•capitulo 2 •

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Los miércoles por la noche lo único que Amaia practicaba era ballet.

-¿Señor Garcia? - Mi secretaria entró en mi despacho a la mañana siguiente.

-¿Sí, Jessica?

-Al señor Greenwood y al señor Bach les gustaría saber si desea participar en la próxima ronda de
entrevistas a los pasantes.

-No.

-Vale. - Bajó la mirada y escribió algo en su bloc de notas - Entonces, ¿podría al menos echar un
vistazo a los currículos? Hoy tienen que quedar reducidos a quince.

Suspiré y saqué el montón de dosieres que me habían entregado la semana pasada. Había leído todos y
cada uno de ellos, y adjuntado algunas notas: "Pasable" , "Doblemente pasable"  y  no estoy de humor Para leer esto. Todos los candidatos eran de la universidad de Duke, y, que yo supiera, el nuestro era el único bufete de la ciudad que aceptaba estudiantes en prácticas y les pagaba.

-No me he sentido demasiado impresionado por ninguna de las solicitudes. - Deslicé los documentos
sobre el escritorio - . ¿Son los únicos que están seleccionados?

-No, señor. - Se acercó y puso un montón todavía mayor de papeles frente a mí - Aquí tiene el resto. ¿Necesita que haga algo más por usted esta mañana?

-¿Además de llenarme la taza de café?

Señalé la taza vacía que tenía sobre el escritorio.Odiaba tener que recordarle siempre que me trajera café. Necesitaba cafeína para poder ponerme en marcha por las mañanas.

- Lo siento mucho. Se lo traeré de inmediato.

Encendí el ordenador y me desplacé por los mensajes de correo electrónico, clasificándolos por orden
de importancia. Por supuesto, el último correo de Amaia lo coloqué en primer lugar.

Para: polla desértica.
Gracias por la foto infantil de la telaraña que has visto al salir del apartamento esta mañana. Me ha gustado mucho, pero te aseguro que mi vagina no está así. No es que sea asunto tuyo, pero no necesito tener sexo cada dos días para satisfacer mis necesidades. Están bien cuidadas con una amplia variedad de juguetes.
-Amaia.

Para: pequeña intrusa.
Te he enviado dos imágenes. Una de las telarañas y otra de un lago seco con animales muertos. ¿Es más exacta la segunda? El unico juguete que necesitas es mi lengua. Está a tu disposición para cuando la desees, y funciona de una amplia variedad de maneras.
- Javier.

- Aquí tiene, señor García -Jessica dejó repentinamente el café sobre mi escritorio-  ¿Puedo preguntarle algo?

- No, no puedes.

- Eso pensaba… - dijo, bajando la voz y mirándome a los ojos - Sé que esto es muy poco profesional, pero necesito una pareja para que me acompañe a la gala el mes que viene.

- Entonces, búscate una pareja para la gala. Tienes un mes para encontrarla.
-Estoy pidiéndole que me acompañe usted…

Parpadeé. Tenía que encontrar una manera de rechazarla que no fuera "Joder, ni de coña".Jessica acababa de terminar en la universidad y era demasiado joven para mí. Trabajaba en el bufete porque su abuelo era uno de los fundadores de la firma, y buscaba mucho más de lo que yo estaba
dispuesto a darle. Le había oído comentar varias veces a la hora de la comida que quería casarse antes
de cumplir los veinticinco. Al parecer, también quería ser ama de casa, tener seis hijos y vivir en una urbanización moderna.

En otras palabras, estaba completamente loca.

- Y bien, ¿qué me dice? - preguntó con una sonrisa.

Rompiendo Mis Protocolos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora