Capítulo 14

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—No dejes que te controle— dijo severo, normalmente era duro y estricto a la hora de las lecciones.

Respire hondo y trate de controlar la sensación en mis manos, el hormigueo y la electricidad, controle la manera en que dejaba salir la neblina negra, muy despacio y poco a poco.

—Controla tus impulsos, no te dejes llevar por tus emociones.

Después del lago y de encontrarnos con Alyssa, Serkan me dijo que tenía que aprender a controlar ese poder y después de mucho intenso trabajo y dedicación a saber cómo se manifestaban, nos dimos cuenta que era cada vez que me sentía amenazada, cuando mis emociones estaban al tope.

—Ya no puedo—hable entre dientes.

—Entonces...— Serkan saco una de sus cuchillas y trato de darme un golpe, ágilmente la esquive, pero el intentaba más golpes—Defiéndete—gruño.

Saqué una de mis cuchillas y pude bloquear varios de sus golpes, pero él era más fuerte y rápido que yo.

—Vamos, defiéndete. Pelea como si tu vida dependiera de ello. —caí al suelo y el me miro desde arriba, pude ver decepción en sus ojos—Porque algún día así será.

Desde el día que nos encontramos a Alyssa, Serkan parece más distante, más callado, cada noche y durante el día se aleja y no vuelve durante horas, no tengo que preguntar a donde va, va a buscarla. Hay días en los que parece estar perdido en sus pensamientos y otros donde esta tan furioso que solo acercarse a él empieza a gruñir. Un día intente preguntarle acerca de su familia, para conocerlo un poco más, pero el solo me miro furioso y se fue todo el día. Supongo que estaba más enojado conmigo porque me parecía a ella, aun no entendía porque, pero algo dentro de mí me dolía cada vez que él se alejaba.

—Es suficiente por hoy—dijo Jenna al darme una mano para levantarme.

Serkan se alejó de inmediato y se perdió entre los árboles, casi no me hablaba ni me miraba, sentía que me odiaba más.

—No es necesario que diga que es muy estricto— dijo Jenna al darme una de mis dagas que perdí.

Todos los días entrenaba, con Jenna sobre el uso de mis cuchillas y defensa personal, Kili me ayudaba a poder ver la energía que emanaban los seres vivos, lo cual era más difícil de que supuse y con Serkan... me enseñaba a controlar mi poder.

—Es un chico duro—dijo Kili desde donde estaba sentado— ya se ira ablandando.

La noche estaba por caer y Serkan aun no volvía.

—Ya volverá, dale tiempo—me dijo Jenna preparando la fogata.

—No puede seguir haciendo eso— dije enojada— se supone que debemos estar juntos, no debemos separarnos.

—Mira arriba—me dijo Kili—mira la luna.

Lo hice, era luna llena.

—Es muy bonita y brillante, ¿y eso que?

—Es luna llena, recuerda que él es un hombre lobo.

Cierto, a veces olvidaba que Serkan era una bestia, al verlo siempre de mal humor, tan distante y frio, me hacía olvidar lo que era en realidad.

—¿Cómo es que le afecta la luna llena? — tenía varias ideas, pero no creo que fueran posibles en este mundo.

—Cuando era pequeña, oí historias sobre los hombres lobo—empezó Jenna— decían que cada luna llena ellos pierden el control sobre sus cuerpos y se transforman en las verdaderas bestias que son, algunos dicen que se juntaban en manadas y acababan con aldeas enteras, otros que, bueno... aprovechan la noche para hacer todo tipo de... rituales—pude notar como sus mejillas se enrojecían y miraba de reojo a Kili.

A través del espejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora