Capitulo 5 🌟

266 27 9
                                    

Los baños de el internado estaban alrededor del dormitorio de las mujeres, lo cual fue un horror, pero no me importó, después de todo no me quedaría mucho tiempo en M.S.

Entré en el baño más cercano hace un par de metros, al otro lado del pasillo. Abrí la puerta lentamente y me asomé adentro para asegurarme de que estuviera vacía.

Dentro dos chicas hablaban emocionadas, se
enfrentaban al espejo, retocando su maquillaje
y no se dieron cuenta de que yo estaba allí.

Ivone: Esa chica, la pelirroja, ves cómo se avanzaba sobre él? Qué falta de clase!–una de ellas comentó. Hablaban de mí, y pues es típico de personas que no tienen vida propia. Pero como se trataba de mí, por supuesto que escucharía,–Estaba peleando muy feo con el, se metió con Christopher Uckermann....–dijo la chica—.

Abrí la puerta por completo y me apoyé en la puerta. Pero aun no notaban que estaba ahí.

Bianca: Al fin y al cabo, quién cree que es? –la otra habló–.

Dulce: Dulce–me presenté, con una sonrisa cínica en mis labios–Dulce Saviñón!–se dieron
la vuelta, parecían petrificadas al verme allí, escuchando chismes–la falta de clase es chismeando sobre personas que ni siquiera conocen, ni sus nombres saben.–les dije en
una manera cínica–.

Bianca: Qué dijiste?–preguntó una de ellas tartamudeando y mirándome con miedo–
Dijiste Saviñón?

Asentí, todavía sonriendo.

Me miraron tan sorprendidas, como Anahí cuando supo quien era yo.

Tal vez deberia caminar con una placa para acortar estas presentaciones...

Ivone: Así que, la noticia sobre ti era realmente cierta–la que se estaba maquillando como un payaso se adelantó, sonriendo de repente, de una manera muy agradable–Quiero decir, nadie estaba seguro de que vendrías, eran solo rumores.. Pero es un honor tenerte en la escuela
cariño. Yo soy Ivone Álvarez...

Dulce: Ivone...–mi sonrisa se amplió con las ideas que comenzaron a brotar en mi cabeza–Qué escuela tan pequeña, verdad? He oído
hablar de ti, cariño.

Ivone: Espero que buenas cosas–se río–.

Dulce: Oh por supuesto, no tengas ninguna duda de eso...–blandí mi cabeza y cruzé mis brazos, realmente sosteniéndome para
mantener la sonrisa en mi cara y no deshacer
la suya con unos pocos golpes–Sabes, estoy segura de que también escucharás mucho
sobre mí. Pero no serán cosas muy buenas.

Ivone: Tenemos que irnos...–su sonrisa falsa murió por mi tono de voz amenazante–Vamos Bianca...

Dulce: Búsquenme queridas, puedo ayudarlas con eso–señalé su mejilla, fuertemente marcada por el rubor que por supuesto era maquillaje, pero se miraba tan mal–Es alergia? verdad, soy compañera de cuarto con Maite, así que ya saben dónde encontrarme...–se miraron medio segundo, entendiendo lo que quería decir–
Saben quién es Maite Perroni, verdad? Ya
somos grandes amigas...

Bianca: Realmente tenemos que irnos–Bianca intentó sonreir, pero no pudo–Hasta luego.

Recogieron sus cosas y se fueron lo antes posible, con la cabeza baja.

Me duché rápidamente y luego Maite y Anahí
decidieron presentarme a algunas personas.

Todo el mundo me trató muy bien. Demasiado bien hasta pensé qué fue una simpatía forzada y me enfermó. Excepto Maite y Anahí, con ellas logré tener varias conversaciones largas a lo largo del día, ese tipo de conversación de chicas. Annie no era tan estúpida como parecía, era muy buena onda. Y Maite, fue graciosa nos llevamos bien de inmediato. Me sentí bien con ellas, siendo yo misma, solo Dulce.

En cierto modo, sabía que era el comienzo de una larga amistad.

Cenamos a las nueve y luego nos preparamos para dormir. Cuando estaba segura de que mis compañeras de cuarto ya estaban dormidas, fui a la sala de Artes, haciendo el menos ruido posible.

Pasaba el toque de queda, que era hasta las once, así que si me pillaban estaría en problemas...Lo cual sería genial si no tuviera planes para mejores problemas.

Poncho: Nos matarán si nos pillan aquí!–dijo Poncho cerca de mi oreja, viniendo por detrás y asustándome. La escuela estaba completamente obscura, pero tenía una linterna–Por qué estamos aquí, Dulce?

Enrollé los ojos en blanco.

Dulce: Relájate, Ponchito.

Poncho: No sé por qué estoy aquí...–se quejó de sí mismo–Esto es una locura!

Dulce: Te daré algunas razones si quieres–lo sostuve de los hombros–Bueno... En primer lugar, el peligro para dos es más divertido.
Segundo, necesito la ayuda de brazos fuertes porque no puedo soportar todo sola. Y tercero, siempre consigo lo que quiero, asi que...

Poncho: Vale, ya es suficiente. -dijo riéndose y
apuntando la linterna–Qué tengo que hacer?

Dulce: Después de nuestra pequeña reunión con Uckermann en la oficina del director, mis ideas fluyeron–me reí–.

Poncho: Incluso tengo miedo de preguntar qué significa eso–dijo Poncho–.

Dulce: Me inspira!–anuncié, con una sonrisa llena de odio–No sientes que el arte te lleva, Ponchito?

El cerebro lento de Poncho no captó lo que quise decir, pero no importó.

Solo necesitaba decirle que hacer y él obedecer.
Trabajamos casi toda la noche.Ordenar todo en el salón de baile era lo más complicado, pero valdría la pena.

Cuando volví a la habitación me desmayé en la cama. Tal vez fue la primera y última vez que dormía allí. Sonreí a la idea.

Espero que disfruten,un capítulo cortito😁 Por favor voten⭐️ y comenten💬 LOS AMOOOO!!!❤️❤️

Te Odio UckermannDonde viven las historias. Descúbrelo ahora