13. TÚ

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La mamá de Gonzalo está presa, lo supe ayer en la fiesta a la que lo acompañé. Joel, me sorprende que hay demasiadas cosas de Gonzalo que no sabía, lleva más de dos años siendo novio de mi hermana, pero ahora me doy cuenta de que apenas y conocía su nombre. Sí, ayer fui a una fiesta con él, cuando salí del hospital lo vi ahí, recargado en el enorme árbol que está a las afueras; fumaba, luego me vio y me pidió las llaves de mi coche y me dijo que me subiera, yo se las di y le hice caso. Gonzalo ya no solo es el novio de mi hermana, ahora también es mi amigo.

Sé que te hubiese gustado ir a esa fiesta, Joel. Bueno no era precisamente una fiesta, era una peda, más de una docena de personas que bebían cerveza y platicaban entre ellos con música de fondo. Sé que te hubiese gustado por el ambiente universitario que había, por las personas peculiares que conocí, no sé qué hubieses pensado del olor penetrante de mariguana que imperaba en el lugar; recuerdo que el verano pasado me propusiste probarla para experimentar, fuimos tan pendejos que no supimos ni a quién dirigirnos para comprarla y todo se quedó en las intenciones.

Admito que ayer a mí el olor tan intenso me mareó un poco, no fumé directamente, no lo haría sin ti, pero supongo que el humo concentrado de tantas personas que fumaban en un lugar cerrado, causó algo de efectos. Por eso Gonzalo me sacó al patio trasero del Chango, ahí me contó sobre su madre. El Chango era el anfitrión de la peda y es el mejor amigo de Gonzalo, yo también congenié con él, dicen que el Chango es el amigo de todos, creo entender por qué: es un chico muy alivianado, muy divertido, muy amable. Me prometió que me ayudaría cunado entre a la uni, él también estudia letras hispanas.

No recuerdo si tú llegaste a hablar con Gonzalo alguna de las veces que coincidimos o que salimos en plan de parejas junto a Sarah y a él. Gonzalo siempre fue muy callado, muy reservado, pero lo que sucedió ayer fue un poco raro, conforme nuestra amistad crece y se hace sólida, él se ha vuelto más abierto y desinhibido conmigo, sin embargo, jamás pensé verlo tan vulnerable como anoche. Hay muchas cosas que todavía no entiendo, Joel, por ejemplo, por qué mis padres, siendo una personas tan abiertas y amables, no aceptan del todo la relación de Sarah y Gonzalo; él es un buen chico y ama a mi hermana, sé que no tiene nada que ver con el dinero, la posición socioeconómica ni nada de esas cosas, ¿tendrá que ver con lo que él me contó ayer? Apenas y vea a Sarah se lo preguntaré directamente porque admito que las dudas me carcomen.

Todo comenzó porque, de pronto, sentí una necesidad imperante de abrazar a Gonzalo, no sé qué me pasa los últimos días que tiendo a abrazar a las personas y hacerles sentir que las entiendo, que estoy con y para ellas; me pasó también cuando el médico que sigue tu caso se sinceró conmigo. Me pasó ayer con Gonzalo, no solo una vez sino dos. Cuando llegó Sofía, ¡oh, Sofía!, ella es otra persona de la que tengo que hablarte, pero hablaba sobre lo que pasó con Gonzalo; ella llegó y dijo unas palabras que me parecieron muy extrañas: «no volverá a pasar lo de hace tres años, esta vez se hará justicia». En cuanto dijo eso, Gonzalo puso una cara seria y alargada y la sonrisa se le borró del rostro, ¿alguna vez te pasó que sentiste el dolor que la otra persona sentía con solo verla a los ojos: ese vacío, ese nudo en la garganta, esa impotencia que recorre las venas? Anoche eso me sucedió y abracé a Gonzalo por primera vez, fue extraño porque en ese primer abrazo él se debatía entre ser vulnerable y ser fuerte; se desprendió de mí y se fue deprisa al baño, supongo que no quiso mostrarse débil enfrente de todos los que estaban ahí.

Gonzalo se tardó cerca de veinte minutos en el baño, cuando volvió, noté que intentaba a toda costa disimular que aún sentía ese vacío, ese nudo, esa impotencia; medio sonreía pero no es para nada bueno fingiendo. Me encontró apoyándome en la pared porque yo ya estaba medio mareado, me jaló del brazo y me llevó al patio trasero. Joel, nunca tomes cerveza y salgas al aire fresco de repente, vomitarás, ¿o acaso sería la mariguana? Ahora que lo pienso creo que esa era la intención de Gonzalo para comenzar a desintoxicarme, que vomitara.

Tú, yo, anarquíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora