Capítulo 7

4.3K 446 4
                                    

—¿Se puede saber donde demonios estabas anoche?—, le preguntó Lucius.
—Estaba por ahí Luc, no te preocupes—, le contestó el pelinegro.
Esa mañana se había despertado en la sala de los menesteres, y se había maldecido por ello, había tomado su varita y revisó la hora, la mayoría de los miembros de su casa estarían despiertos, sabía que nadie le preguntaría si lo viera entrar a esa hora a la sala común, excepto sus amigos, pero en ese momento Gigi estaría aferrada a la almohada, mientras que Barty estaría luchando para levantarla, Reg lo estaría ayudando, en esa tarea titánica, y Lucius estaría en el espejo mirándose como buen vanidoso, pero se había equivocado, Lucius estaba en la sala común esperándolo, se veía agotado, como si no hubiera dormido casi.
—¿Cómo demonios no quieres que me preocupe?, ayer a Gigi le dio un ataque de ansiedad, y tuve que llevarla a la enfermería, entre Barty, Reg y yo la estuvimos cuidando, ella no paraba de preguntar por ti, sabes bien que tú eres el único que la puede calmar.
—Lo siento Lucius, hoy la cuidaré, ¿Pero está bien?—, preguntó con preocupación Severus.
—No Sev, no lo está, hay motivos para creer que ella pueda volver a recaer, y todo por esa maldita broma.
El otro chico sintió un nudo en la garganta, se sentía mal amigo, mientras que su amiga estaba en un ataque de ansiedad, el bien gracias, toqueteandose enfrente de James Potter, el causante de lo que le pasó a Gigi.
—¿Crees que pueda volver a recaer?.
—Sinceramente no lo sé, tenía mas de 2 años sin ataques de ansiedad o depresión, pero lo que le pasó fue un detonante para explotar lo que ella tenía almacenado, lo único que nos toca es esperar.
—Bueno, yo me alistare para ir a clases.
—Está bien.
Iba ir a su habitación, necesitaba una ducha con urgencia, tenía que ir a clases, y luego en la noche cuidar a Gigi, no podría ir a reunirse con Potter, en el interior sintió un poco de tristeza, pero se la sacudió rápido, no era el momento, su amiga lo necesitaba, en su corazón se instaló un sentimiento de culpa, en vez de pensar en cuidar a la morena, pensaba en que no podía acudir hoy con Potter, parece que esa culpa se vio reflejada en el rostro.
—Sev, tú no tienes la culpa de nada, no te preocupes, Gigi a pesar de que está más loca que una cabra, es fuerte, ella superará esto también, ahora vete a bañar.
Severus le sonrió al rubio, es verdad su amiga tenía demasiada fortaleza, pero eso no era lo que le preocupaba, sino los sentimientos que pensaban que habían muerto empezando a florecer de nuevo.

ObjetoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora