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—Enserio aprecio hacer negocios, pero solo pagaste por una hora de mi tiempo y tengo que estar de vuelta en la orquídea —hablo la mortificadora.
—Tu vida corre peligro, después deberías desaparecer unos días
—Sr. Brekker, ¿me está amenazando?, en serio, aunque fuera amable mi jefe llamara a stadwatch para ir tras usted
—No es conmigo con quien peligras es Pekka Rollins
—Mi jefe también mandara a stadwath tras el—refutó
—Por eso tu jefe ya está muerto
—¿Quiénes son ustedes?—pregunto un guardia
—Venimos a ver a Dreesen
—Tú no trabajas con Pekka—hablo el guardaespaldas.
—Y tu jefe ya no será Pekka, si no estás en deuda—Kaz lanzo una bolsa llena de monedas falsas.
—Ey ¿dónde conseguiste eso? —pregunto su compañero Jesper.
—Oye ¡una de estas tiene un agujero!—gritó el guardia
—Santos—
—Entre, Entren—
*
—Con solo verlos me doy cuenta delincuentes, no me reuniré con nadie hasta las doce—hablo Dressen
—Necesitas una mortificadora—el bastardo señalo a la chica
—Está bien, ella se queda, ustedes se largan—accedió
—Ella se queda y nos quedamos con este trabajo
—Señor Brekker ningún buen hombre de negocios contrata a su primer candidato
—No, no entiendo. Claro, tendré que denunciarlo ante el gremio por secuestrar y albergar a un prisionero sin cadena de titularidad
—No lo haría
—Un hombre de negocios discute por lo que pude tener
—Debo volver en una hora—hablo la mortificadora.
—Bien, síganme—
Los guío a su sótano donde estaba el prisionero, estaba amarrado aun silla y con una bolsa de tela en la cabeza.
—¿Quién es? — interrogo el hombre de bastón
—Entonces no lo sabe todo. Este Alexis Stepanov.—el muchacho estaba golpeado de toda su cara—Hace dos semanas el joven Alexis atravesó la Sombra a pie solo—explico Dreesen
