Entre Sombras-Planeta Atmos

PARTE 1 -Capítulo seis: Incompatibles-

Ella simplemente ya estaba harta de que él la mantuviera como un rehén sorpresa.

Quería acabar con todo lo que les estaba pasando para regresar a su vida cuando no tenía que preocuparse por un ente que la acechaba para usarla en su trabajo sucio; pero ¿qué otra opción tenía?, era imposible escabullirse de él.

Durante otras horas de viaje, Ciké visualizó hermosos paisajes y decidió bajar para admirarlos un momento. Él obligó a Kassandra a ir con él; pero Ciké le advirtió a Kassandra que no intentara nada, cosa que ella ya tenía clara desde el principio.

Después de que se bajaron del auto, ambos mantuvieron un silencio incómodo durante el camino hacia el lago Coobite: un lugar con hermosos colores naturales y un ambiente muy fresco que se encontraba al final del sendero por el que caminaban.

Cuando llegaron a la orilla, por un momento percibieron los aromas del lago que daban una sensación de tranquilidad y paz, como si sus problemas hubieran desaparecido.

Luego de haber apreciado los aromas del lago, ambos se sentaron; pero con su distancia. Kassandra, aún con el ambiente tranquilo, seguía sintiendo un resentimiento hacia Ciké.

Luego de unos minutos, él intentó entablar algún tipo de conexión con Kassandra; pero ella lo rechazó. 

Kassandra solo le decía qué por qué hacía eso. Le preguntó que, si sabía que ponían en riesgo muchas vidas. Ella también le reclamó que ellos estaban desintegrando familias con agentes en el trabajo, ¿qué él no tenía una familia a la que proteger también?

El guardó silencio por un momento y le dijo que su familia ya no existía. Murieron cuando hubo un accidente en una construcción de su aldea que terminó con sus vidas. Kassandra guardó silencio durante un momento hasta que finalmente ella se atrevió a decirle que había perdido a su padre. Él los abandonó cuando era muy pequeña y tuvo que vivir con su hermano John y su madre Camila por el resto de su vida, hasta que finalmente se independizó y los dejó atrás. Ella no sabía nada de ellos desde hace tiempo.

Después, le contó que su madre la hacía sentir culpable cuando le recordaba que tuvo que dejar la universidad porque quedó embarazada de ella. Kassandra a veces se sentía mal porque creía que era la causa de las condiciones medio deplorables en las que solía vivir; pero después de haberse independizado, pudo liberar un poco de esa presión. 

Sin embargo, antes de que ella pudiera continuar con su historia; Ciké la interrumpió y le dijo que tenía suerte de haber vivido rodeada de alguien que la dejara decidir lo que quisiera hacer con su vida. Ciké desde que perdió a sus padres, fue obligado a ser parte de la rebelión y no pudo ni siquiera desarrollarse en las actividades agrícolas de su especie, algo que él deseaba hacer.

Ella le preguntó qué por qué accedió a detenerse al pueblo hace unas horas; y él le respondió que tenía curiosidad de la cultura humana.

Ambos siguieron hablando hasta la noche; por lo que tuvieron que acampar ahí.

Cuando Kassandra estaba dormida, ella empezó a temblar por el harto frío que había en el lugar; pero después de un momento, ella sintió como Ciké la abrazaba. Su confortante calor hizo que se sintiera bien por un rato; pero ella lo apartó de inmediato. Prefería dormir sola y con frio, a estar bajo el calor de alguien tan grotesco como él. Tal vez habían abierto sus sentimientos; pero para Kassandra solo fue una plática que estuvo obligada a entablar por el hecho de que quería saber más de los seres. Al parecer, de una u otra manera la información que le proporcionó Ciké le ayudó a conocer cosas que no sabía de los morfóros.

Al día siguiente, Ciké le pidió a Kassandra que ella manejara. Ella, perpleja, no entendía porque ahora él quería que ella manejara si él milagrosamente se había encargado de llevarla a varios lugares después de su secuestro. Pero Ciké, sin darle importancia a lo que ella opinara, le pidió que lo llevara a lo que los humanos llamaban como: "el monte Elécgas". Kassandra era consiente de donde se encontraba; por lo que se subió al auto con él y comenzó a manejar.

Luego de otras horas de camino; ellos finalmente llegaron al lugar.

En donde estaban era un enorme pastizal con alguna que otra línea de transmisión de energía conectadas entre sí.

Al ver el panorama, Kassandra pensó por un momento. Era el área donde ellos generaban la energía, por lo que finalmente comprendió lo que él quería.

Trató de negarse a avanzar, pero él le recordó las bacterias que introdujo en su cuerpo, así que no tuvo más remedio que dejarse dominar por las instrucciones de Ciké.

Cuando llegaron a una escotilla que había cerca de ellos, Ciké, en contra de su voluntad, la obligó a entrar. Ella se negó muchas veces cuando estuvieron ahí dentro porque sabía lo que quería Ciké en ese lugar; pero al final no tuvo más remedio y avanzó con él.

El lugar en donde estaban era una bóveda repleta de cables, túneles, tubos y ventilaciones que resguardaban los generadores de la electricidad de todo el territorio humano. Ellos utilizaban el constante vapor expulsado por una de las capas terrestres del planeta para generar energía, y después la transmitían por líneas de transmisión subterráneas y terrestres.

Sin embargo, lo que él necesitaba saber era cuál de los generadores conectaba con el borde de la Ciudadela para generar un corte y dejarla sin electricidad.

Kassandra se negó de nuevo, no quería ser parte de eso y ya se lo había dicho. Trató de soltarse y a modo de defensa, ella lo golpeó en su abdomen y logró soltarse de sus manos.

Corrió lo más rápido que pudo; pero fue inútil. Él la detuvo agarrándola del brazo.

Después de una discusión en la que solo gritaban y ella mantenía la idea de no querer ayudar, él le dijo que no le dejaba opción si no quería cooperar.

Volvió a transformarse en el morfóro que vio cuando cayó del acantilado y después, con sus cuatro ojos brillantes, hizo que Kassandra se quedara inmóvil. Las bacterias la habían inmovilizado.

Él le volvió a preguntar que cuál generador conectaba con la Ciudadela, pero luego agregó que, si no cooperaba, la mataba.

Ella estaba temblando. Podría morir por salvar a toda la Ciudadela, o vivir como una traidora; pero recapacitó por un momento. Si no era ella, podría ser otro científico su víctima para provocar un apagón; así que decidió que ella no iba a ser ese científico. Durante su vida como adolescente vivió rodeada de la culpabilidad que su madre siempre le recriminaba. Ella no quería volver a ser la culpable de algo; por lo que iba a tratar de engañarlo.

Su plan de engaño se basaba en guiarlo directamente a un generador incorrecto para evitar que los bordes protectores de la Ciudadela fueran expuestos por el corte eléctrico que quería provocar Ciké, y después de eso, provocaría una falla para distraerlo y poder escabullirse.

Así que, cuando estaba decidida a hablar, Ciké le permitió mover el cuerpo y ella le dijo que lo guiaría a donde estaba el generador, y que también lo desactivaría.

Le explicó que el generador se encontraba a unos metros de ahí, y que estaba en una bóveda igual, pero más grande.

Se movieron cautelosamente durante todo el camino. Kassandra debía mantener la calma para que él no sospechara de su verdadero plan.

Ya ahí, Kassandra visualizó una puerta de Luxillo que tenía una base para lector de retina y un scanner de tarjetas.

Kassandra acercó su ojo y pasó la tarjeta que le habían dado cuando estaba en el hospital.

Cuando la puerta se abrió, ella se dirigió al generador y lo admiró por un momento. Tenía que actuar ya. Comenzó a maniobrar rápidamente en una de las computadoras administradoras de la bóveda para que Ciké pensara que estaba haciendo algo importante; pero ella simplemente estaba desactivando el generador del pueblo que habían visitado anteriormente. 

No obstante, cuando ella se acercó al generador para acabar con su supuesto trabajo, rompió "accidentalmente" el regulador de agua de la máquina de vapor y esta empezó a chillar y a sobrecalentarse. Ciké se le acercó y le preguntó que qué había hecho, y a segundos de la explosión, él pudo ver como ella trató de alejarse del lugar a toda prisa. 

Él gritó su nombre y la cubrió cuando la explosión sucedió.

El vapor provocado por la explosión se extendió por toda la sala, y al final, todo se nubló.