Capitulo 2 🌟

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Aun seguía sorprendida que alguien como Maite quisiera fumar.

Maite: Entonces dime como metiste este cigarro aquí, porqué están muy prohibidos–dijo en un tono curioso.

Dulce: Digamos que el director hizo una excepción para mí.

Maite: De todos modos, ten cuidado
de que no atrapen por ahí rompiendo las reglas.

Tomé una largo suspiro, apoyada en el sillón y
cruzaba las piernas mientras pensaba en cuál sería la primera regla que iba a romper.

Dulce: No te preocupes Maite, sé exactamente lo que estoy haciendo.

Encendimos dos cigarrillos más después de ese,
mientras hablábamos de nuestras vidas en general. Maite terminó siendo muy divertida
y se dio cuenta, por los pocos minutos de conversación, de que también era muy honesta y perspicaz.

Maite: Estás fumando tanto porque estás enojada con tus padres, porque te dejaron aquí, verdad?–preguntó de una manera natural, pero me sorprendió–No vale la pena matar tus pulmones en un día, especialmente por ellos–dijo en broma–.

La miré asustada, esa chica realmente me
sorprendió.

Dulce: Tienes razón...–le sonreí–es que no me gusta hacerlo, pero es bueno relajarse un poco, ya sabes. Mejor fumar que matar a alguien.

Maite: A mí tampoco me gusta, es sólo que... me di cuenta de que estabas en mal estado y pensé que sería la única manera de acercarme a ti –admitió torpemente–.

Dulce: Gracias por dañar tus pulmones por mí–me reí después me sentí culpable por mi
grosería–Lo siento, a veces soy un poco pesada con mi carácter.

Maite: Sí, me di cuenta. Pero me pareces amable–sonreí muy sincera esta vez.

No creo haber tratado nunca con alguien tan dulce como Maite, si fuera otra persona me habría enojado con tanta simpatía.

Pero viniendo de ella, extrañamente sabía que no era falsedad. Ella me dio confianza.

Dulce: Tú también...–hablé honestamente, pero pronto decidí cortar la sesión de cumplidos innecesarios–Pero Maite, qué son esas chicas vestidas de rosa por ahí?

Estaba aprendiendo sobre los asuntos de la
M.S.(Monterrey School) y como mi primer acto de expulsión, podría prender fuego a esa ropa cursi, sería un favor para la humanidad.

Me mordí el labio, evaluando la idea.

Se estaban preparando para la presentación de
mañana, el director estaba organizando una fiesta para celebrar el comienzo del año escolar. Algunos estudiantes actuarían en el escenario aquí y la fiesta será benéfica. Siempre hacen algo así, dijo Maite.

Ella parecía que no estaba emocionada, en realidad, yo tampoco.

El director estaba horrorizado por los becarios, para su clase social, y celebraba fiestas benéficas cada año? Diría que era algo muy contradictorio si no supiera de inmediato que el objetivo del partido era promover la escuela con ese acto.

Dulce: Y qué hay para diversión aquí?–pregunte–.

Maite: Bueno pues esta la sala de entretenimiento, la piscina, la pista de
tenis...y el patio es bastante bonito...-se levanto de el sofá–La escuela es enorme y, por mí, no faltan cosas que hacer.

Dulce: Y Maite por que no me llevas para mostrarme el instituto y tal. -indiqué con toda la cortesía y simpatia que me quedaba.

Ella dudó un poco, incómoda en rechazar mi propuesta.

Te Odio UckermannDonde viven las historias. Descúbrelo ahora