Fell as love - Uraraka x Bakugo [Mari & Eiji]

25 | Amor verdadero

     • Uraraka pov's •

V. Romance para dos.

     Metí bruscamente las manos a los bolsillos de mi chaqueta en busca de los guantes, porque el frío había comenzado a calarme hasta los huesos. Quizás no fue lo más inteligente por mi parte el haber decidido hacer esto durante la noche, a fin de cuentas, suele hacer bastante frío por esta zona.

     La mirada de Katsuki solo me reprocha por lo boba que fuí, ya que él mismo me sugirió traer ropa más abrigada y yo, en mi afán de hacerme la fuerte y orgullosa, no le hice caso.

     A pesar de todo esto, debo admitir que es una bonita y tranquila noche. Diría que es hasta el preludio perfecto para la tormenta que caerá una vez que todo sea aclarado, y la verdad, no creo estar del todo preparada. He repetido varias veces lo que tengo que decir y ya no me cuesta decirlo, pero, nunca he visto la reacción de la víctima. Una cosa es tener una visualización, una idea de lo que ocurrirá, y otra muy diferente será ver de frente su expresión mientras yo le diga esas palabras.

     En estos momentos ya no estoy segura si mis piernas están temblando a causa de los nervios o a causa del frío. Supondré que la respuesta era la segunda opción, porque, una vez que el rubio me puso su chaqueta roja sobre los hombros, mi cuerpo se calmó y volví a sentir el calor, al mismo tiempo que mis mejillas se sonrojaban un poco.

     — Gracias — sonreí, haciendo fricción con las manos para calentarlas —. ¿Crees que llueva después?

     Él ladeó la cabeza.

     — ¿Lluvia de la lluvia que conocemos de toda la vida o lluvia por la reacción de Deku y eso? — cuestionó.

     — Lluvia de toda la vida, me refiero — aclaré, y luego señalé unas nubes que se veían en el horizonte —. ¿Ves?

     — Ah... — bostezó —. Puede ser.

     Le saqué la lengua y luego me acerqué. Él estaba sentado en una banca del parque, y al estar yo de pie, cuando lo abracé su cabeza quedó a la altura de mi pecho. Al principio no le gustaba que lo hiciera, se le hacía extraño, pero con el tiempo supongo que se ha ido acostumbrado.

     Es más, podría decirse que le gusta, al menos eso es lo que me transmite la expresión en su rostro. Se ve como un niño pequeño.

     — Mañana es domingo, ¿Cierto?

     — Sip.

     — ¿Tienes planes? — preguntó.

     — Nop.

     Comencé a acariciarle el pelo lentamente.

     — ¿Quieres salir?

     — Nop.

     Levantó la mirada y se me quedó viendo.

     — ¿Segura?

     — ¿Por qué mejor no nos quedamos en mi casa viendo alguna película y compramos algunas cosas para comer? — tanteé, sonriéndole —. Esta semana será el festival, y me gustaría relajarme antes de ello.

     — Vale, acepto la invitación — dijo, volviendo a hundirse en mi pecho —. Aunque tampoco es como que tengas muchas oportunidades de ganar el festival.

     — Hey, soñar es gratis, ¿Vale?

     — Si tú lo dices.

     Solté una pequeña risa y luego le tomé el rostro, para acabar repartiendo múltiples besitos por toda su cara, cosa que sé que le molesta y le avergüenza, así que con mayor motivo lo hago.