo un número, y ellos solo querían amarse uno a otro sin importar edad, nivel social o la opinión de las demás personas. Aquello era amor y seguiría siendo amor sin importar qué.








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¡Holi!

¿Qué les pareció el especial del ZeeSaint? ¿Les gustó?

Espero que sí, la verdad es que a mí me gustó muchito.😍 Repasé tantas veces la idea de si les hacía especiales de las parejas secundarias y bueno aquí pueden ver qué opinión ganó, jajaja.

Nuestras tres shipps secundarias (secundarias de la historia pues) también merecían un final bonito. Sí, no está largo a como ya los acostumbré, jaja. Pero se debe a que son pequeños especiales, nada más para que nos quede claro que ellos también son felices.💜

Espero haya sido de su agrado y esperaré por sus comentarios.


💜




[Publicado: 18/09/21
Corregido: 03/07/23]

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