Capítulo 17

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Después de un rato de que la azabache se calmara ella vio a sus compañeros los cuales le sacaron las lágrimas que ya llegaban a sus mejillas las cuales estaban un poco rojas.

Ladybug: gracias por salvarme -sollozando un poco-

Chat Noir: somos un equipo y para eso estamos -sonriéndole-

Ella se llevó la mano al cuello por unos segundos para asegurarse de que el hilo de su yoyo ya no estaba ahí.

Spiderman: tenemos que ahora cazarlo nosotros -entrecerrando los ojos y hablando con firmeza-

Ladybug: apenas si pudimos medio hacerle frente, ¿cómo esperas que le ganemos?

Spider-Man: no lo sé, pero me niego a quedarme de brazos cruzados esperando a que aparezca otra vez y esta vez sí nos mate

Chat Noir: estoy de acuerdo con la araña

En eso el añillo de Chat Noir comenzó a sonar lo que hizo que sus compañeros lo vieran.

Chat Noir: tengo que retirarme por un rato, más tarde nos vemos

Spiderman: dale, yo empezaré con nuestra cacería -viendo al rubio irse y al instante sus ojos se clavaron en la azabache- vete a descansar

Ladybug: ¿estas bromeando? Aún puedo luchar -tomando su yo-yo -

Spider-Man: sé que puedes hacerlo y no lo pongo en duda - quitándole el yo-yo ponérselo en su cintura- pero no estás al 100%

Ladybug: claro que si

El arácnido no dijo nada y la tomó de la mano para llevarla a una exposición dedicada a Grecia en la que había un espejo de cuerpo completo.

Ladybug: ¿para qué me traes aquí? estamos perdiendo tiempo de búsqueda

Spider-Man: mirante en el espero

Al hacerlo la azabache se sorprendió al verse con la cara colorada, los ojos húmedos a la vez que estaban semi rojos, sin mencionar que sus piernas estaban temblando un poco.

Spider-Man: casi estuviste a punto de morir -colocando la mano en el hombro- aún estás asimilándolo y por eso estas así -volteándola hacia a el- temo que si te enfrentas a Kraven en estas condiciones te congeles del miedo

Ladybug: yo... -fue callada por un dedo del arácnido que tapo sus labios-

Spider-Man: No digas nada, ve al compromiso que tenías pensado y déjanos encargarnos de estos a nosotros

La chica agachó la cabeza y asintió para irse sin ver atrás. El arácnido hizo lo mismo y se fue para empezar la búsqueda.

En la casa de Adrien

El rubio entra a su habitación y se des transforma para caer al instante sobre su cama y su kwami al lado de él.

Plagg: nunca había estado en una batalla tan dura como la de hoy

Adrien: dímelo a mi... me duele el cuerpo -viendo a su kwami- dime si no me dejo ningún morado

Plagg: solo tienes un roto en el labio, pero más nada

Adrien: genial... a ver que le inventó a mi papá y a Natalie mañana -rascándose la cabeza-

Plagg: ¿es necesario salir otra vez?

Adrien: tenemos que hacerlo -sacando una caja debajo de su cama donde había una reserva de queso- no podemos dejar a la araña solo

Plagg: está bien -comiéndose el queso- pero tendrás que darme más de un queso -viendo la sonrisa de su compañero el cual me dio tres quesos- gracias por consentirme

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