PARTE 1 -Capítulo cinco: Atrapada-

8 2 0
                                    

Mientras Kassandra seguía atónita en su asiento, sentía como la oficial.... no, el morfóro, aumentaba la velocidad del auto mientras se tomaba un frasco de sangre. 

De la nada se empezó a contorsionar y después, olas de escamas empezaron a recorrer su cuerpo transformándolo en un hombre con una complexión un poco sobrepasada, de piel blanca y cabello de un tono naranja combinado con rojo.

Kassandra estaba petrificada en el asiento ideando alguna manera de escapar. Podría mandar un mensaje a alguien para pedir ayuda o pasar su localización; pero su teléfono lo dejó en su equipaje torpemente.

Otra idea que tenía era solo abrir la puerta y saltar; pero era muy ridícula ya que la podrían atropellar, y él, si de verdad está obsesionado con ella, la levantaría y se la llevaría.

Su única opción, al final, era preguntarle que quería de ella, y después de unos minutos, lo hizo.

Él mantuvo un silencio incomodo durante un rato hasta que decidió hablar. Le dijo que como ya se lo había dicho antes, tenía un objetivo al otro lado de la ciudad, y debido a causas del terreno que se encontraba en el bosque, la única manera de cruzar era por ese lugar. 

La razón por la que él la necesitaba era porque necesitaba un guía, alguien que rompiera las reglas por él.

Kassandra no entendía a que se refería, ¿Cómo que romper las reglas?, ¿Cuáles reglas?

Perpleja, le preguntó de nuevo y él solo aceleró más. Pasó un rato y ya habían salido de la Ciudadela. No sabía cuánto tiempo más él iba a permanecer con la boca cerrada; pero en un momento, Kassandra le dijo que mínimo le dijera su nombre y también qué como sabía conducir. Él, milagrosamente respondió.

Se llamaba Ciké, y luego agregó que sabía conducir gracias a su metamorfosis ya que tenían la capacidad de aprender varias de las capacidades intelectuales del ser vivo al que se transformaban.

Luego de varias horas de viaje, llegaron a un pequeño pueblo en el que ella le solicitó una parada para ir al baño; pero eso no era verdad. Ella mantenía la idea de escabullirse.

Él extrañamente aceptó, al parecer a él le encantaba la idea de conocer algo nuevo fuera de la zona de búsqueda. Tenía la idea de que aún no habían pasado el comunicado a las afueras de la ciudad de que Kassandra había desaparecido, y ella era consiente de eso. La alerta era enviada después de 20 horas de búsqueda en la Ciudadela.

Cuando se bajaron del auto, antes de que ella tratara de escabullirse, Ciké la arrinconó en una calle sola a lado de donde se estacionaron y le agarró la mano. 

Con ella agarrada de la mano, la mano del morfóro empezó a deformarse de una manera muy siniestra.

Ciké la soltó, y por inercia, ella salió disparada corriendo. Pero a tan solo unos pasos de él, ella sintió una punzada en la parte trasera de su cuerpo. Ciké le había clavado una de sus garras en su espalda.

Ella se quedó paralizada por un momento: no podía gritar, no podía moverse, pero no sentía dolor.

Ciké acercó su boca al oído de ella y con su misma respiración introdujo unas bacterias que comenzaron a esparcirse en todo su cuerpo.

Después de eso, volvió completamente a su forma humana y soltó a Kassandra; pero antes de que ella pudiera correr, le dijo que esos parásitos que introdujo en ella eran controlados por él, así que él puede decidir cuando salen o cuando la matan.

Kassandra estaba asustada. Sus planes para escaparse se le habían echado a perder. Solo podía contar con la esperanza de que alguien se percatara de lo que estaba pasando.

Luego de volver a subir al carro, y después de algunos minutos, llegaron a una plaza solitaria en medio de un pueblito.

Pasaron a conocer varias de las pequeñas tiendas del pueblo. Él podía disfrutarlo totalmente, ya que, de forma sospechosa, tenía más frascos de sangre para transformarse en otras personas para pasar desapercibido. Ciké mantuvo a Kassandra cerca de él; pero en el momento en el que entraron a una tienda y empezaron a indagar en las cosas que vendían; Kassandra vio en un televisor que había empezado un ataque a la Ciudadela desde la base Científica: los seres se habían empezado a revelar.

Con toda la furia del mundo, tomó valientemente la mano de Ciké y se fueron. Ella necesitaba respuestas.

Así que, mientras iban en el camino, lo amenazó con un arma paralizante que robó en el pueblo mientras él se distrajo por unos segundos.

Él le dijo que mantuviera la calma y le preguntó qué porque insistía tanto. Pero ella sin dudarlo, disparó. El ataque provocó que soltara un ligero aullido de dolor, pero no estaba ni cerca de estar paralizado. Al parecer esa arma no tenía la potencia suficiente como para aturdir a un ser.

Ella, antes de que le hiciera algo por su fallido plan de inmovilizarlo, le explicó de manera irónica lo que vio en la tele, y después de un largo suspiro, él contó todo. 

Al parecer en el bosque hay algo a lo que ellos llaman Regidor. Un ser de descripción indefinida que habitaba en un árbol para dirigir a todas las especies a base de un control autoritario en el que establecía donde se ubicarían las especies y como se debían a desarrollar a lo largo del tiempo. Sin embargo, hace 398 años, cuando llegó el ser humano, él cambió su mentalidad de paz a una competitiva. No estaba contento con la intervención del ser humano en su bosque desde su llegada. Así que, momentos antes de iniciar un ataque para recuperar el control total, vieron con sus propios ojos como un humano asesinó a un animal con el disparo de un arma de fuego mientras se lo llevaban para alimentarse. Eso los dejó un poco desconcertados, pero igual querían atacar.

Sin embargo, el regidor los detuvo y les ordenó una retirada. Les dijo que no estaban al nivel de ellos y que esas armas podían acabar con tres de un tiro. Así que prohibió el contacto con el ser humano desde ese momento y les permitió el uso de sus tierras. No quería sacrificar a los seres en una pelea ya perdida.

Al paso de los años los seres sintieron curiosidad y querían información. A escondidas del regidor se dejaban dormir por los humanos para que no sospecharan de su plan. Intentaron por muchos años seguirles el rastro, pero siempre lograban escabullirse por el bosque. Se decía que desaparecían de la nada como si simplemente se esfumaran del lugar; pero durante el experimento de Kassandra, cuando capturaron al morfóro, uno de los agentes ignoró las reglas y se separó por un instante, lo que hizo que aprovecharan el momento para capturarlo y transformarse en él.

Habían formado un plan de infiltración al que todos los seres con disponibilidad de pelear se unieron. Su plan era atacar la base después de que el morfóro disfrazado les diera el acceso que necesitaban.

Todo eso empezaba a tener sentido en la mente de Kassandra. Por eso pudieron infiltrarse esa vez, y seguro con la parte de que decían que desaparecían, se referían a la placa protectora de la base; pero, aun así, eso no contestaba la pregunta de por qué él la necesitaba. Por lo que le volvió a preguntar.

Ciké le respondió de la manera más clara posible. Le dijo que necesitaba de ella para informar de manera telepática a su tribu si las armas de fuego aun existían para así comenzar su movimiento. Por eso cuando ella se lo dijo indirectamente en el momento en que él estaba transformado en la oficial, pudo informar a su tribu sin ningún problema.

Kassandra pensó por un momento si la rebelión fue su culpa debido a lo que acababa de mencionar Ciké; pero lo negó rápidamente, era culpa de todos por invadir un planeta habitado.

Recordó que en sus clases de historia les habían mencionado que antes de que el ser humano llegara al planeta Atmos, ellos habían habitado anteriormente el planeta Nocles; pero debido a un suceso al que denominaron *"El amanecer negro"*, tuvieron que buscar otro planeta para sobrevivir. 

Sin embargo, Ciké le interrumpió sus recuerdos y agregó que el movimiento era solo para asustarlos y distraerlos, tenía un plan en el que Kassandra era el punto clave. 

Entre Sombras-Planeta AtmosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora