•Capitulo 1•

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CAPÍTULO 1

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CAPÍTULO 1. Alta Lady del infierno.

Meira.

Las paredes color marfil de su habitación en la ciudad tallada se cernían frente a ella, incluso en la oscuridad de la noche y la privacidad de su alcoba, Meira sentía que la ahogaban.

Había crecido en esa habitación, a pesar de que la ciudad tallada no era la casa de su padre, Nox, pero su posición como general de la legión de portadores de Oscuridad era tan importante en la corte oscura que ella y su familia siempre tuvieron la posibilidad de llamar hogar a ese recinto.

Sin importar que hubiera crecido rodeara de lujos y sirvientes, Meira nunca consideró la corte noche como su hogar. De hecho, estaba muy lejos de hacerlo, ni si quiera se podía considerar parte de su familia. Ella era diferente, lo supo en el momento en el que tuvo conciencia de si misma y pudo diferenciar entre lo que estaba bien y lo que hacían sus padres.

Sus carceleros, más bien.

Su madre era un tema aparte, pero su padre... Nox, era un monstruo. No de la clase de monstruos que se reconocen a simple vista; con garras y dientes afilados. No, él era el tipo de monstruos que solo podías descubrir viendo a los ojos, donde se esconde su verdadero ser.

Y él lo sabía, sabía que ella era diferente a todos en la corte noche, lo supo desde que nació, y el conocimiento de que ese hombre... ése ser, podía reconocer la parte vulnerable de ella, la hacía temblar en la oscuridad de la noche y pensar que tal vez sería mejor dar el paso final, ese que la llevaría al final de su balcón y la sumergiría en una caída libre hasta bajo de la montaña. Pero nunca se atrevía, y tal vez esa era la única cosa que tenía en común con los Fae de la corte noche: Meira era una completa cobarde.

Se preguntó si no sería mejor dejar de existir.

Había escuchado hablar a los sirvientes mientras trabajaban, en esos momentos en los que todos creían fielmente en la máscara impenetrable que ella había diseñado mientras maduraba, cuando creían que era una sumisa fiel y tonta que no hacía preguntas. Los había escuchado hablar entre susurro sobre una historia antigua, tan vieja como la montaña en la que estaba la ciudad tallada. Una historia sobre los antiguos Fae de la noche que se convertían en estrellas cuando sus almas inmortales abandonaban la corte, y que observaban todo desde el cielo.

Meira no estaba segura de que creer, pero si eso era cierto, esperaba por lo menos poder morir y desaparecer para siempre, sin convertirse en estrella y tener que soportar ver a sus padres nuevamente, así fuera en la eternidad prometida después de la muerte.

Siempre se preguntó que habría más allá de las montañas nevadas. Nunca le habían permitido salir de la corte noche, ni si quiera cuando su padre se había dedicado a convertirla en su obra maestra, una pequeña cosa fiel e idiota destinada a un matrimonio arreglado que beneficie su línea genética y la condene a una miserable existencia. Su único momento de libertad era cuando podía salir de la ciudad tallada y recorrer las calles y los barrios de su corte. Era hermoso, de la única manera en la que algo terrible y diabolico podía ser hermoso. Una belleza que prometía sangre, muerte y terror. Pero una belleza al fin y al cabo.

Una corte de luz y sombras || Azriel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora