| Solo el principio |
Miro a mi alrededor sintiendo como los nervios comienzan a hacerse presentes en mi organismo. El concierto ha empezado hace media hora, los teloneros acaban de tocar la última canción y Elliot no está por ninguna parte.
Espero que no haya sido tan cabrón como para dejarme tirada.
Intento calmarme pensando en el tráfico pero aquello no mejora la situación, solo provoca que las ganas de salir corriendo crezcan a borbotones cuando anuncian la inminente salida de la banda.
Las piernas me tiemblan ligeramente cuando se apagan de nuevo las luces.
—¿Qué te han parecido? —me pregunta Miranda con una sonrisa, tiene que elevar bastante la voz para que pueda escucharla—. Se nota que llevan poco tiempo pero son muy buenos.
Asiento sin prestarle mucha atención a lo que dice. Mis sentidos están enfocados en otra cosa, en alguien que hace mucho tiempo que no veo.
El pecho se me encoje al verlo a escasos metros de distancia, puedo sentir como la boca se me seca al instante.
La persona que irrumpe sobre la tarima provoca que todo se pare a mi alrededor, parece que el tiempo se ralentiza una vez está ahí arriba. Es inevitable no reparar en lo distinto que está; Se ha teñido el pelo castaño y lo lleva mucho más largo que la última vez que lo vi. No puedo evitar que mi cuerpo se sacuda cuando veo una sonrisa surcar sus labios.
Una ola de recuerdos me invade como un bofetón obligándome a cerrar los ojos cuando escucho el tono de su voz inundar el recinto. La paralasis en la que estoy sumida desaparece al son de sus palabras.
—¡Buenas noches, Madrid! —grita con euforia agarrando el micrófono. Sus ojos se deslizan por la extensión del lugar y siento como su mirada grisácea se clava directamente sobre la mía, dejo de respirar al instante. Una sonrisa se abre paso en su boca—. Vamos a abrir el concierto de una forma muy especial. La primera canción va sobre amor pero no el tipo de amor que estáis pensando... —pausa y siento como el corazón se me acelera.
El cantante suelta un suspiro ligero antes de continuar:
—Este tema va sobre el amor no correspondido, sobre la forma en la que no podemos prever el final de las cosas... Esto es Por siempre jamás. ¡Va por todos vosotros! —Señala al público pero su vista sigue fija en mí.
El sonido del bajo y la baratería resuenan acompañando a los acordes de aquella canción que tan bien conozco, el ritmo se instaura en cada poro de mi piel poniéndome el vello de punta. La letra se me clava como un puñal. El pecho me sube y baja desenfrenado al son de las primeras notas. No puedo evitar que la emoción se adueñe de mis actos cuando Marc comienza a cantar, el tono de su voz baila en mis oídos provocando que el pecho se me oprima al instante a cada nota que entona.
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Odio Irresistible [+18] © 30 DE ABRIL EN FÍSICO [1]
Novela JuvenilKate y Elliot son vecinos, nunca se han visto pero se odian. Kate ama poner música a todo volumen, Elliot odia el ruido. ¿Es posible que dos personas comiencen a odiarse por una canción? Cuando Kate comience a recibir mensaje de su impertinente ve...