No estás solo

Capítulo 19: Del primero al último

Cerré mis ojos.

El Jeep retumbó mientras conducíamos por otra calle vacía. Los escombros cubrieron nuestro camino: objetos de los edificios que nos rodeaban, tanto posesiones materiales como piezas de ladrillos y concreto que consistían en la mayoría de las estructuras. El coche daba un pequeño salto cada vez que cruzábamos uno, pero con el aspecto de la calle parecía imposible evitarlo. Era como las calles de antes, era como el resto de la Ciudad de Enfer. Un sitio de prueba. Nada mas.

Tal como lo quería Verdana.

Abrí los ojos y miré detrás de mí desde mi posición en el asiento del pasajero. Lionel estaba sentado en el compartimento trasero, con los ojos pegados a nuestro mapa mientras pensaba en la forma más rápida de llegar al distrito sur. También en la parte de atrás estaba Soledad, quien acunaba a Harley en sus brazos. Mi corazón se apretó cuando vi el sudor que corría por la piel pálida de Harley. Las agujas de su brazo de fusión habían atravesado la tela de su camisa de manga larga y podía ver sus escamas a través del material rasgado. Tragó saliva y tembló, con los ojos cerrados con fuerza. Luchó contra la transformación: el monstruo que se formaba dentro de él, decidido a liberarse y tomar el control total.

Soledad no dijo nada; como si no hubiera nada que pudiera decir. Las palabras no podían cambiar lo que estaba sucediendo, incluso si eran demandas para que Drew condujera más rápido, o gritos de angustia que solo podían hacer eco en esta ciudad muerta. Todos lo habíamos aprendido aquí. Me di cuenta de que Soledad quería gritar, soltarlo todo y suplicarle a Arceus un milagro. Pero ella no lo hizo.

En cambio, continuó acunando a Harley en sus brazos. Ella besó la parte superior de su cabeza, manteniendo los labios allí. Un brazo permaneció envuelto alrededor de él, mientras que el otro se acercó para pasar los dedos por su cabello, un intento de consolarlo, de hacerle saber que no estaba solo para pelear esta batalla por sí mismo.

Como para responder, Harley cubrió su mano con la de ella. La miró con una sonrisa en los labios. Una sonrisa débil, pero una sonrisa de todos modos, y Soledad se la devolvió antes de inclinarse para besarlo.

Miré a Drew mientras maniobraba el jeep alrededor de una pila de otros autos. Mantuvo nuestra velocidad a un ritmo razonable, pero yo sabía que quería ir más rápido tanto como Soledad quería decirle. Sin embargo, no queríamos arriesgarnos a chocar con nada, o forzar al motor a hacer un rugido más fuerte que el que ya tenía, lo que atraería la atención de la fusión. Aún así, avanzamos por las calles más rápido de lo que lo haríamos si camináramos a pie, y me alegré de que, incluso a través de nuestro encuentro con Kruismara, finalmente hubiéramos encontrado un automóvil que funcionara.

Los ojos de Drew se elevaron para mirar a Harley y Soledad a través del espejo del techo. Suspiró y me miró.

Lentamente, cubrí mi mano sobre la suya mientras descansaba sobre la palanca de cambios del Jeep.

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Paramos en una gasolinera abandonada que no se veía mejor que los edificios que la rodeaban. No obstante, los pasillos del interior todavía estaban llenos de productos. Mientras Drew saltaba rápidamente para llenar el tanque del Jeep y Lionel llamaba a su Metagross para que lo ayudara a explorar el área, me dirigí a la busqueda de los suministros que pudiéramos usar.

El primer pasillo que busqué fue el de medicamentos, buscaba medicamentos que pudieran ayudar a Harley. Sin embargo, todo lo que encontré fueron las marcas habituales de renombre que ayudaron a combatir cosas como los resfriados y el insomnio. Fruncí el ceño. No había ningún medicamento que pudiera ayudar a alguien a lidiar con los efectos secundarios de transformarse en un Pokémon fusión sediento de sangre.