Fui a la sala del instituto después de
vengarme de esa vaca. Sería bueno ver una película antes del sermón que probablemente escucharía del director, y tal vez de la policía.
Si hubiera incendiado el cabello de Christopher, probablemente me echarían de allí...Pero
como era solo Bevaca, ni siquiera podia
soñar con esa posibilidad. Fue una pena.
Pero bueno, al menos me las arreglé para mostrarle a ella y a la gente que la seguia, lo
que pude hacer con los que se metieran conmigo...Tenía otros planes de expulsión y
para eso estaba Uckermann.Dulce: Annie...Poncho, llegué...–dije
distraída, mientras cerraba la puerta detrás
de mí.La sala estaba siendo iluminada por la poca
luz que venía de la enorme televisión. Frente
a mí estaba un sofá grande, y la television. Y
había un tipo sentado allí, pero como el sofá estaba de espaldas a mí no podía ver su cara.
Ala mejor era Poncho, ya que por lo general nadie usaba la sala tan tarde y porque estaba demasiado oscuro para notar su cuerpo. Fui
a él emocionada.Salte por arriba del sofá, y me tiré a su
regazo con naturalidad. Después de todo,
solo fue Ponchito. Creo que se asusto. Poncho
me rodeó con sus brazos. Escuché la música fuerte que venía de los audífonos que tenía
y luego pensé que ala mejor se asustó porque
no me escuchó llegar.Dulce: Entonces, qué película veremos?–
mire a la televisión, donde un trailer de
una película de terror estaba pasando, luego
me volteé y lo miré a el. Me congelé cuando
me di cuenta de que no se trataba de Poncho,
sino de Christopher. Claro, ¿cómo no había reconocido ese perfume antes? Qué haces aquí!?–pregunté, completamente
avergonzada.Christopher: Me pregunto, qué haces
tú aquí, Saviñón?–se quitó los audífonos, mirándome con una sonrisa burlona.Dulce: P..Pensé que eras Poncho...–respondí. Estaba sentada en el regazo de Christopher,
Dios mio, queria que un agujero se abriera en
el suelo y me tragara. El se rió y sentí que mis mejillas ardían de vergüenza–D..De qué te ríes, imbécil?Christopher: Ah claro, pensaste que era Poncho...–seguía con esa sonrisa burlona.
Lo odiaba cuando llevaba ese tono de voz sarcástico y esa sonrisa insoportablemente
pero que era hermosa–No tienes que hacer excusas para lanzarte a mi, Sweet.Dulce...tenia ganas de darle un puñetazo
cuando me llamaba así.Dulce: No estoy inventando nada y...–
resoplé, estaba muy enojada para terminar
la frase–Sabes qué? Olvídalo–por un segundo
se me ocurrió la idea de ignorarlo, pero obviamente el no lo permitió–Puedes dejarme ir?–mi voz finalmente salió firme.Christopher: Y si no quiero?–dijo, arqueando la ceja de una manera desafíante y apretando
mi cuerpo más contra el suyo. Me daba
un abrazo de oso, asfixiante y demasiado
íntimo para mi gusto. Idiota, imbecile, insoportable...Christopher se rió porque empecé a darle
golpes para que el me dejara ir.Dulce: Deja de ser ridículo, Uckermann!–intenté quitar sus manos que estaban encima
de mí, pero me puso un brazo debajo de las piernas y me sostuvo para levantarme en su regazo. Envolví mis brazos alrededor de su cuello, tratando de abrazarlo, temía que esté
loco me dejara caer al suelo–Qué estás
haciendo, Christopher?–pregunté asustada.Christopher: Me llamaste por mi nombre–
dijo, sorprendido–Eso esta genial, ahora sí estamos progresando–luego sonrió y fue esa sonrisa verdadera que me dejaba sin aliento.
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Te Odio Uckermann
RomanceEse era solo otro de los numerosos internados por los que ya había pasado, era solo otro del que sería expulsada. Lo que Dulce no esperaba es que, en la misma escuela, encontrara al hijo del mayor rival de su familia, y que, en consecuencia, se conv...