Fell as love - Uraraka x Bakugo [Mari & Eiji]

21 | Golpe crítico

IV. Un sentimiento compartido.

     El domingo de esa misma semana, mientras que Deku y el resto de héroes realizaba su trabajo de buscar a William, Bakugo y Uraraka decidieron tener una cita e ir a ver una película.

     — ¿Ah? ¿De verdad? — preguntó el rubio, metiendo las manos a los bolsillos del pantalón.

     — Si, de verdad — respondió ella, sonriendo y  engánchandose de su brazo —. ¿Ves lo que pasa por dormirte en medio del programa?

     — Agh... Tendré que verlo resubido por alguna página — soltó un fuerte suspiro y luego la miró —. ¿No te molesta ir así?

     — Nop, es cómodo y además me gusta.

     — ¿En serio?

     Ella hizo una señal de paz y detuvo el andar de ambos.

     — Escucha.

     Él se quedó callado y quieto en su sitio, solo para que, después de silenciar con su mente todo el ruido de los autos y de la música que había por esa calle, las voces de algunas chicas y chicos comenzaran a llegar a sus oídos. Eran comentarios de todo tipo, pero principalmente se preguntaban de si realmente era posible que un hombre con una apariencia tan agresiva fuera tan cercano a una mujer de apariencia tan dócil como lo era Uraraka, además de que otros tantos comentarios de celos por parte de las propias chicas que los estaban observando desde sus sillas en los cafés.

     — ¿Te gusta que hablen de nosotros? — preguntó él, sonriendo con cierta malicia.

     — Ummm... Si, creo que si, se siente bien ser por una vez el centro de atención del mundo, creo que ya entiendo tu manía por sobresalir — le sacó la lengua alegremente y luego le tomó la mano, para empezar a correr lentamente —. ¡Vamos, vamos, la función estaba por empezar!

     — ¡Tú fuiste quien nos detuvo, cara redonda! — exclamó él, siguiéndola sin soltarla.

     — ¿Y para qué me haces caso? — preguntó entre risas —. ¡No hay tiempo para eso! ¡Andando, Katsuki!

     Llegaron a la hora justa al cine, o quizás con algunos minutos de sobra, ya que a la chica le dió tiempo para comprar algunas cosas para comer, como podrían ser las infaltables palomitas de maíz y una soda para cada uno.

     Al momento en el que ingresaron a la sala, la película estaba por empezar, así que apresuraron a sentarse en sus respectivos asientos. No obstante, la cantidad de personas que había en la habitación no era muy alta, extremadamente baja considerando que era una película que estaba de estreno.

     — Conseguiste los mejores asientos, justo en el medio — declaró la joven, acomodándose en su lugar y echándose un poco de palomitas a la boca —. ¿Cómo dijiste que conseguiste los boletos?

     — Aparentemente mi viejo los ganó por pura casualidad cuando hacía la compra en el supermercado, ni siquiera sabía que había un concurso — explicó él, y luego bebió un poco —. A mamá no le gusta venir, además de que no había ninguna película que le llamara la atención, así que me los dió a mí para que los usara o los regalara a alguno de mis "amigos".

     — Suerte que ahora me tienes a mí, ¿No? — ella sonrió dulcemente.

     — S-Supongo.

     — Awww, te estás sonrojando — ella le tocó la mejilla de forma infantil —. Lindo.

     La mirada de una joven que estaba sentada en primera fila, que se notaba a leguas de que había estado esperando la película desde hace mucho tiempo, fue suficiente para hacerles entender de que debían quedarse callados. En un principio, el rubio intentó responderle de manera agresiva, a su estilo, pero cuando recordó de que también habían más personas alrededor y que, para colmo, estaba en una sala de cine en donde la película ya había comenzado, es decir, debía guardar silencio.