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Renjun siguió el segmento junto a Youngho hasta que dieron las una. El menor estaba ansioso por ir y golpear a Haechan.

—Te ves como la mierda, Haechan —le dijo Youngho detrás de Renjun—. ¿Acaso lo golpeaste, Renjun? Te he dicho que pelear no arregla nada.

—Lo dices como si fuera violento... soy un angelito, si me comparan con este personaje. ¿Dónde te metiste? Fui a tu departamento, pero no estabas...

—Por ahí... yo, quería pensar las cosas un poco, ya sabes.

—Ah. Bueno, ¿quieres que te lleve a casa?

Los tres mayores los miraron, no sabían porqué Renjun no lo estaba regañando.

—No, estoy bien... me iré caminando.

—Bien.

Incluyendo a Haechan, miraron mal a Renjun, quien caminó hacia los casilleros para ir por su bolso y luego marcharse. Yunoh fue detrás del chico, casi sacando chispas de su cabeza.

— ¿Por qué no estás insistiendo para llevarlo a casa? Creí que ayer tendrían una cena romántica...

—No quiero presionarlo, se nota que ha estado mal. Yo no quiero seguir haciéndolo sentir mal. Cuando él decida que es un buen momento, estaré ahí para hablar con él...

—No seas idiota, Renjun. Él quiere eso, quiere que lo intentes convencer. Estoy seguro que si le ofreces una vez más, aceptará. Ambos sabemos cómo es... por favor. Notamos lo mal que está.

Renjun asintió, dejó su bolso en el suelo y volvió al lugar, donde Youngho le acariciaba la espalda mientras el pobre Donghyuck lloraba. Renjun asustado corrió hacia él, pidiéndole permiso a Youngho para poder abrazarlo él esta vez.

— ¿Qué ocurre, Haechanie? Cuéntame...

Haechan negó, intentando alejarse. El calor corporal de Renjun siempre era bien recibido, pero esta vez, era sofocante. Haciéndolo llorar aun más.

—No...

Renjun suspiró, alejó su rostro y con cuidado sujetó la barbilla de su amigo, mirándolo directo a los ojos. Los demás miraron hacia otras partes, intentando darles privacidad. Haechan miró directo a los preciosos ojos de Renjun, cayendo una vez más. Aquellos ojos eran una debilidad para el moreno.

—No me mires así, Renjunie.

Con cuidado, acercó su rostro al de Haechan, quedando a unos centímetros de distancia. Ambos corazones corrían veloz por la cercanía, ni siquiera un diminuto insecto podía atravesar esa minúscula separación. Renjun rozó los lindos labios de Haechan, mientras cerraba sus ojos.

—Si quieres que te bese, solo acércate —los demás se sintieron sonrojados, Renjun era muy serio y presenciar semejante escena era casi vergonzosa.

Haechan quería huir, pero también besarlo. Con lentitud chocó su boca con la de Renjun. Casi podía oír a los ángeles cantar una canción. Como Haechan no tenía demasiada "habilidad" en el tema de besar, Renjun movió sus labios lentamente, haciendo que lo siguiera.

—No quiero interrumpir esta maravilla, realmente lo siento... pero, ¿de qué me perdí? —frente a ellos se encontraba Doyoung junto a Yoongi.

Con cuidado, Renjun se alejó de su amigo, dejándolo con la boca estirada.

—Nosotros nos vamos... —dijo Renjun mientras sujetaba a Haechan de la muñeca—. Adiós, nos vemos el lunes —salieron del lugar, yendo hacia el bolso de Renjun olvidado y luego hasta el estacionamiento.

Haechan seguía en el cielo y no se dio cuenta de que Renjun lo tenía entre su auto y él.

— ¿Debería besarte en la calle o irás a mi departamento? —le preguntó mientras sujetaba su rostro con suavidad—. Aunque estoy muriendo por besarte ahora mismo —acercó su nariz al cuello de Haechan, dejándolo en un estado de debilidad.

En aquel estado, no podía siquiera decir una palabra, así que solo asintió con sus ojos nublados. Ese beso había sido demasiado... ni siquiera cuando Renjun se acercaba para soplarle las "pelusas" que tenía en su ojo había tenido esa reacción.

Renjun rió bajito mientras pasaba sus labios por el cuello de Haechan.

— ¿Alguna vez te he dicho lo mucho que me gustan tus lunares? —los labios de Renjun chocaban en el cuello del moreno con cada palabra que decía, Haechan se estaba derritiendo en el estacionamiento—. Creo que deberíamos hablar en casa...

Abrió la puerta del copiloto, haciendo que su amigo se sentara, luego él pasó el cinturón de seguridad, aun con su rostro lo más cerca del ajeno.

Llegaron a casa en poco tiempo. Renjun bajó del auto y le abrió la puerta al zombie que llevaba como copiloto.

— ¿Estás bien, Haechanie?

—Completamente...

Subieron por el ascensor mientras iban tomados de las manos.

Al entrar al hogar de Renjun, Haechan pudo oler el aroma de Renjun por todo el lugar, sintiéndose aún más embelesado.

El mayor le quitó los zapatos y luego a él. — ¿Haechan? ¿Estás seguro que estás bien? —caminaron al sofá de Renjun.

—Es solo... todo esto... yo no sé cómo reaccionar...

—Esta bien, podemos ir lentamente...

—No...

— ¿No quieres ir lento? Estás demasiado ido... —Haechan lo miró y se lanzó al regazo de Renjun—. Supongo que esto es nuevo para ti... pero no quiero que te sientas presionado... podemos ir lo más lento que quieras.

—Escúchame, Huang Renjun —acercó su rostro al del mayor—. Te digo que estoy bien, que no es necesario ir lento... cállate.

—Bien.

Con cuidado le sujetó la cintura y lo acercó más. Aquel precioso rostro que veía todos los días y que admiraba lucía aún más encantador desde ese lugar. Arriba de sus piernas, casi parecía como si ese fuera su lugar. Renjun le sonrió con ternura, llevando una de sus manos al rostro sonrojado de su amigo.

—Entonces, no iremos lento.

Haechan se acercó rápidamente, chocando con hambre sus labios con los de Renjun. No sabía como moverse o que debía hacer, pero sabía que quería seguir sintiendo esa calidez que sintió en el trabajo.

Sus labios se movían con descoordinación, casi siendo imposible seguirle el paso, pero Renjun lo consiguió.

Esta vez, sus labios se movían al compas de una canción que se reproducía en sus mentes.

Haechan mordió los labios de Renjun con suavidad, provocando que este los abriera y de esa manera, dándole el paso a la tibia lengua de Haechan.

Se sentían tan mareados con la sensación en sus pechos, que se tuvieron que recostar en el enorme sofá. Renjun recorrió de arriba hacia abajo la espalda de Haechan, apretando con suavidad el trasero de su amigo.

—Ah... —gimió en los labios de Renjun, avergonzándose.

Muchas veces, con el dolor de su alma, se había manoseado mientras fantaseaba con algo así. Renjun acariciándole el trasero o incluso dándole pequeñas nalgadas que lo hacían temblar por lo excitado que se sentía.

— ¿Fui muy rudo? —preguntó Renjun mientras se separaba de Haechan.

—No... sigue —lo tomó del rostro, acercándolo nuevamente a sus labios.

Renjun amasó el lindo trasero de Haechan, sacándole uno que otro gemido. El moreno se acercó un poco más, pasando su pierna por la cadera de Renjun. Avergonzándose por la creciente erección que estaba teniendo.

—Creo que deberíamos ir a mi habitación —Haechan no quería moverse, así que Renjun con la fuerza que poseía, lo sujetó de sus piernas, caminando hacia la habitación, mientras seguían besándose como si fuera el último día de sus vidas.

Friends - Ed Sheeran

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