—¡¿Qué está pasando aquí?! —gritó Bellatrix.
Los Carroñeros que animaban la situación se apartaron con cautela, viendo con miedo el cuerpo inerte de uno de ellos. Scabior soltó a Draco, que corrió tras Bellatrix.
—¿Es que ni siquiera puedes deshacerte de la basura? ¡Márchate, ve a hacer el trabajo de un elfo doméstico, si puedes llegar a cumplirlo!
Draco observó a Isadore sin saber muy bien qué hacer. Bellatrix no dudaría en matarlos a todos, aunque no fuesen culpables.
—No voy a marcharme.
Vio como su tía se giró con rabia hacia él, iba a lanzarle un Crucio, pero por suerte apareció su querida elfina Imryll, que había pasado a ser una esclava de Bellatrix, para indicarle que los prisioneros ya se encontraban en las celdas. Algunos Carroñeros aprovecharon la distracción para marcharse, aunque algunos no tuvieron tanta suerte ya que Bellatrix volvió a lanzar el letal hechizo. Dos cuerpos quedaron allí y aunque Scabior pudo escapar, realmente parecía haber sido impactado.
—¡Eres un inútil! —Le espetó la mujer tirándole al suelo de un empujón. Se alejó por un pasillo, iría a interrogar a la sangre sucia que habían podido capturar. Aún estaba segura que aquel chico deforme era Harry Potter, y si conseguía la verdad podría acabar con Draco también.
No se movió del lugar, allí sentado en el suelo observaba los cuerpos inertes de aquellos cazarrecompensas. Escuchó unos pasos a su lado y que le tocaban la sangre que emanaba del corte de su cuello.
—Draco, ¿estás bien? —Lucius miraba con preocupación a su hijo, aún no había tenido la oportunidad de hablar a solas con él.
—Sí, todo bien. Me han pillado desprevenido, no tengo mi varita. —comentó comenzando a levantarse.
—Creo que debemos hablar, hijo.
Se sentía atrapado. Una presión en su pecho le hacía desear ponerse a llorar desconsoladamente, pero no podía permitirse el lujo de preocupar a sus padres de esa forma y luego no decir qué le ocurría. Le preguntarían, indagarían sobre su castigo. Por suerte alguien alarmaba sobre una fuga y eso le salvó. Lucius le pasó su varita, probablemente la había encontrado en el cuarto.
—¡Draco, ve a los calabozos, yo iré por los pasillos, nos encontraremos en el salón! —ordenó Lucius antes de marcharse a su puesto.
Draco caminó de forma apresurada, bajaba los escalones con suma velocidad para encontrarse una celda abierta y con el cadáver de Pettigrew. Su mano de plata rodeaba su cuello, como si él mismo hubiese acabado con su vida, pero su rostro de terror con el que había dejado el mundo no indicaba que aquello fuese un suicidio.
Corrió fuera, los pasillos estaban vacíos. Todo era tan extraño y confuso. Entró al salón y todo le pareció surrealista. Bellatrix agarraba a Granger con una daga en el cuello, en la misma situación que él se había encontrado con Scabior. Potter y Weasley habían dejado sus varitas para que no hiriesen a su amiga. Sus padres estaban cubiertos y parecía que Lucius había sido herido.
—¡Draco, recoge sus varitas!
Asintió antes de dirigirse allí, pero un pequeño crack indicó que alguien se había aparecido sobre ellos. Escuchó a sus padres gritar y un tirón en el brazo. Cerró los ojos con fuerza al notar cristales cortando su rostro, sus manos, su cuello. Fenrir estaba allí a su lado, al parecer él era su salvador. La araña de cristal que adornaba el techo estaba hecha pedazos en el medio de la sala. Sintió su varita volar y Potter se hizo con ella.
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Sangre de lobo
FanfictionEl heredero de los Malfoy jamás recibió la marca tenebrosa, su condena fue mayor. Aquella marca en su brazo izquierdo cambiaría su vida de forma radical. No había marcha atrás. En sus venas ya corría la licantropía. Fenrir Greyback x Draco Malfoy