Blue. (LGBT)

Capítulo 11.

Nosotras.

—Entiendo su punto —respondí a Gregory que estaba al fondo señalándome los códigos que habían estando interfiriendo en el nuevo prototipo—. ¿Y si fuera contrario?

Me miro entre risas.

—Nico, sí fuera contrario, ambas parte colapsarían —respondió—. ¿Dónde has estado últimamente?

Lo miré sin saber a que se refería.

—He estado aquí todo el tiempo.

—No —negó dejando a un lado el bolígrafo—. Estás presente, pero ausente. ¿Puedo saberlo?

Gregory había sido un gran apoyo cuando llegue a Seattle, durante los últimos años nos habíamos asociados para crear una empresa externa a las empresas de Louviére. Él no tenía dinero, pero si conocimiento.

—Ella está de regreso —murmuré viendo al cielo.

—Santo cristo, Nico —dijo—. ¿Está casada?

Negué.

—Entonces no veo cuál es el problema.

—Tiene una hija de unos meses —respondí—. Ese es el principal problema, el segundo es que están mis empresas de por medio, y su vida está aquí en París.

No quería perder a Annette, pero debía pensar con claridad antes de que mis sentimientos se apoderaran de mí. No podía volver a hacerle daño como hice años atrás.

—No la he visto desde hace unos días, hemos intercambiado un par de mensajes, pero nada del otro mundo —dije viendo mi teléfono esperando algún mensaje de ella, pero no había.

—¿Y por qué no la buscas? —pregunto.

Lo observe sin saber qué decir.

—Me haré cargo de todo, tú ve —volvió a hablar Gregory. Sonreí tomando mi bolsa para salir del edificio.

Empecé a caminar por las calles de París llegando hasta una juguetería. ¿Sería bueno llevarle un presente a Grace? No lo sabía con certeza, pero dudaba que me lo rechazaran. Observe un oso polar pequeño con una bufanda, era precioso.

No sabía que se le podría regalar a una niña de unos meses con certeza. Me detuve en casa de Annette.

—¿Se encuentra Annette? —pregunté en recepción.

—¿Usted es? —pregunto la señora de la recepción que estaba ahí—. Solo autorizados pueden ingresar al edificio.

—Nicola Louviére —respondí.

¿Será que Annette me habrá agregado a la lista? No creo, Annette y yo no nos hemos visto desde aquel día en la playa.

Observe el regalo que tenía en mis manos para Grace, me sentía un poco nerviosa.

—Señorita Louviére, puede ingresar.

Asentí, yendo al ascensor. Me preguntaba por qué Annette había decidido comprar un edificio solo para su familia delante de la costa.

Su familia era inmensa, sin embargo con los años había ido disminuyéndose.

—¿Nicola? —dijo Annette al verme con una hermosa sonrisa en su rostro—. Es una sorpresa verte.

Sentí como mi rostro se sonrojó solo con verla.

—Hola, Annette —murmuré—. ¿Cómo estás?

—Feliz ahora que te veo, por favor —dijo dejándome ingresar al primer piso—. Grace está durmiendo, y mi abuela está arriba en la terraza.