Entre canciones y películas - Tom Hiddleston +18 [TERMINADA]

Capitulo XVIII

❗️Punto de vista de Tom:

Dejo rosas en la puerta de su casa de nuevo aunque sé que no está viviendo aquí estos días pero no quiero molestar a sus padres. Bobby llora cuando parece que la recuerda, tengo una camisa suya la cual se la doy y se calma.

Tengo que arreglar esto, no puedo vivir sin ella. Es mi razón de existir. Debo pedirle a Taylor que le explique todo.

Marco el número de la rubia y llamo.

— ¿Tom?

— Hola.

— ¿Necesitas algo?

— Necesito que hables con Jana y le expliques todo lo qué pasó entre nosotros, te perdonaré por lo que hiciste si hablas con ella. Por favor, no quiero perderla.

La escucho suspirar.

— Está bien. Te ayudaré.

— Gracias.

Cuelgo mientras camino por la vacía casa, se siente tan raro estar sin ella al rededor. No debí irme ni mentirle.

Ella es la persona destinada para mi y haré lo que sea para conseguir su perdón.

— Hola — contesto mi teléfono cuando mi madre comienza a llamar.

— Hijo ¿ya solucionaste las cosas con Jana?

— Gracias por preguntar sobre mi estado, madre — ironizo — no, no pude arreglar nada.

— Pero te vas a quedar con Jana ¿cierto?

— Sabes que si, es mi otra mitad, me complementa.

— Hijo — suspira — aquí esperamos que regreses con Jana a tu lado.

Sonrío.

                                          •

Arrastro mis pies por el centro comercial, las personas me ven con pena mientras entro al local lleno de chocolate.

Tomo un carrito de mano y comienzo a meter todos los chocolates que se ven apetecibles.

— Buenos días señor ¿puedo ofrecerle nuestro nuevo producto para parejas?

— Si, claro — digo con una sonrisa triste.

Me lleva hasta el final de la tienda donde se encuentran muchos ramos hechos de chocolates y rosas.

— Están listos para...

— Deme uno — la interrumpo. Sé que le gustará a Jana.

Recoge uno con delicadeza y de la misma manera lo coloca en mi carrito.

— Gracias — le doy una sonrisa y sigo caminando por el lugar.

Cuando mi carrito está lo bastante lleno camino hacia la fila.

Las dos adolescentes delante mío cuchichean y me miran de reojo hasta que una toma valor y pide una foto.

— Claro, vengan — dejo el carrito en el suelo, abrazo sus hombros e intento sonreír hacia la cámara.

— Gracias — chillan.

Salgo de la tienda con dos bolsas repletas de chocolate, me dirijo hacia la biblioteca más cercana y vuelvo a repetir el proceso anterior; junto pilas y pilas de libros clásicos y modernos. Todo por ella.

Me paseo por todo el mall comprando todo lo que sé que le encantará.

Al llegar a casa observo las fotografías que nos sacamos hace bastante tiempo con la cámara instantánea.
Sonrío con cada imagen que veo.