Capítulo 26.

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Leer la nota al final. IMPORTANTE.

| ¿Por qué no? |

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| ¿Por qué no? |

E L L I O T

Giro a la derecha en cuanto veo la señal que indica la próxima salida. A penas quedan un par de minutos para que me reencuentren con mi mejor amigo pero, soy incapaz de pensar en eso. Todos mis pensamientos están focalizados en una persona con nombre y apellidos; La chica rubia que se ha quedado con el corazón roto.

Siento un pequeño tirón en el pecho cuando la recuerdo tan dolida y rota, derrumbándose entre mis brazos.

Odio verla así y ni si quiera entiendo por qué.

He intentado animarla sin embargo, todos mis esfuerzos han sido en vano. De hecho incluso la he invitado a venir pero, se ha negado en rotundo, casi como si le asustara estar conmigo.

Me ha dicho que tenía que hablar con su jefe por algún tema del trabajo —en el que no ha querido profundizar—. Y que podríamos vernos luego de todo eso. No puedo negar que me ha costado más de lo que quiero reconocer dejarla de esa forma pero, ha sido prácticamente imposible quedarme cuando me ha echado de su casa con la excusa de que tenía que irse. Literalmente después de que la abrazase se ha levantado y me ha empujado hasta la puerta, como si estar conmigo le quemase, como si le despertase algo que quería ignorar.

Parecía abrumada y eso es lo que más me preocupa.

Es tan orgullosa.

Suspiro de forma pesada intentando sacarla de mi cabeza pero, es imposible por mucho que lo intente es inevitable.

Joder.

Tras unos cuantos minutos dando vueltas por el perímetro del enorme aeropuerto y sin poder dejar de pensar en cómo estará mi vecina, llego al departamento de salidas del aeropuerto de Barajas. El lugar está atestado de taxis y apenas hay lugar para aparcar. Doy un par de vueltas sin rumbo alguno hasta que por fin encuentro un sitio céntrico donde dejar el coche.

Bajo del vehículo con pereza, sin poder dejar mi preocupación a un lado. Estoy a punto de sacar un cigarro con el fin de amainar los nervios cuando le veo a lo lejos.

Una sonrisa se enmarca sobre aquella cara que tan bien conozco, no titubea, me reconoce al instante; Como si no hubieran pasado años desde que no me ve, como si todo siguiese igual.

Él no ha cambiado ni un poco, sigue teniendo el mismo aire excéntrico que le caracteriza. Rhys camina hacía a mí con excesivo entusiasmo. Su mano choca con fuerza con la mía cuando está cerca.

—¡El jodido Elliot Castelli! —dice en ingles mirándome con sorpresa, como si no diese crédito de lo que ve—, joder, sí que te ha cambiado salir de Londres —hace alusión a la tinta sobre mi piel—. ¿Qué hay del niño bueno que solías ser?

Odio Irresistible [+18] © 30 DE ABRIL EN FÍSICO [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora