•Capitulo 11•

552 52 74
                                    

CAPITULO 11

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

CAPITULO 11. A un paso del placer.

—Me niego –la acompasada voz de Tesan resonó sobre las notas musicales que cubrían el salón del trono. Habían dejado la sala de Banquetes para internarse en el sombrío salón del trono y poder continuar con la velada que seguía tensa y amenazante, pero Meira debía admitir que la música la hacía más ligera. Tesan se acercó a ella después de haber llamado la atención de todos los que se congregaban alrededor del trono y disfrutaban de bebidas espumosas-. Me niego rotundamente a marcharme sin que me concedas el honor de bailar contigo.

Meira parpadeó dos veces, deslumbrada ante la belleza clara y franca de ese hombre, y aunque sabía que las mujeres eran tan interesantes para él cómo un glaciar en el invierno, le dedicó un solo pensamiento a Rhysand para comprobar si un baile estaba permitido para ella esa noche.

Baila, canta, salta y grita si lo deseas. La alentó Rhysand en su mente, con la mirada aburrida desde el trono. Por lo menos uno de nosotros debería pasar una buena noche.

—Será un placer –contestó Meira, tomando la mano de piel oscura y delicada que le ofrecía Thesan, y que la guiaba hasta el centro del salón de trono.

—Meira –dijo Thesan, el sonido de la música hacía que los demás no pudieran escuchar su conversación-. Que nombre tan... encantador. Casi tanto como tus ojos, ¿son grises o azules? ¡Y que encantadora noche! Si me permites decirlo, creo que ese vestido te sienta de maravillas ¿Quién lo ha confeccionado?

—Como me siento generosa, le concederé el honor de responder una sola de sus preguntas, mi Lord, usted decide cual –le contestó Meira con un aleteo de pestañas.

—Humm –Thesan hizo bien su papel al meditar la respuesta, antes de sonreírle amablemente-. En ese caso, permíteme cambiar la pregunta.

—Adelante –contestó ella mientras Thesan la hacía girar por el salón.

—¿Cómo acabaste en la Corte noche? –preguntó el al fin, la sonrisa había menguado sin desaparecer del todo. Meira se tensó.

—¿A qué se refiere, mi Lord? –preguntó amablemente, intentando que el desconcierto no se deslizara por su voz y que sus pies no se tropezaran por la sorpresa.

—Esa no es la respuesta que esperaba –susurró Thesan, como si hablara para sí mismo-. ¿Cómo una Fae como tú, con un poder como el de ninguna Corte, acaba en la Ciudad tallada en manos de Nox y Rhysand?

Meira trago saliva sin saber a qué se refería Thesan, en su mente el desconcierto de Rhysand, quien había vigilado la conversación, también bullía como lava ardiente.

Escúchalo. Le sugirió Rhysand.

—No sé a qué se refiere, nací en la Corte Noche –dijo Meira, dejando que Thesan la hiciera girar.

—Eso es lo que parece que quieren que creas –comentó el banalmente-. Pero un poder así, no viene de la Corte Noche.

—Y según usted, ¿de dónde viene mi Poder? ¿Es acaso de otra Corte? –dijo entre dientes.

Una corte de luz y sombras || Azriel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora