Capítulo 32

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Esa era la última noche en el castillo, antes de enfrentarse al mundo, donde le tocaría pelear en un bando que no había elegido, pero no tenía elección.

Había citado a James, si iba hacer lo que iba hacer, lo que más deseaba era tener una última noche con él, era lo más justo para los dos.

Al cabo de unos minutos llegó él, la luz de las velas le daba un aura sexy, que aceleraba su corazón, y sin esperar, se lanzó a los labios de James.

Dejaré mi corazón en la puerta
no diré una palabra,
ya se han dicho todas antes, tú lo sabes.
Así que por qué no simplemente fingimos,
como si no tuviéramos miedo de lo que viene después,
o de que no quede nada.

En el momento en que Severus entró por la puerta ahí dejó su corazón, no era el momento de sentimentalismos, era mejor fingir que no tenía miedo de lo que venía después.

Juré quererte por toda la eternidad
Pero el tiempo no nos dio la oportunidad
Teniendo la virtud de tenerte, toca decir adiós
Pero al cruzar esa puerta no encontrarás respuestas
De por qué se acabó

El tiempo, ni la vida había sido justos con ellos, tenía la suerte de tener a James, no el mismo James de antes, sino uno mejor, uno más maduro, uno que lo amaba tal cuál como era y ahora tenía que dejarlo, y una parte de su alma se iba con él, y lo peor era que detrás de esa puerta James no encontraría respuesta, de porque su relación acabó.

Mira, no me entiendas mal,
sé que no hay un mañana,
todo lo que pido, es que...
si esta es mi última noche contigo,
abrázame como si fuera más que una amiga.
Dame un recuerdo que pueda usar,
tómame de la mano
mientras hacemos lo que hacen los amantes
Sí importa cómo termina esto,
porque, ¿y si nunca vuelvo a amar?

Sabía que no había un mañana, pero en ese momento deseaba que James lo abrazara, y tomara sus manos mientras se movía en su interior, quería un último recuerdo, tenía la certeza de que más nunca en su vida volvería a amar, James se quedó con ese sentimiento.

Que no hay tiempo que perder
La última vez y mañana te olvido
La última vez y de ti me despido
La última vez que me beso contigo
Por ahora abrázame
Que no hay tiempo que perder
No es hora de buscar culpables
De nuestros problemas no quiero que me hables
Que no terminemos es inevitable
Pasaremos una noche inolvidable
Y lo haremos lento
Que solo tu voz opaque este silencio
Hoy voy a nadar contra mis sentimientos
Y aunque cueste aceptarlo
Las promesas se las llevó el viento

—Abrazame James—, le pidió Severus.
—¿Qué pasa Severus?
El pelinegro lo miró a los ojos.
—No pasa nada—, le contestó dándole una sonrisa—, sólo quiero que me abraces.
El moreno lo miró dudoso, pero igual lo abrazó, Severus se aferró a él mientras luchaba contra las lágrimas, recordaba las promesas que se hicieron el día de su compromiso, ahora ya no valían nada, porque ya no estaban. Y que la relación terminara era inevitable.
Le costaba luchar contra sus sentimientos, pero no tenía opción, por los momentos sólo quería escuchar las palabras bonitas que James le decía cuando hacían el amor.

Y dado que tú eres el único que alguna vez importó,
dime, ¿a los brazos de quién corro?
Deja que esto sea nuestra lección de amor,
deja que esta sea la forma en que nos recordemos,
no quiero ser cruel o despiadada,
y no estoy pidiendo perdón,
todo lo que pido, es que...
si esta es mi última noche contigo,
abrázame como si fuera más que tu amiga.
Dame un recuerdo que pueda usar,
tómame de la mano
mientras hacemos lo que hacen los amantes
Sí importa cómo termina esto,
porque, ¿y si nunca vuelvo a amar?

Esa era la forma en que quería recordar a James, porque era una de las pocas personas que en su vida le importó, le dolía terminar con él, todo lo que quería era una última noche, para recordarlo, porque después de esa noche, ya no podría estar en sus brazos.

Extrañaré tu cuerpo encima de mi cama
Pasar horas viéndonos sin decir nada

Severus sentía tan lejanas las veces en que James despertaba a su lado, y su placer culposo, era verlo durmiendo, verlo tan relajado, le daba paz, pero ya no lo haría más.

En la mañana llega el sol
Anunciando que lo nuestro en el pasado se quedó.

Tenía miedo en que llegara el día siguiente, porque sabía que a penas saliera el sol, lo suyo con James en el pasado se quedaría y nunca regresaría.

La última vez y mañana te olvido
La última vez y de ti me despido
La última vez que me beso contigo.

Dicen que las primeras veces llenan el alma, pero las últimas, la desgarra sin temor a dejarla sangrando.

Cuando se separaron, Severus lo volvió a besar y con sus manos a quitarle la ropa, mientras que el moreno lo ayudaba con la suya, cuando estuvieron desnudos, el pelinegro pudo apreciar el cuerpo que tenía enfrente, y lo empezó a acariciar, agradecía por la escasa luz, ya que así el otro chico no podía ver la abominable marca en antebrazo.

Esta vez el de lentes se acercó y unió sus labios, delicadamente lo tendió sobre la cama, y empezó a acariciarlo, besarlo, dejarle marcas sobre su cuerpo, y Sev, sólo podía arañarle la espalda, pidiendo más, cuando estuvo preparado, James se enterró en él, sus estocadas eran suaves y delicadas, ya sentía que el clímax lo iba a golpear, cuando decidió decirle al otro chico, algo que tenía tiempo en decirle.
—Te amo James.
—Yo también te amo Sev, más que a nada en esta vida.
Y mientras estaba en el orgasmo, lágrimas empezaron a caer.

El Gryffindor salió de él, y se acostó a su lado y dándole un último beso, se quedó dormido.

Severus conjuró un tempus, y lentamente se levantó de la cama, y se vistió, las lágrimas no paraban de caer, pero debía seguir con su plan.
—Si para mantenerte a salvo, tengo que ir a tomar el té en el infierno con el diablo, lo haré—, dijo en un susurro.

Tomando aire, llenándose de valor y con el alma rota, levantó su varita.
—Obliviate—, susurró con firmeza y un chorro de luz blanca golpeaba al chico de la cama, pero este no se inmutó.

Rápidamente el pelinegro, tomó sus cosas y salió del lugar, dejando una hermosa historia de amor atrás.

Nota de autora:
H

aber hecho que James y Severus se comprometieran estaba bien, pero hacer que duraran el resto de la historia, ya era avaricia.
Les cuento un secreto, tengo meses preparándome para este momento, como a mi casi no me gustan las cosas tristes, pues fue un poco complicado, por eso escribía escenas tristes de otras parejas para practicar, ¿Qué tal me salió?, espero que los haya conmovido.
En este capítulo usé dos canciones.
La que está en cursiva y negrita es all i ask, de Adele. Y la que sólo está en cursiva es la última vez de Gustavo Elis.
Me despido, besos.
Bebepushentido.

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