Fuertes estallidos bacterianos de color tinto azotaron gran parte de los suburbios, los cuales, provocaron grandes explosiones al entrar en contacto con los gases que producían las cocinas de los apartamentos.
Los agentes comenzaron a llegar y atacaron a los seres para detenerlos.
La presidenta desde su oficina presenciaba estos hechos. El regidor estaba completamente furioso. Los seres estaban arruinando sus planes; así que no tuvo opción: abandonó el control del cuerpo de la presidenta en presencia de sus agentes, emergió de su escondite, y después salió disparado hacia la zona de batalla.
Comenzó a atacar a los seres de manera despiadada, pero mientras atacaba a los seres, el regidor también destruyó gran parte de los edificios.
Grandes derrumbes y explosiones sucedieron a lo largo de ese tiempo. Los agentes no distinguían en que bando estaba el regidor; sin embargo, al ver los destrozos que estaban haciendo sus impulsos de ira, se vieron en la obligación de atacarlo también.
Era una batalla todos contra todos: los seres atacaban tanto a los humanos como al regidor, y los humanos atacaban a los seres y al regidor.
En esa batalla no participaron tantos seres cómo esperaban (había pocos Loxis, algunos morfóros y uno que otro wolfero); sin embargo, ellos de igual manera atacaban letalmente a muchos humanos en el área de los suburbios.
Los residentes de los edificios comenzaron a evacuar mientras los agentes contenían a los seres cerca del edificio que atacaron.
El regidor siguió atacando a los seres; sin embargo, al ver que los agentes también lo estaban atacando; no tuvo otra opción que atacarlos a ellos también.
Él esquivaba tanto los ataques de los agentes como los de los seres.
El regidor era demasiado grande y poderoso como para poder detenerlo; pero cuando llegaron los agentes de refuerzo, estos instalaron sus cañones de alta potencia. Después, lograron paralizarlo luego de varios disparos. Al parecer uno de sus puntos débiles era el gran ojo carmesí que tenía en la frente.
Las cosas estaban ahora un poco más tranquilas. Tanto los seres como los agentes esperaban su siguiente movimiento; pero él estaba completamente inmóvil.
Todo parecía estar a su favor; sin embargo, el regidor de la nada soltó un ruido estrepitoso y empezó a expulsar un humo color verde limón de sus aberturas que se empezó expandir por toda la ciudadela.
Mientras sucedía esto, el regidor con sus raíces obligó a los seres a desertar la batalla. Muchos se opusieron a su mandato, pero para hacer que todos se retiraran, el regidor tomó con sus raíces a los opositores de su petición y los mató en frente de todos los seres.
Al final ellos no tuvieron otra opción y se fueron junto con el regidor.
Luego de que todos se fueron, mientras la niebla se empezaba a disipar, el bando humano se percató de que ya no había rastro ni del regidor y de ningún ser.
Cabe destacar que el regidor, al estar dentro de sus tierras; exilió a los líderes de la rebelión al bosque Pluet y ya no interfirió con los humanos por sus planes fallidos. Aparte de que quedó muy debilitado por el golpe crítico a su punto débil.
Regresando a la Ciudadela, los agentes se quedaron perplejos debido a lo que acababa de ocurrir. Muchos tomaron eso como una rendición por parte de los seres; pero para hacerlo oficial, se tuvo que dar lugar a una gran discusión política en el SEM para imponer las nuevas leyes entre seres y humanos.
La verdadera presidenta puso a la Ciudadela en un toque de queda mientras las cosas se normalizaban. También decidió que todo seguiría de manera normal, pero como los seres rompieron la ley que había impuesto el mismo regidor, ella tuvo que prohibir el contacto de los humanos con el muro y los seres. Por lo que no se supo de ellos por mucho tiempo.
Minutos antes de que acabara esa discusión en el SEM, Kassandra manejaba el auto mientras Yohan descansaba por haber conducido casi dos días seguidos. El toque de queda que anunciaron en la radio aún no empezaba, por lo que lograron infiltrarse a la ciudadela sin problemas.
Mientras iban en camino a su apartamento, Kassandra alcanzó a ver los edificios destrozados y el denso gas verde que cubría la parte alta de la Ciudadela. Le dio un gran escalofrío de solo pensar en lo que había pasado ahí.
Cuando llegó a su edificio, un horrible olor que aspiraron los dos los hizo correr directamente a la entrada y dejar el equipaje en el auto. Ambos subieron las escaleras hasta llegar al apartamento de Kassandra.
Cuando llegaron, Yohan le dijo que tenía que ir por sus cosas para empezar a desempacar. Ella asintió y le dio las llaves de su auto. Él tomo una mascarilla que había en la cómoda y se fue dejando la puerta entreabierta.
Kassandra se acercó a la ventana y vio con sus propios ojos el daño que le hizo a la Ciudadela por haber sido una de las principales causas de la caída de sus escudos. Pero después recordó a Ciké. Si tan solo ella hubiera podido escapar al no ser tan despistada con las máquinas, las cosas serían diferentes.
Pero mientras se ahogaba en sus recuerdos, Kassandra escuchó unos pasos detrás de ella. Ella pensó que sería Yohan, a lo mejor había olvidado algo; pero cuando una mano larga y fría tocó su hombro, volteó de manera brusca y vio que era Ciké.
Él estaba herido. La mayor parte de su cuerpo estaba jodida y su ropa estaba rasgada. Ella lo apartó de un empujón y le gritó que se fuera, que la dejara en paz; pero él simplemente le dejó una carta y se fue.
Ella tomó la carta; pero antes de tirarla, pensó que tal vez ese pedazo de papel tenía las respuestas a todo lo que pasó cuando estuvo ausente después de pensar que iba a morir. Sin embargo, no se sentía preparada para leerlo. Así que la tomó y la guardó en lo profundo de sus cajones.
-3 años después-
Kassandra tomaba la mano de Yohan mientras caminaban por el parque.
Ambos se detuvieron para sentarse en un banco y contemplar el bello atardecer mientras Kassandra sostenía su mano en su pesado vientre. Estar embarazada no era un trabajo fácil después de todo.
Cuando regresaron al apartamento, cenaron y vieron una que otra película hasta que se quedaron dormidos en el sillón.
Al día siguiente, Kassandra se despertó y vio que Yohan ya no estaba, seguro se había ido a trabajar. Así que, después de haber desayunado un *pan ómeno* con fruta, fue a su cuarto para buscar en un cajón una receta que necesitaba para los fármacos de sus mareos por el embarazo. Sin embargo, cuando llegó al final del cajón, vio que debajo de la receta se podía ver un pequeño sobre beige que le parecía familiar.
Se sentó en el suelo y lo abrió con mucho cuidado. Era la carta que le había dado Ciké.
Kassandra leyó detenidamente cada palabra que estaba escrita ahí:
Yo sé que me odias por todo lo que te hice pasar.
La explosión que provocaste me dejó muy debilitado; sin embargo, vi cada detalle de lo que hiciste cuando desactivaste el generador incorrecto. Supuse que uno de los generadores podría ser el de la Ciudadela, así que al final desactive cada uno hasta que finalmente acerté.
Confié en ti. Traté de hacerte cambiar y ponerte de nuestro lado; pero obviamente fracasé.
Pero antes de pensar erróneamente de tu raza, supuse que lo hiciste porque te sentías presionada y culpable.
No creas que no aprendí nada durante nuestro trayecto, abriste por un momento tus sentimientos a alguien que solo buscaba aprovecharse de ti, y eso me sorprendió de alguien como tú.
Así que, perdono lo que trataste de hacerme y espero que tengas una larga y feliz vida Kassandra.
P.D. Se que pensarás que es raro que yo escriba, pero obligué a alguien a hacerlo
-Ciké-
Kassandra dejó la carta en el suelo mientras una lágrima de tristeza y rabia caía lentamente por su mejilla.
FIN DE LA PARTE 1
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Entre Sombras-Planeta Atmos
General FictionEntre sombras narra la historia de Kassandra: una mujer dedicada y simple que se encargará de estudiar a las misteriosas especies del planeta Atmos a través de un experimento muy importante que podría cambiar vidas. Sin embargo, en el peor momento s...