Entre canciones y películas - Tom Hiddleston +18 [TERMINADA]

Capitulo XIX

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Solo dos días han pasado desde que Taylor me explicó todo. Tom nunca se detuvo de enviar mensajes, antes era cariñoso pero ahora aumentó un 300%.

— Te traje chocolates — vocaliza apenas abro la puerta.

— Gracias — tomo la blanca caja.

— ¿Puedo pasar? — murmura tímido.

— Esta bien — digo luego de un largo silencio.

Festeja levemente adentrándose al lugar, de acerca a los sofás donde Molly duerme.

— Hey — acaricia su pelaje — te extrañé.

Me siento en la otra punta del gran sofá mientras le doy play a la película de Pixar.

— Bobby te extraña, podrías pasar por casa uno de estos días — murmura luego de unos minutos.

— Cuando tenga tiempo lo haré.

Sería una mentira si dijese que no he extrañado a ese cachorro y Molly también lo hace.

— ¿Como está yendo el álbum? — pregunta intentando sacar un tema de conversación.

— Bastante bien.

— Genial — mueve su pierna con rapidez.

Muero por tirarme encima de él y llenarlo de besos pero debo mantener firme mi orgullo.

Mi teléfono suena y puedo observar cómo Tom lee el nombre.

— Hola — contesto.

— ¿Como estas, hermosa? — la voz de Sarah suena en mi oído.

— Bien ¿tu? — sonrío.

— Cansada del trabajo ¿ya arreglaron las cosas con el tonto de mi hermano?

— Aún no — contesto viéndolo de reojo.

— Te extraño — alarga y río — quiero tenerte aquí en Londres e irnos de spa todo el día con Emma.

— También las extraño, dile a Emma que me encantaron las blusas que me envió. Y podemos pautar un día de spa entre las tres, la próxima semana estaré libre.

Escucho sus gritos.

— ¡¿Y recién me lo dices?! — grita y río.

Por el rabillo del ojo miro a Tom muy metido en mi conversación con su hermana, sonríe cuando me ve reír.

— Lo hablamos luego por mensaje — juego con mi camisa.

— Mamá también querrá ir, te extraña horrores.

— Oh, dile que también la extraño.

— Mierda — susurra — debo irme, Hally acaba de tirar un libro de papá en el escusado.

Río y nos despedimos.
Tom me mira expectante.

— ¿Qué? — cuestiono.

— ¿Hablas con mis hermanas?

— Si, hace semanas. Tú madre también llama a veces.

— ¿En serio? — eleva sus cejas sorprendido — a mi ni siquiera me llaman.

— No eres tan apegado a la familia — muevo mi mano haciendo de menos a la situación.

Carcajea y yo oculto una sonrisa.

— ¿Iras a Londres? — pregunta cuando se calma.

— Tal vez.

— ¿La semana que viene? — se acerca más a mi.