𝐒𝐡𝐚𝐝𝐨𝐰𝐒𝐭𝐚𝐫

𝑺𝒎𝒆𝒓𝒕𝒉𝒚𝒚𝒆 𝑵𝒂𝒅𝒆𝒛𝒉𝒅𝒚

Pov Alexandria

Llevábamos algunas horas de camino, al inicio el paisaje me pareció los más entretenido, pero a este punto del recorrido las mangas de la kefta se volvieron lo más interesante pude haber seguido viéndolas, pero uno de los Oprichmiki que se encontraban con nosotras habló.

—Él es Fedyor—presento el Oprichmiki frente a mí, le reglé una media sonrisa a su compañero y seguí en lo mío

—Un placer, la llama kefta es a prueba de balas. El uniforme segundo Ejército —explico Fedyor

—Lo se, si el primer ejecito tuviera una de estas no habría tantas bajas por los Drüskelle—comente tosca

—¿Y el primer Ejército? En Kribirsk serían mil soldados con nosotros ¿no es más seguro? —cuestiono Alina

—Más lento no más seguro así que no—hablo el guardia frente mí.—

—Si nos dejaron con nuestras unidades nadie nos notaría—refuto mi amiga.

— ¿Por qué? invocaste luz solar pura, eres como una etherealki, amabas eran sólo una teoría una imagen en un cuento, hasta ahora. Son unas chicas muy especial así que ¿Cómo es que nadie les puso atención antes? —pregunto Fedyor

Bufe divertida— ¿Es en serio? tal vez todo es mejor en el Pequeño Palacio, pero afuera si eres diferente si te ves diferente todo puede convertirse en una pelea, te conviertes en la carne de cañón.

—Para empezar ¿sabes porque el pequeño Palacio tiene muros?, porque durante años ser grisha era una sentencia de muerte—defendió el acompañante de Fedyor.

—Es una sentencia de muerte, si no fuera el caso no estaríamos con ustedes —intercedí

El Oprichmiki rebatió —Pero ahora el general que Kirigan nos protege, nos cuidad así sobrevivimos. No pasando inadvertidos sino haciéndoles saber que somos poderosos

—Hemos sobrevivido sin su protección gracias—pronuncio Alina

—Pero no durarían ni un minuto ahora que son ustedes, todo Ravka ha estado esperándolas—eso fue muy conmovedor.

—Entendemos quieren que la sombra desaparezca—dije

—Pero es más que eso, son la esperanza sí, son un mito hecho realidad fue un grisha quien creo la sombra, si un grisha la destruye, tal vez ser uno ya no sea una condena de muerte.

Todo volvió a estar en silencio, creí que el resto del duraría así hasta que paramos por un árbol caído.

—¡El camino está bloqueado, tengan cuidado! —aviso uno de los guardias desde afuera, compartí una mirada con Alina ¿sería nuestra oportunidad de escapar?.

—Quédense aquí, no intenten escapar—asentimos al pedido del Oprichnikin

—Quiere lo mejor—defendió Fedyor

Una vez que salieron los guardias del carruaje me moví de lugar hacia enfrente, para intentar ver qué pasaba.

—¡¡Drüskelle!! —grito un guardia que fue atravesado por una flecha en la cabeza y otra en su estómago, esa fue mi señal para tirarme al piso con Alina.

Nos cubrimos la cabeza con las manos había mucho ruido afuera, gritos, sonidos de balas cayendo o siendo disparadas, era una guerra, lo único que les impedía llegar a nosotras eran los grisha y si ellos morían, nosotras estaríamos perdidas, tuve que tomar una decisión.