10 | Preparativos II

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III. Estudios en profundidad.

     En cuanto Uraraka llegó al departamento, rápidamente se percató de la ausencia de los zapatos de sus padres en la entrada, y tras llegar a la cocina pudo confirmar la situación, al igual que todas las otras veces.

     Sus padres se irían por un tiempo debido al trabajo, así que ella se quedaría sola por un tiempo.

     Aquello no hizo más que arracancarle de la boca un suave suspiro, porque, independientemente de si le molestaba que sus padres trabajaran tanto, la joven no podía hacer absolutamente nada para impedir esto. Lo que le molestaba era que ellos se iban en secreto, en los momentos en que no estaba en casa y ella sabía perfectamente las razones.

     "No tienes que preocuparte querida, nosotros podemos encargarnos perfectamente del trabajo, tú cumple tu sueño de ser una grandiosa heroína".

     Era lo que siempre decían, y eran esas mismas palabras las que frustraban a la chica, porque ella fácilmente podía aligerarles los costos y muchas cosas referentes al trabajo, a fin de cuentas, su Kosei le permitía quitarle la gravedad a los objetos y eso en una constructora podía significar un enorme cambio en el sistema.

     Tras comer algo ligero en la cocina, ella se fue hacia la sala de estar y se sentó en el amplio sofá del departamento, encendió la televisión y se acomodó a gusto en su sitio, con una taza de chocolate en las manos.

     — Supongo que tendré que esperar hasta mañana para hablar con Deku... — susurró, y luego bebió de la taza —. Por otro lado...

     Había otra forma para perder tiempo esa noche, pero para su mala suerte, ese simple plan no dependía de ella.

     Mientras miraba la televisión, sacó su teléfono y comenzó a revisar la lista de contactos con lentitud, pasando la letra A sin mucho interés solamente para llegar a la letra B y empezar a revisar lentamente entre los pocos contactos que tenía en esa parte. Pero, siguiendo con la mala suerte, el nombre de esa persona a la que ella quería llamar no estaba ahí.

     — Debí pedírselo — dijo, con la mirada algo apagada —. Mina y Jirou llegaron en el momento justo, si tan solo hubieran tardado un poco más, ahora yo estaría... — sus mejillas enrojecieron un poco —. ¡Agh! ¡Ya olvídalo estúpida!

     La pantalla se encendió al mismo tiempo que el sonido de una nueva notificación le hacía ponerse en estado de alerta total, levantando las manos al momento para contraatacar y defenderse de aquella repentina amenaza en su departamento. Tras quince segundos, su cara se puso completamente roja al darse cuenta de la tontería que acababa de hacer solo por recibir un mensaje.

     — Agh... ¿Qué estoy haciendo? — se preguntó, dejando la taza a un lado y tomando el teléfono —. ¿Y este número...?

     No lo tenía registrado, pero al revisar el mensaje en cuestión, no tardó en darse cuenta de quién se trataba. Esa forma de escribir era, curiosamente, igual a la forma de hablar que él tenía. Uraraka hasta le pareció oír claramente como el chico le decía esas palabras de frente y en persona, no era nada del otro mundo.

     — "¿De verdad no puedes encontrarme un mejor apodo, Bakugo? Creo que Cara Redonda ya me comienza a molestar" — tecleó ella, riéndose un poco —. ¿Me pregunto qué estará haciendo?

     Los minutos pasaron lentamente y ni ella ni él se dieron cuenta cuándo la medianoche llegó. Realmente habían estado conversando un buen rato a través de mensajes de texto, y no es que fuera un tema sumamente interesante, tan solo estaban diciendo cada tontería que se les ocurría para que la conversación no acabara. La joven de cabello castaño era la que más empeño ponía en ello, porque, curiosamente, los dos estaban interesados en una misma serie que transmitían justo a las doce de la noche, la cual no era más que un simple programa de entrevistas a diversos héroes y estrellas del mundo.

     — Hmmm... — ella se mordió un poco los labios y luego miró la pantalla de tu teléfono puesto que el programa aún no iniciaba; comenzó a teclear —. "¿Quieres hablar por llamada?".

     Para Uraraka esa no era una proposición cualquiera. Usualmente hablaba con Deku en las noches, pero este solía dormirse algo temprano debido a que le gustaba entrenar en las mañanas y el uso continuo de su poder le quemaba bastante energía, por lo que debía descansar adecuadamente. Pero ahora no hablaría con él, hablaría con su mejor amigo y, en parte, con la única persona que era capaz de entender sus gustos y capaz de entenderla a ella en ese preciso momento: Bakugo Katsuki.

     "Claro", respondió él.

     La pantalla rápidamente cambió y en ella salió el menú de la llamada. Con una boba sonrisa en su rostro, ella puso el altavoz y dejó el teléfono suspendido en el aire con su kosei, no sin antes contestar a la llamada, claro. Recientemente había aprendido a controlar la gravedad de pequeños objetos a su gusto, y justamente ahora eso le serviría. El dispositivo móvil quedó flotando en el aire pero no se movía de su sitio, era como si se hubiera quedado fijo a unos cuantos centímetros de su cara.

     — Baka — fue lo primero que atinó a decir la chica, riéndose.

     — ¿Ah? ¿Y qué mierda hice? — preguntó él desde el otro lado, escuchándose a su vez como movía algunas cosas de su habitación.

     — Bakugo Katsuki, si juntas las primeras dos letras de cada palabra se forma "Baka", quizás empiece a llamarte así de ahora en adelante — el programa inició y ella sonrió —. ¿Sabes a quién entrevistarán hoy?

     — No, no tengo idea, pero sinceramente preferiría que, si vas a llamarme de un modo especial, me llamases simplemente por mi nombre — comentó Bakugo por el teléfono; se escuchó como se dejaba caer en la cama —. El inútil me puso el apodo de Kacchan cuando éramos niños y lo he tenido toda la vida, pero casi nadie me llama por mi nombre.

     Uraraka soltó un suave suspiro y luego terminó de beberse el contenido de la taza, para posteriormente abrazar una almohada mientras miraba sin prestar demasiada atención a la televisión.

     — Bueno... C-Creo que podría llamarte así, pero tú también tendrás que hacerlo por mi nombre — aclaró la castaña, apretando la almohada con las mejillas algo sonrojadas —. Nunca he tenido a un chico tan cercano como para llamarnos por el nombre, e-esto es cuanto menos extraño para mí... K-Katsuki...

     El chico estalló en su típica risa burlesca y al instante el rostro de la joven se encendió en rojo, abrazando y hundiendo su cara en la dichosa almohada que ahora mismo le servía de escudo para cualquier cosa. En su mente, ese pequeño cojín, en ese preciso momento, era capaz hasta de detener un puñetazo de All Might en sus mejores épocas.

     — C-Cállate... Tonto... — susurró, avergonzada.

     — Perdón, perdón, es solo que no me esperaba eso, fue tan extraño escucharlo que no pude contenerme la risa... — dijo el rubio, ya con su voz un poco más calmada —. También es la primera vez que una chica me llama por el nombre, Ochako.

     A Uraraka le faltaba poco para empezar a echar humo de lo roja que estaba. Las calderas del mejor tren antiguo de carbón de Japón seguramente habría envidiado eso.

     — ¡E-Es muy raro! ¡Basta!

     — Ochako.

     — ¡Y-Ya cierra la boca, K-K-Katsuki!

     Él no se calló en toda la hora siguiente, hasta que ella cayó rendida en el sofá. Para su suerte, los gritos del chico la despertaron y, tras despedirse, se fue a su habitación para tener un sueño relajante.

     En cuanto recordó lo que pasaría al día siguiente, gran parte del sueño que tenía desapareció por completo.

— Mari & Eiji.

Fell as love - Uraraka x Bakugo [Mari & Eiji]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora