Odio Irresistible [+18] © 30 DE ABRIL EN FÍSICO [1]

Capítulo 27.

Es doble actualización, si no has leído el anterior. Por favor, da media vuelta :)

| No es una cita de verdad |

PARTE I

Ni si quiera estoy muy segura sobre como debo sentirme. Los nervios bailan en mi interior de forma furiosa sacudiéndome el cuerpo entero. Me arrepiento más veces de las que quiero reconocer por haber aceptado. Estar ahí esperándolo lo hace todo más real y de alguna forma siento algo tan común como surrealista; Una distopía en mi rutina.

Nunca he tenido una cita de verdad. Al menos no una que me haga sentir así.

Elliot me ha escrito hace unas horas agravando la sensación que aún se revuelve con frenesí en mi interior. No entiendo porque me ha pedido que no me arregle y que no me ponga maquillaje pero, pese a ello aquí estoy yo. Vestida con un vestido corto de verano y la cara lavada, esperando que él me pase a buscar.

Dios, me siento tan tonta.

¿Por qué le he dicho que sí? Y sobre todo...¿Por qué narices estoy tan nerviosa?

Deslizo mis manos por el ceñido vestido intentando aplanarlo un poco. Me miro en la puerta repasando mi imagen, la prenda blanca cae por encima de mis rodillas dejando ver gran parte de la piel de mis piernas. Llevo unas sandalias sencillas y el pelo suelto, no estoy mal pero, me siento un poco infantil. No estoy segura si es por cómo me veo o por la sensación desconocida que me atraviesa como un alfiler.

—Joder —susurro para mí cuando veo su coche doblar la esquina.

Una parte de mi instinto se activa haciendo que quiera salir corriendo pero, me quedo parada, sin mover los pies ni un centímetro, tensando los labios en una mueca parecida a una tímida sonrisa.

Las piernas me tiemblan levemente cuando el vehículo se para frente a mí, desde el cristal sus ojos recorren mi cuerpo sin vergüenza. Elliot se baja del coche aún sin despegar la vista de mí anatomía. No sé qué está pensando pero, supongo que nada bueno. Sin titubear se acerca a mí y antes de que pueda reaccionar me agarra de la cintura atrayéndome hacía él.

Todas las alarma se disparan cuando sus labios chocan levemente con la piel al descubierto de mi cuello desatando el caos cuando sube sin vergüenza hasta mi oído.

—Estás preciosa —me susurra con sinceridad provocando que el calor suba con fiereza a mis mejillas.

Mierda.

Trago saliva sin saber que responder. Su cercanía, sus labios tan cerca de aquellas zonas sensibles...Todo eso me abruma, él en sí lo hace.

Su mano se despega de mi cintura y cuando por fin nos miramos a los ojos una corriente eléctrica me recorre al instante, atravesándome; Abriéndome en canal. Es como si una central eléctrica explotase entre nosotros cuando nuestras miradas hacen contacto directo. No sé si él también lo siente pero, se me eriza toda la piel del cuerpo en el acto.