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twenty five: la verdad

𝐌𝐢𝐜𝐚𝐞𝐥𝐚 𝐄𝐯𝐞𝐫𝐠𝐥𝐨𝐭.

⎯ ¿Podemos hablarlo en la cama?⎯ Preguntó mirándome suplicante. Para aliviar el ambiente hice una mueca pervertida.

⎯ ¿Quieres decirme mediante sexo por qué te casaste con Michelle? Grr, atrevido.⎯ Exageré y soltó carcajadas al igual que yo.

⎯ En serio, tonta, lo digo para más comodidad.

⎯ Okey, vamos.

Se levantó del sillón y tomó la llave de la puerta para cerrarla con seguro mientras yo apagaba las luces y la televisión. Subimos las escaleras juntos en silencio hasta que llegamos a la habitación y él se acostó en la cama mirando el techo.

Lo notaba nervioso y sus manos jugando entre ellas me lo confirmaban, al igual que las respiraciones profundas que hacía.

Me acosté a su lado poniendo mis manos en mi estómago para mirar el techo al igual que Jungkook. No lo veía pero estaba atenta a cualquier palabra que me diría, cosa que fue después de varios minutos los cuales se me hicieron eternos.

⎯ Bien...umh, ¿Cuál era la pregunta?⎯ Rió con nervios.

⎯ Para empezar, ¿Por qué te casaste con Michelle?⎯ Pregunté y sentí su mirada en mi perfil.⎯ Perdón que te lo diga ahora pero el otro día limpiando se me cayó una cajita tuya y una cosa llevó a la otra...⎯ Suspiré sonriendo incómoda.⎯ leí la carta que tenías ahí, ¿Enamorado de mí desde los quince, eh?⎯ Pregunté con un tono divertido que se me fue al instante al notar su mala mirada. Carrapee y me disculpé en un murmuro.⎯ Lo siento.

⎯ Bueno, eh...⎯ Pensó.⎯ Voy a empezar desde el principio porque sino no vas a entender y sinceramente es algo de lo que aún me siento culpable y no quisiera contar la historia más de una vez.⎯ Aclaró volviendo la vista al blanco techo y yo asentí poniendo mis sentidos alertas para no perderme nada.⎯ Ya sabes que a tí te conocí cuando tenías diez años y yo trece, la cosa es que cuando yo tenía quince y tú doce, pues... comencé a sentirme atraído hacia tí, bastante atraído a decir verdad.⎯ Rió bajito.⎯ No te lo dije por el tema de la edad, lo que leíste en la cara era cierto; me iba a confesar en San Valentín pero al ver que muchos niños de tu edad te daban regalos no veía oportunidades para mí, más siendo alguien de quince que ya estaba entrando en otra etapa, mientras tú dejabas las Barbies yo comenzaba a tener vida sexual, y tampoco quería apurarte u obligarte a hacer algo, a pesar de las necesidades que comenzaba a tener como adolecente hormonal.

⎯ Los regalos que me daban los niños no eran todos para mí.⎯ Hablé viendo su mano que quería unirse a la mía pero parecía tener vergüenza.⎯ Imagínate que de treinta regalos veinticinco eran para Michelle, solo se la habían confundido conmigo.⎯ Levanté los hombros a pesar de que no me veía.⎯ Y creo que en el fondo sí esperaba algo por parte tuya.

⎯ Aunque esos niños no te hayan dado nada, no quería perder tu amistad, eras y eres muy importante para mí. No quería que dejes de hablarme por sentimientos no correspondidos.⎯ Respondió suspirando.

⎯ ¿Cómo sabías que no eras correspondido?⎯ Lo miré.

⎯ En fin, siguiendo con lo que te estaba contando.⎯ Dejó el tema y yo asentí comprendiendo.⎯ Pasando un año de ese San Valentín y al notar que no me dabas indicios de sentir algo más que amistad por mí me rendí, hasta que meses después me dijiste que Michelle me miraba mucho y habías buscado en Google que cuando alguien te mira mucho es porque gusta de tí.⎯ Reímos.⎯ La cosa es que te tomé en serio y dije "Si no se puede con ella se va con la hermana".⎯ Lo miré con seriedad.⎯ Sé que estuvo mal, y no te voy a negar que hasta el día de hoy me siento culpable por haber usado a Michelle para reemplazarte, y de algún modo querer olvidarte, pero claramente no podía cuando tenían el mismo rostro y sus padres les compraban ropa idéntica.⎯ Se detuvo hasta que volvió a hablar.⎯ No creas que no sé diferenciarlas, obvio sí, pero quería ver a una Micaela en Michelle cuando claramente no existía.