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La sesión de besos fue totalmente húmeda, pero a la vez bastante tierna. Jungkook jamás quiso hacer algo con Jimin, al menos que él quisiera. No quiere que se sienta incómodo. Él quiere que lo que sea que tengan, sea algo especial.
Además, él sabe que Jimin es un chico virgen, por ende, jamás ha tenido a alguien con quien pasar sus celos durante todos estos años. ¿Acaso siempre usó pastillas? ¿No es eso peligroso? Dicen que mucho de algo jamás es bueno.

— J-Jungkook.... ah... — gimió el menor mientras sentía lentamente las manos de Jeon bajar por su espalda, pero se detuvo antes de llegar al lugar deseado.

El pelinegro se separó lentamente y entre respiraciones cortas habló.

—¿Puedo?
—¿Q-Qué...?
—¿Puedo tocarte?— preguntó mirando los hinchados y rojos labios del omega.
—Por favor... hazlo...

Jeon sonrió y se acercó para besarlo aún más mientras sus manos bajaron hasta su trasero y acarició de este un buen rato.
Definitivamente Jimin puso en práctica todo lo que el alfa le había enseñado sobre besar, y Dios, que bien lo hacía.

— No sé qué me pasa contigo... y mi cabeza me da vueltas porque no logro entender — dijo Jeon alejándose de él pero sin despegar sus ojos de él.
— ¿E-Eso es malo?— preguntó con ojos grandes y brillantes.
—Ese es mi dilema, no sé si es bueno o malo... Pero...
—¿Pero?
— Mierda... no sabes lo bien que se siente tenerte así.

Las mejillas de Jimin ardieron por completo, nadie le había hablado así, nadie lo había besado de esa manera, ni mucho menos tocar donde nadie lo había tocado. Era todo nuevo.
De un solo impulso comenzó a besar lentamente a Jeon mientras su cuerpo salía de la ropa de cama para subirse arriba de él.

Jungkook no se esperaba eso, pero le gustaba todo. Sus besos, su cuerpo, su mirada, sus palabras, el omega en sí.
El alfa bajó sus labios hasta el cuello de este mientras sus manos sostenían fuertemente el trasero del rubio.

—Ah...

Mierda.

— Por favor, Jimin...
—¿Mhm?
—Se mío.

Su alfa ya tomó todo el control y no hay vuelta atrás.

Jimin no supo cómo responder porque él tampoco comprendía que estaba ocurriendo. Su mente se llenaba de preguntas y con ganas de hacer cosas que jamás hubiera pensado hacer, menos con un alfa que conoce hace menos de una semana.

Él siempre tuvo esa convicción de conocer al amor de su vida, que lo cuide y lo respete para siempre y que se casen y tengan muchos cachorros corriendo por un lugar verde y grande.
Jimin quería vivir en el campo, en una casa grande donde pudiera tener su espacio para pintar libremente. También, espacio para enseñarle a sus futuros cachorros acerca de la química, y junto a su esposo vivir la vida porque esta es una sola y se debe vivir al máximo.
Sin embargo, esos planes se iban a la mierda cuando conoció a Jeon Jungkook.
Hace unos días casi pierde su virginidad porque su omega tomó el control de la situación y Jimin decidió dejarse llevar.

¿Fue un error? Él no lo sabe, pero aquella escena de Jungkook entre sus piernas lamiendo todos sus fluidos dulces mientras lo miraba fijamente, no se podía eliminar tan rápido. Ni teniendo amnesia se podía eliminar. ¿Por qué? Porque Jimin conoció un lado de sí mismo que no había visto antes, y todo lo nuevo le interesaba bastante.

— Por favor Jimin... — gruñó el alfa escondiéndose en el cuello cerca de la glándula de aroma de Jimin.
—J-Jung... Jungkook— gimió el menor mientras lentamente comenzó a rozar su cuerpo ante al de Jungkook.

Dile que sí. Vamos, dile que sí, hazle el amor.

El omega de él le rogaba en su mente todo lo que Jimin se oponía a hacer.

FIRE ALARM - km au.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora