Capítulo 18

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Severus apenas entró a la sala común de Slytherin fue arrastrado por sus amigos, al cuarto de Gigi, lo supo, por todo el color rosado del lugar, ella lo sentó en el suelo y los otros hicieron lo mismo, como cuando eran niños y su amiga los obligaba a jugar las muñecas con ella, y a pesar de casi cumplir la mayoría de edad ella todavía jugaba con muñecas.
—Primero que todo ¿Cómo te sientes?—, preguntó Gigi.
—Muy bien.
—¿Cómo te fue el entierro?—, preguntó Barty.
—¡¡Me fue de maravilla!!, fue súper divertido ver como enterraban a mi madre, una experiencia sin igual.—, respondió con sarcasmo, del cual se arrepintió al instante de haberlo usado, sus amigos preocupándose por él, y él con su sarcasmo— lo siento Barty, me sentí triste, pero sé que lo voy a superar.
—Eso lo sabemos todos Sev, eres fuerte—, le dijo Reg apretando su mano.
Hubo silencio en la habitación, no era un silencio insoportable sino más bien cómodo, esa era una manera de apoyarlo, pero debía que decirles lo de Potter no podía arriesgarse a que se enteraran por otra persona, y en Hogwarts todo se sabía.
—Potter me acompañó al entierro—, dijo con tanta rapidez que pensó que ellos no lo habían escuchado, pero el rostro de ellos confirmaban que así era.
—¿Por qué él?—, preguntó Lucius.
—Por que no había quien me acompañara al entierro—, explicó Severus.
—Es tu culpa Giselle—, le dijo el rubio.
—¿Mía?
—Sí, tuya, sino te hubieras peleado con Black, Severus no hubiera tenido que ir con el imbécil de Potter.
Y eso fue suficiente para desatar una pelea entre los dos.
Si supieran que una parte de él estaba feliz por haber ido con Potter, pero eso era algo que ninguno tenía que saber.
—Ambos dejen de pelear—, dijo Reg.
—Cuéntanos ¿Cómo se comportó Potter?—, preguntó Barty con curiosidad.
—Muy bien—, y luego les contó lo que había pasado, omitiendo ciertas partes como por ejemplo, el agarre de manos entre él y el Gryffindor.
Todos escuchaban con atención, y cuando llegó a la parte de su abuela, Gigi soltó un bufido de indignación, y no les gustó mucho cuando les dijo que su abuela lo había invitado a cenar en navidad junto a su acompañante, y tuvo que inventarse una excusa para aclarar el motivo de la invitación de Madame Prince hacia Potter, no tenía ganas de decir la verdad, así que en un rato se excusó con que iba a dormir, y se fue a su habitación.
Recostado en su cama, pensó en lo que había sucedido, sí fue triste enterrar a su madre, pero sintió que todo no estaba perdido al tener a su lado al idiota de lentes.
—¿Qué me has hecho Potter que no he dejado de pensar en ti?
Y con esa incógnita se quedó dormido.

MIENTRAS TANTO AL OTRO LADO DEL CASTILLO…

James estaba en su cuarto aburrido, pensando en lo que había pasado ese día con Snape, no pudo evitar sentir lástima por él, pero sabía que ese sentimiento se lo tenía que guardar, porque estaba seguro que sí algo le molestaba al Slytherin, era la lástima.
Apenas había llegado a su sala común fue abordado por sus amigos, que le preguntaron dónde se había metido, él había acomodado la historia diciendo que Dumbledore le había pedido que acompañara a Snape al entierro de su madre, y él no se había podido negar. Casi todos quedaron conformes con la historia, menos Remus que lo miró con perspicacia.
—¿Por qué de todos los estudiantes, tú y precisamente tú el director eligió para que acompañaras a Snape?
—Pues porque ninguno de sus amigos podía ir, acuérdate que Zwinglio está castigada junto a Sirius, Malfoy igual que tú están ayudando con el baile de navidad y los otros dos no pueden salir del colegio sin autorización—, explicó James esperando que Remus dejara de hacer preguntas.
Remus lo observó un rato más como si sopesara lo dicho por su amigo, luego lo dejó tranquilo sin hacer preguntas.
Estaba reviviendo cada momento pasado con Snape, no le desagradó para nada estar con él, y se encontró deseando que hubiera sido en otra ocasión y no en un entierro, y no solo se encontró rememorando esos sucesos sino también arrepintiéndose por lo que le había hecho durante 7 años al Slytherin, por lo que pudo darse cuenta la vida de Snape es de todo menos un cuento idílico, y él con su inmadurez y estupidez le terminaba de joder su vida, carajo, ni por Evans se había colocado a meditar sobre los actos de su inmadurez, y hablando de actos inmaduros, iba a romper el trato con Severus, no podía seguir con el, por más que su lado egoísta quisiera tenerlo a su lado, no podía terminarle de joder la vida, la maldición de los Prince era que se enamoran de gente inadecuada para amar, ¿Y si Snape se enamoraba de él?, si él se enamoraba, iba a ser infeliz, ya que James no lo podía amar, él estaba con Evans y no la iba ni la quería dejar, a su manera amaba amaba a Lily, Severus solo es un capricho, y por el bien de todos era mejor dejar eso quieto.
—¿Demonios Severus cómo en tan poco tiempo te has metido tan profundo en mi piel?—, dijo con un suspiro cansado.
Y con esa interrogante se quedó dormido.

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